𖣘𝔏𝔞 𝔳𝔢𝔯𝔡𝔞𝔡𖣘

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Algunas lágrimas recorrieron sus mejillas, recordaba como su "Dada" la amaba y la consolaba cada que sufría. Elita era la niña que más amo el emperador y ella lo amo como una hija ama a su padre, perdida en sus sentimientos no sintió cuando la mano de el actual emperdor tocó su hombre.

-Amor, ¿Estás listas?- Aquellas simples palabras que pronuncio Sovieshu harían que a la peli-negra le hirviera la sangre y con un manotazo quitaría la mano de su hombro.

-No me llames Amor- Se voltio para ver a el peli-negro, el cual se encontraba muy sorprendido por la acción de la mujer -No, no estoy lista, le diré a mi mejor amiga que soy amante de su esposo- Sus palabras fueron frías hasta un poco hirientes pero era la verdad, Elita no sabía cómo le hiba a decir a Navier que era amante de su esposo. La emperatriz no lo sabía aún, esto fue por petición de la peli-negra ya que quería decírselo en persona pero ahora estaba entrando en pánico y sus manos sudaban demasiado.

La "Trovi" observo por un momento los ojos de Sovieshu y se dio cuenta de algo, sus ojos reflejaban tristeza y dolor, lo cual era sorprendente para la muchacha, desde que llevo a Rashta al palacio la relación de ellos se distancio mucho y aún más cuando la proclamó su amante no hace mucho.
Recuerdos de su niñez vendrían a la mente de los dos adultos.

Puesto que aún con la actitud fria y ruda de Elita, el peli-negro noto como sus ojos estaban rojos, había estado llorando y eso era algo de la mujer nunca le podría ocultar a aquel peli-negro.

Ellos se conocían desde niños y en algún momento se llamaban 'hermanos" pero eso paso hace ya un tiempo, su conocían como la palma de su propia mano, sabían lo que sentía el otro con tan solo ver sus ojos o su cara. Los dos estaban tristes al igual que deprimidos, Elita por tener que decirle a su mejor amiga que era la amante de su esposo y Sovieshu por saber que las dos mujer con las cuales creció sufrirían esa tarde, pero el sentimiento de el hombre sería pasajero y pronto sería remplazado por el "amor" que el emperador le tenía a su amante.

-Después de que le demos la noticia, sales del cuarto- Rompió el silencio la oji-violeta mirando al piso para no romper a llorar en ese momento -Quiero hablar a solas con Nav

-Si es lo que deseas lo hare, brujita- Los ojos de la mujer se abrirían como plato al oír ese apodo provenir de los labios del peli-negro, levanto su cabeza y antes de que pudiera decir otra cosa, Sovieshu la abrazo.

Elita comenzó a lagrimear de nuevo, el apodo era de cuando ellos eran niños y casi siempre se la vivían estudiando. El abrazo, ese cálido y hermosos abrazo, les hizo recordar a los dos su niñez, cuando la peli-negra se equivocaba en algún hechizo y el príncipe se encontraba hay siempre la abrazaba y le decía "Eres la mejor brujita del mundo, pronto lo lograras".
Los dos se amaban, eso nadie lo podía poner en duda, pero el momento sería interrumpido por un guardia.

Los dos se separaron y el guardia les informo que la emperatriz ya se encontraba afuera de aquella habitación. Elita trago seco y Sovieshu dio la orden de que su esposa entrara. Navier entro a la habitación, tan elegante y hermosa como siempre, observo con gran sorpresa que Elita se encontraba en aquella habitación pero al guardia cerrar las puertas, la rubia no dudo en correr y abrazar a su amiga de la infancia.

-¡Eli!, ¿Que haces aquí?- La Emperatriz de Oriente no pudo contener su emoción, la verdad se había alterado un poco cuando Rashta le pregunto sobre Elita, pero ahora estaba más calmada y feliz de verla.

-Hola Nav, yo y Sovieshu tenemos que decirte algo- La voz de la peli-negra era algo nerviosa en ese momento Elita podría jurar que estaba apunto de desmayarse, esto va a salir mal.

-¿Qué pasó?, dime Eli- La Emperatriz únicamente observaba a la otra mujer que se encontraban en la habitación ignorando a su esposo, ya había tenido suficiente ese día teniendo que hablar con la amante de su esposo (Rashta) para tener que verlo a la cara.

𝕷𝖆 𝕾𝖊𝖌𝖚𝖓𝖉𝖆 𝕬𝖒𝖆𝖓𝖙𝖊||𝔏𝔞 𝔈𝔪𝔭𝔢𝔯𝔞𝔱𝔯𝔦𝔷 𝔇𝔦𝔳𝔬𝔯𝔠𝔦𝔞𝔡𝔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora