Capítulo 82

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—¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡SE SUPONE QUE DEBERÍAS ODIARLO!— gritó una voz furiosa, golpeando y pateando el aire haciendo rabieta. Mike y Mikellino intercambiaron miradas alarmadas, conscientes de que la situación había tomado un giro inesperado.

Se separaron del abrazo para enfrentar a la chica, se quedaron helados al ver a Itzel,  cuyo poder y presencia eran innegables. Sus ojos comenzaron a brillar con un resplandor inquietante, proyectando una luz que parecía resonar con la intensidad de su enojo. —¡¿POR QUÉ TIENEN QUE ARRUINARLO TODO?!—

Antes de que pudiera acercarse, un chico de pelo azul se interpuso entre ella y los enamorados, empujándola hacia atrás con una fuerza. 

—¡TIENEN QUE IRSE! ¡AHORA!— gritó Flex, su voz resonando con urgencia.

—Sabía que no eras de fiar— dijo Itzel levantándose del suelo, sorprendida por el ataque.

—Esto no tiene que acabar así, Itzel— trató de razonar el de azul.

La chica se detuvo por un momento, sus ojos perdiendo brevemente la dureza. Pero al dirigir la mirada hacia Mike, y el enojo regresó con renovada intensidad.

—Es justo así, como tiene que acabar— atacando de inmediato, lanzándose con una furia desbordada. 

Nadie comprendía por qué ambos enfrentaban, pero no se quedarían para averiguarlo. Los amigos corrieron a traves del bosque, se movían velozmente, impulsados por el sonido distante de explosiones y gritos. 

Al estar cerca de la ciudad, el azabache se detuvo abruptamente con respiración agitada. Mike, notando su acto, se giró con preocupación. —¿Mikellino?—

El de capa verde respondió con un suspiro pesado.—Tengo que ayudarlo—

—¿Qué?¿Lo vas a ayudar después de todo?— Mike no podía creer lo que oía.

La fusión no apartaba la vista del rubio. La decisión ya estaba tomada, y el sentido del deber y la lealtad guiaban sus acciones. El exe comprendía que no podía detenerlo; era parte de su naturaleza, pero se sentía frustrado.

Antes de que alguien pudiera decir algo, fueron abruptamente interrumpidos viendo frente a sus ojos como Flex impactó el suelo con un estruendoso golpe.

Se volvieron hacia Itzel, sintiendo un escalofrío al ver la energía oscura que la rodeaba mientras flotaba en el aire. Sus ojos brillaban con una intensidad malévola, y una sonrisa de superioridad se dibujaba en su rostro.

—No tienes oportunidad contra mí— declaró Itzel con desdén, mirando al de pelo azul.

El poder que emanaba de Itzel no era normal, y Mike lo sabía. Este tipo de energía sobrehumana debía provenir de algo más.

—No me... importa...— dijo Flex, tambaleante, se puso en pie con dificultad. Cada movimiento le costaba un esfuerzo enorme, y sus palabras eran apenas audibles. Sus ojos, aunque entrecerrados por el dolor, estaban fijos en Itzel 

—No dejaré... que le hagas daño... a mi hermano— Mike se quedó paralizado al escuchar las palabras de Flex. 

Antes de que pudiera recuperarse, Flex fue lanzado hacia atrás con una violencia brutal. El sonido del impacto resonó en el silencio, y su cuerpo quedó inmóvil en el suelo, fuera de combate. Pero no había sido Itzel.

Mientras Mike y Mikellino miraron con horror la escena, el responsable salió desde la oscuridad del bosque.

Se erguía lentamente, irradiando una mezcla de arrogancia y amenaza. Un aura de poder oscuro emanaba de él, distorsionando el aire a su alrededor, creando una atmósfera opresiva y sus ojos brillando con una intensidad fría y despectiva.

Eres mio~ (Mikeno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora