ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 𝟷

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Tn

Una alfa con una mala suerte insuperable. Una vez más, me tengo que mudar con mis padres, esta vez a San Francisco, debido al trabajo de mi padre. Nos mudamos cada año, y cada vez que empiezo a construir amistades, mi padre lo arruina. Estoy harta; no puedo soportar no vivir en un solo lugar.

Mientras hacía mis maletas, guardaba mis viejos juguetes, incluyendo muñecas y colecciones preciadas. Coleccionar siempre ha sido mi pasión.

Al terminar, bajé de mi antigua habitación. Mis padres ya estaban esperándome en el auto. Caminé lentamente, despidiéndome silenciosamente de este lugar, y me subí al auto.

Maritza:-Anímate, cariño. Sé que mudarse y dejar a tus nuevos amigos es difícil, lo entiendo- dijo mi mamá, mientras me palmeaba el hombro con una sonrisa amable.

Tn:-Gracias, mamá. No te preocupes, ya estoy acostumbrada-respondí, mirando por la ventana.

Josué-Realmente lo siento, hija. No me gustaría mudarme, pero mi trabajo me lo exige. Quiero decirte que en San Francisco nos quedaremos más de un año.

Escuchar esa noticia me hizo sonreír involuntariamente de felicidad, pero traté de no emocionarme demasiado. Podría ser que papá estuviera mintiendo.

<En la Mente de tn>

Alegría:- ¡Vamos chicos, papá no es malo! Él solo cumple con su trabajo y debemos apoyarlo-dijo, sonriendo a todos.

Tristeza:-Sí, pero... ¿y si nos rompe esa promesa de quedarnos más tiempo?- lloró, llena de tristeza.

Temor:- ¡No! ¿Y si en San Francisco no nos adaptamos?- gritó, corriendo en círculos.

Desagrado:-Su mirada dice que nos está ocultando algo.-comentó, sacando su detector de facciones.

Furia:-Ese papá cree que con esas palabras nos va a calmar. ¡Ahhhhh!.- estalló, con su cabeza en llamas.

< Volviendo a Tn>

No respondí nada. Pasé todo el viaje ignorándolo, estaba enojada y frustrada con él. Sin embargo, decidí dejarlo de lado, no debería molestarme por esas cosas.

Mientras miraba por la ventana durante todo el camino, observaba los lugares a nuestro paso. Algunos eran realmente hermosos, especialmente la naturaleza intacta.

Tengo 14 años y a menudo me confunden con una omega por mi comportamiento cariñoso y mi personalidad infantil. Creo que un alfa debería sentirse orgulloso de ser amoroso y no tratar mal a las omegas.

Tuve mi primer celo hace un mes. Durante un tiempo, nuestra maestra nos explicó las cosas básicas sobre el celo. Sé que el celo de un omega llega alrededor de los dieciséis años, pero en los alfas también puede presentarse a esa edad, o incluso antes. Para mí, llegó temprano, pero no fue muy intenso ya que era mi primera vez.

 Para mí, llegó temprano, pero no fue muy intenso ya que era mi primera vez

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Me dormí en el auto y, finalmente, llegamos a la ciudad de San Francisco. Pensaba que era un lugar acogedor mientras observaba los alrededores y cada local. Llegamos a una casa pequeña, pero al menos no era terrible. Mis padres ya se habían bajado del auto y entrado en la casa.

Maritza: -Tn, baja tus maletas y ven -dijo ya dentro de la casa.

Tn: -Ya voy, mamá -respondí mientras cogía las maletas-. No entiendo cómo esto te emociona, mamá -susurré.

Maritza: -¿Dijiste algo, cariño? -preguntó mientras me sonreía.

Tn: -No, no he dicho nada -dije, negando con la cabeza.

Entré a la casa. No era un basurero después de todo. Las paredes estaban despintadas y los suelos un poco dañados, pero nada que no se pudiera arreglar. Tenía varias imperfecciones, pero se podían solucionar. Había un patio trasero pequeño, pero acogedor. Seguí explorando la casa; era de dos plantas. Abajo había dos habitaciones, y arriba también. Quería quedarme en una de las habitaciones de la planta alta, ya que me resultaba más tranquilizante ver a través de la ventana desde lo alto.

Tn: -Mamá, ¿puedo quedarme en una habitación de la segunda planta? -grité desde arriba.

Maritza: -Claro que sí, hija. Desempaca tus cosas y agarra un futón, porque los muebles llegan en dos días. Mientras tanto, te tocará dormir así.

Tn: -Gracias, mamá. No te preocupes, puedo soportar dormir en un futón.

Dije mientras llevaba mis últimas maletas. Entré en mi cuarto y lo observé. No estaba tan desgastado, pero necesitaba algunos retoques. Lo decoraría a mi manera.

Uff, terminé de sacar las cosas. Fue un día duro. Ya era tarde y el sol se ocultaba, dejando paso a la luna que saldría en unas horas.

Estaba a punto de dormir, pero quería preguntarle a mis padres sobre la escuela donde estudiaría. Se suponía que comenzaría mañana, ya que había oído antes de mudarnos que mi traslado estaba hecho.

Bajé y los vi en la sala, descansando.

Tn: -Mamá, papá, quiero preguntarles sobre la escuela a la que me transfirieron.

Josué: -Sí, hija. Sé que estás interesada en conocerla. Estudiarás en ______ y estarás en el aula A, pasillo 4. Si te pierdes, pregunta por ahí. Tu uniforme está listo.

Maritza: -Sí, hija, ya está todo. Y como dijo tu padre, te deseamos que te adaptes a estudiar ahí. Conocerás nuevas amistades y, quién sabe, quizá encuentres el amor.

Tn: -¡Mamá! No, el amor aún es pronto para mí. Necesito madurar y ser lo suficientemente madura para estar en una relación.

Josué: -Jajaja, sí, hija, sabemos que necesitas tener más edad para amar a alguien. Pero sabes, el amor llega y no importa la edad; lo importante es conectarse con una omega y sentir el deseo de protegerla.

Maritza: -Nosotros hemos hablado y aceptamos que si en algún momento conectas con alguien, puedes estar en una relación siempre y cuando nos presentes a tu novia y los padres de esa chica estén de acuerdo.

Tn: -Guau, me alegra que me den permiso, pero les dije que yo no me enamoraré nunca de alguien.

Sin decir más, me fui a mi cuarto. Estaba feliz de que me dieran permiso, pero...

Sin decir más, me fui a mi cuarto. Estaba feliz de que me dieran permiso, pero una parte de mí seguía dudando. ¿Qué pasaría si me enamoraba? ¿Realmente estaba lista para eso?

Subí las escaleras y me acomodé en el futón improvisado. Mientras me acostaba, mi mente vagaba entre pensamientos sobre la nueva escuela, las posibles amistades y la incertidumbre del futuro. San Francisco parecía un lugar prometedor, pero también lleno de incógnitas.

Esa noche, miré por la ventana y vi la luna llena iluminando el cielo. Respiré hondo, tratando de calmar mis nervios. Mañana sería un nuevo comienzo, una oportunidad para descubrir quién era realmente y qué quería en la vida.

A pesar de las dudas y el cansancio, una pequeña chispa de emoción comenzó a crecer dentro de mí. Tal vez, solo tal vez, esta mudanza no sería tan mala después de todo.

Continuará....

ᴍÍʀᴀᴍᴇ -ʀɪʟᴇʏ x ᴛɴ (ᴏᴍᴇɢᴀᴠᴇʀꜱᴇ)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora