¡Ay Lissette!

Capítulo 3.

Estoy sentada en la encimera de la cocina, miro impaciente el reloj que esta en la pared, deseosa de que mis padres lleguen. Ruego a Dios que esto sirva de algo y que todo esto pase pronto.
Escucho la puerta principal y espero de pie a que uno de los dos aparezca pronto pero sólo veo a papá que se detiene en la entrada de la cocina y me mira para luego abrir la boca pero la cierra de manera abrupta volviendo a caminar, retomando su camino hacia las escaleras.
Quedo inmóvil por un segundo y antes de que desaparezca por completo de mi vista lo llamo.- papá, - se detiene pero no me mira - necesito hablar contigo, contigo y con Mamá.-Gira y camina hacia mi, ya cuando está frente a mi me regala una sonrisa de esas tristes y me dice-Cariño, hoy no, estoy cansado y mañana trabajo.- Ni siquiera deja que hable y da media vuelta subiendo rápidamente las escaleras. Odio quedarme muda pero nada puedo hacer.
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La cena ni siquiera se comió, mamá llegó en la madrugada y ni papá, ni yo provamos la Cena. Estoy muy enfadada porque de verdad me esforcé para que esto funcionara pero de nada sirvió.
Estoy en clases de matemáticas y no he puesto nada de atención por pensar en lo de ayer por la noche.
No me doy cuenta cuando ya tocan el timbre de salida y guardo todo rápidamente para ir a mi casillero a buscar algunos libros que necesito para estudiar. Hoy Emily no vino porque no se sentía bien y sólo estuve con Amber. Me aseguré de cerrar bien el casillero y busque a Amber con la mirada pero no la encontré así que me dirijo a la salida y tomo rumbo a mi casa.
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Siempre me ha gustado cantar aunque no lo hago muy bien que digamos. Me entretengo cantando el resto del día en mi casa y da igual si alguien me escucha porque estoy en mi casa y existe la libertad de expresión.
Estoy cantando hold the line de Toto, cuando escucho que golpean la puerta, bajo el volumen de la música y camino por el pasillo hasta llegar a la puerta.
Cuando La abro veo a Amber sonriendo y entra sin ser invitada, pero como siempre hacemos lo mismo en nuestras casas no le tomo importancia.
Esta tarde será entretenida o eso espero.
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Son las 8 de la noche cuando Amber decide marcharse aunque le propuse quedarse a dormir esta noche, ella se excusó diciendo que aún tenía que hablar con mis padres y que no quería incomodar, le di la razón pues aún tengo que hablar con ellos. La tarde estuvo genial, cantamos, bailamos y jugamos como si niñas fuésemos. Me hizo olvidar el problema con mis padres y disfrutar de lo que me gusta que es estar con mis amigas.
Llamé a un local de comida china y pedí sushi para la cena ya que no tenía ánimo de cocinar algo. Cuando llega el repartidor con la comida le pago y le doy propina. Devoro todo rápidamente porque tengo hambre, mientras me siento en el sofá del living a ver televisión para hacer que las horas pasen rápido.
Ya para cuando llegan mis padres yo estoy en pijama y sentada en el living.
Hoy no hay excusas, esto termina aquí.