Perfect Boy | Nagireo

⌗ 𝟢𝟣¡!

El dinero es el bien material más codiciado dentro de cualquier economía capitalista, gracias a él podemos comprar todo aquello que necesitamos para sobrevivir o simplemente para poder vivir un mejor estilo de vida.

Muchas veces tendemos a pensar que el dinero nos traerá consigo la felicidad y realmente esto no tiene por qué ser así. El dinero también puede traer graves problemas, muchos de los cuales no los sufrimos cuando carecemos de él, algunos ejemplos evidentes son: envidias, gente interesada, posibles intentos de robo, etc.

Aunque para los herederos de la gran fortuna de sus progenitores era aún más complicado, no podían cometer el mínimo error y debían incluso superar los logros de sus antepasados, de igual modo, los padres anhelaban con todo su ser que sus hijos sean los mejores en todo y más aún si su vida era pública y reconocida por todo el país.

Reo era un claro ejemplo de eso, él al ser el único heredero, tenía muchas más expectativas que cumplir, incluso estaba resignado a estudiar una carrera profesional que no le gustaba ni un poco para poder asumir el negocio de su familia. Los Mikage eran por años la familia estándar de todo Japón.

Con padres exitosos y un hijo siguiendo sus pasos, se veían totalmente felices, sin embargo, Reo no se sentía feliz con la vida que le tocó.

— Joven Mikage, hoy tiene clases extra de inglés y matemáticas, también debe asistir a la reunión programada por su padre, él me pidió que le avisara que se preparé lo mejor posible, pues muchos amigos suyos asistirán. — Reo al oír eso no pudo estresarse más, ¿Cuándo será el día que pueda dejar de tener tantas obligaciones? Rápidamente tomó su bolso y se dirigió a la puerta, al menos en la preparatoria no tendría que pensar en eso.

Su asistente lo siguió de inmediato, sin embargo Reo la detuvo.

— Quiero que hoy te quedes aquí y no me acompañes a la preparatoria, Honoka. Puedes quedarte y empezar a organizar mi agenda de mañana. — La fémina lo dudó un poco, su trabajo se basaba en acompañar y servir a Reo en cualquier lugar, sin embargo también debía obedecer sus órdenes.

— No tienes que preocuparte por mi padre, eres mi asistente y yo soy quien te pide que te quedes aquí. — Honoka asintió e hizo una leve reverencia hacia el pelimorado, sonriendo luego.

— Tenga un buen día en la preparatoria, joven Reo. — El mencionado asintió y empezó a dirigirse hacia la puerta, al momento en que puso un pie fuera de su casa, dos guardaespaldas lo siguieron hasta la limusina en la cual solía ir a la preparatoria.

A ellos no les pudo decir nada, después de todo, ellos no eran capaces de seguirlo todo el día como Honoka, aunque no les reprochaba nada porqué ese era su trabajo básicamente.

Al llegar y bajar del auto pudo sentir a todos los estudiantes voltear a verlo. Era muy incómodo sentir todas las miradas sobre él. A penas dió dos pasos, chicas se abalanzaron sobre él, no era nada nuevo, pero eso le parecía ridículo.