Si decido quedarme

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Se quedó y por primera vez desde que había regresado a Narnia, era libre de caminar libremente, podía andar por el castillo y recorrer ciertos lugares sólo. Claro que no tenía permitido salir del castillo pero algo era mejor que nada, generalmente había soldados observándolo pero no le impedían nada.

Su idea inicial fue aceptar a Kirigan y conocerlo más, con la esperanza de encontrar la manera de huir ,  pero conforme el tiempo avanzó la idea fue desapareciendo de su mente. No podía negar que el hombre le gustaba, empezaba a sentir cosas por él y ya no podía negarlas. Al menos ya no podía engañarse a si mismo.

En ciertos días se preguntaba que estarían haciendo sus hermanos , ¿Lo extrañan? ¿Lo estarían buscando? ¿Sabrían ellos que había vuelto a Narnia? Quería volver a verlos pero Narnia también era su hogar , era su mundo lo fue por muchos años y aún que siempre regresaban a casa , aquel mundo también era su hogar.

Y Kirigan estaba siendo bueno con él, nunca lo torturó, no lo obligó a hacer nada que el no quisiera, tal vez por eso mismo había empezado a verlo con otros ojos. ¿Era malo? Totalmente, ¿Podía confiar en el? No lo sabía, pero de lo que si estaba seguro es que estaba empezando a enamorarse y eso lo hacía sentir mal. Tenía culpa y mucha, sentía que traicionaba a Caspian, no era su intención pero estaba cayendo en las manos del hombre.

Pero haría lo correcto, lo haría por el Rey , por sus hermanos y por él mismo. Salvaría a Narnia de las manos del Oscuro.

— Ven recorreremos el lugar, tendrás tú propio caballo— estaban dando un paseó fuera del castillo.

— ¿Seguro? entonces iré— no había tenido la libertad de montar sólo.

— ¿Aún quieres irte? ¿Aún quieres dejarme?— la pregunta le tomo por sorpresa, habían cabalgado por un par de horas, estaba oscureciendo cuando volvieron al castillo, y el no había esperado esa pregunta.

— Lograste atraparme, no puedo... no quiero irme— es verdad que no quería irse del todo pero sabía lo que debía hacer y eso era lo correcto .

— Edmund a mi lado nada te faltará — lo vio acercarse y rodear su cintura con sus fuertes manos , lo apretó fuertemente y suspiro ante el tacto— Eres hermoso, quiero tenerte, poseerte...— el beso en su cuello lo hicieron temblar.

— E-espera... Kirigan, yo...— el beso le impidió hablar y sintió como su cuerpo reaccionaba a las caricias, no negaría que extrañaría todo aquello. Pero solo por esa vez, solo por una última vez , se dejaría ser .

Besos , caricias , mordidas y cada pensamiento coherente abandono su cerebro, solo podía pensar en lo bien que besaba Kirigan, en lo mucho que lo llenaba. En como parecían el uno para el otro, sus cuerpos encajaban muy bien, era como si hubieran nacido para pertenecer se, y le gustaba poder montar al hombre, le gustaba la manera en la que lo observaba, el deseo y la lujuria en esa mirada lo hacían temblar.

Ser deseado de esa manera tan pasional le gustaba mucho y sin duda le gustaría tener más de aquello pero si se quedaba no volvería nunca más a su mundo y si se iba no volvería a estar de esa manera con Kirigan. Y tal vez los orgasmos eran buenos pero tenía muy claro lo que tenía que hacer.

 Y tal vez los orgasmos eran buenos pero tenía muy claro lo que tenía que hacer

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