Capítulo 4

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Como de costumbre mis padres llegan juntos. Yo me adelanto y me levanto dirigiendome al pasillo para que ninguno de los dos se me escape.
Cuando los tengo frente a mi me miran sorprendidos por mi abrupta parada frente a ellos, pero me da igual y los miro fijamente mientras cruzo los brazos. Ya que ninguno habla comienzo yo la "charla".
-Como me han evitado por todos estos días voy a hablar y quitar todo lo que me he guardado durante estos días y me van escuchar quieran o no. - Digo con un tono autoritario y de la mejor manera que puedo. Ellos solo cambian la expresión de su rostro a una nula. Quiero ser directa y no tardar mucho así que tomo una gran respiración mientras me pongo en una postura que demuestre mi seguridad y me descruzo los brazos. Aquí vamos. - Estoy arta de ser ignorada por ustedes, de no se escuchada, de que hicieran como si yo no existiera. Tienen que comprender quieran o no esto me afecta más de lo que a ustedes les afecta, no quiero tener que decidir con quién paso festividades o con quién tengo que ir de vacaciones o con quién paso los fines de semana. Quiero que se olviden de esas ideas estúpidas que tienen de divorciarse y que se miren fijamente, que vuelvan un poco atras entre sus recuerdos y vean lo felices que eran.- Mi voz comienza a quebrarse.- Quiero que vean que familia tan hermosa éramos y somos, lo lindo que hemos construido, comenzando por su amor. No quiero tener que repartir mi corazón, ni mi tiempo. Necesito que se queden juntos, que me regañen por no ordenar mi habitación o por mia bajas calificaciones, pero juntos, como el matrimonio que son, que no arruinemos esta familia. -Ya para cuando termino de decir esto hay lagrimas por mi rostro y también por el de mi mamá, papá sólo me mira fijamente.
-Siempre voy a estar contigo, que nos divorciemos no quiere decir nada, hija, tú siempre serás lo más importante en mi vida y siempre existirá nuestra familia.- Me dí por vencida, ellos ya no van a volver a nada y mamá sólo llora. Mi padre nos envuelve a las dos en un mismo abrazo mientras nosotras sólo lloramos.
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El día pasó rápido y ya voy de regreso a casa. Pienso tanto que no me doy cuenta cuando choco de frente con alguien y caigo al suelo pero no me daño nada gracias a Dios. Cuando levanto la mirada pienso que soy una idiota e intento parecer cuerda y coordinar mis movimientos parándome de prisa.
Sebastián me mira y se pone de pie, una sonrisa se dibuja en su rostro que es perfecta así como él.
-Lo siento, de verdad no me dí cuenta de lo que hacía, soy muy torpe, de verdad lo siento ¿Te hiciste daño?.- Intento hablar y ser clara y que se note mi preocupación. Por supuesto intento esconder mi nerviosismo.
-No te preocupes, a cualquiera le puede pasar y no me he hecho daño.- Se levanta y se pone frente a mi.- Sebastián- Se presenta.- Tú eres Lisseth, ¿cierto?.-Pregunta. Esperen, sabe mi nombre, ¡¡SABE MI NOMBRE YAY!!.
-Si... no, digo si.- Respondo con nerviosismo y le sonrío.
-¿Vas a tu casa?, digo, yo te he visto llegar a tu casa, no es que yo te espíe pero vives cerca de mi y si quieres te acompaño. -Pregunta con un tono nervioso.
- Si quieres si.- Intento responder con naturalidad.- Vamos.- Lo incito a seguirme.
Caminamos en silencio hasta mi casa, pero es un silencio cómodo.
Cuando llegamos a mi casa me doy vuelta para quedar frente a él pero no me doy cuenta de la cercanía de su rostro con el mío.
Hay señor mío, apiadate de mi.

Hola por aquí, sé que no he subido capítulos pero no he tenido tiempo y ahora tengo mis vacaciones aunque sólo son 2 semanas, pero intentaré aubir más seguido.
Espero que estén de lo mejor.
Espero y lo disfruten.
Adiooooooos.

¡Ay Lissette!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora