↦↦↦JustD333mon↤↤↤
La niña despertó al día siguiente estando absolutamente sola, era poco común eso ya que todas las mañanas estaba Albert esperándola para ir a desayunar juntos. Sintió sus parpados pesados por el sueño, pero también podía sentir el hambre que su estómago sentía, por lo que decidió salir del laboratorio e ir a la cocina por algo de comer. Cuando T/N estaba acercándose a la cocina escucho a dos personas hablando por lo que de manera inmediata se escondió a espiar.
— Albert, cariño detente. Podrían vernos. — Decía la mujer en lo que dejaba escapar una pequeña risita. El hombre de cabellos rubios estaba tocándola y besándola mientras ella intentaba preparar el desayuno.
— ¿De qué te preocupas tanto? Estamos solos, ni mi padre ni nadie más está aquí. — Dijo el hombre rubio rectificando que ambos estaban solos, evitando la parte en la que niña aún se encontraba en la mansión.
— Lo sé, pero la niña puede despertar y venir a desayunar. Tengo que prepararle el desayuno a ella. — Dijo la mujer entre risas al sentir los besos que el rubio le proporcionaba en el cuello.
— Ella no es un problema, esta dormida. El psiquiatra le administro unos medicamentos para que durmiera. — Con esas últimas palabras, el rubio se llevó a la mujer a su habitación para poder divertirse con ella.
Toda esa escena fue vista por la niña, desde los besos hasta las caricias; la niña había visto todo. Inmediatamente quiso seguir a Albert y a la mujer, pero una opresión en su pecho hizo que le comenzara a faltar el aire. Comenzó a sentir muchas cosas: ira, celos, tristeza y asco. Su pequeña y delgada figura temblaba ante la exposición de tantas emociones contradictorias. Todo lo que vio la dejo en completo estado de shock.
La pobre niña comenzó a volver al laboratorio completamente consumida por todo lo que había visto anteriormente. Ella comenzó a sentir como todas sus emociones la abrumaban. El miedo y el pánico de perder a Albert comenzaban a apoderarse de ella. Su pobre y débil corazón comenzó a latir a gran velocidad y su respiración se hacía da vez más superficial. Su pecho comenzó a contraerse haciendo que cada vez la entrada de oxígeno sea más restringida, en su estómago podía sentir un nudo que le causaba náuseas y las palpitaciones por todo su cuerpo solo la torturaban más. La taquicardia, la falta de oxígeno y los temblores de su cuerpo se hacían cada vez más intensos. Ella no entendía que estaba sucediendo y lo único que podía hacer era clavarse las uñas en su piel para poder liberar un poco de tensión. Eso la ayudaba, pero necesitaba más.
Estaba desesperada por dejar de sentirse así, así que en un movimiento desesperado volvió a la cocina. Todos los cuchillos estaban a su disposición sin que absolutamente nadie pudiera detenerla. Tomo un cuchillo de cocina y cayo de rodillas al suelo. Sus manos temblaban sin parar, pero aun así sostenía el cuchillo con fuerza. Cuando lo acerco a su pierna un pensamiento la detuvo.
ESTÁS LEYENDO
BLACKRED: mundo de ambición y poder /Albert Wesker y Tu/
Hayran Kurgu¿El amor tiene límites? Mi vida, mis sueños, mi persona, mi pasado, mi presente y mi futuro; nada importa si se trata de él. ¿Estoy mal por amarlo? ¿Estoy mal por querer que él sea feliz? ¡¿Estoy mal?! Nada de eso importa ahora. Por el haría hasta...