Capitulo 80

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Mike y Acenix se encontraban almorzando en completo silencio, después de la última práctica para la coronación. Las bandejas de comida estaban frente a ellos, pero apenas habían tocado sus platos. El salón comedor del campus estaba lleno de estudiantes hablando animadamente, pero en su mesa reinaba un silencio incómodo.

El de pelo gris sospechaba que algo andaba mal, pues el rubio no se había quejado todo el día. Este comportamiento era inusual pues siempre tenía algo que decir, alguna queja o comentario sarcástico. Sin embargo, hoy había estado callado, casi ausente, perdido en sus pensamientos.

Mientras tando, Mike se culpaba por lo mal que se sentía Mikellino ahora, pero no había mucho que hacer. No había manera de reparar lo que pasó, y la culpa lo carcomía por dentro, volviéndose una carga pesada que lo hacía sentir aún peor.

—¿En qué piensas?— preguntó Acenix, rompiendo el silencio incómodo.

—No te interesa— respondió Mike de manera cortante, su voz impregnada de amargura y cansancio.

El felino miró muy molesto al cachorro, se le estaba acabando la paciencia. Llevaban semanas intentando convencerlo de aceptar su destino, pero Mike parecía más decidido que nunca a resistirse. La tensión entre ambos se hacía palpable, como si en cualquier momento fueran a estallar. 

Hasta que un albino de mechones rojos interrumpió y los invitó a tomar un trago para relajar el ambiente. Ambos aceptaron, conscientes de que necesitaban un respiro de la constante confrontación.

El bar era cálido y acogedor, con luces tenues y una música suave de fondo. La atmósfera era perfecta para distraerse, para olvidar por un momento los problemas que los acosaban. Acenix, Rius, Timba y Mike se sentaron en una mesa al fondo, alejados del bullicio del resto del bar.

 Todos disfrutaron la velada excepto el de capa roja, que solo bebía para olvidar sus problemas. Su mente seguía anclada en los remordimientos, incapaz de liberarse del peso de su culpa.

—Vamos, Mike, no es el fin del mundo— dijo Rius, intentando animar a su amigo —A veces, las cosas simplemente no salen como queremos, pero eso no significa que todo esté perdido—

—Fácil para ti decirlo— murmuró Mike, tomando otro trago —Tú no tienes que cargar con esto, tú no tienes que ser el rey—

—No te estamos pidiendo que lo hagas solo— intervino Timba —Estamos aquí para ayudarte. Somos un equipo, ¿recuerdas?—

El rubio suspiró, sus ojos perdidos en el vaso frente a él. La culpa y la presión parecían unirse en un peso insostenible sobre sus hombros.

—No entiendo por qué insisten tanto en que debo hacerlo yo. Hay otras personas más capaces, más dispuestas. Yo solo... no puedo hacerlo— dijo Mike, su voz quebrándose al final —¿Y si no soy suficiente?—

Acenix que había permanecido en silencio hasta ese momento, respondió con voz firme. —Lo serás—

La confrontación no había cesado entre estos dos. Ambos hermanos estaban molestos, con la mirada al frente sin decir palabra, mientras sus acompañantes estaban incómodos por la situación. El aire se sentía denso, cargado de una tensión que parecía a punto de estallar. 

Acenix supo que era mejor retirarse, pagó la cuenta y dejó que los enamorados cuidaran de Mike, que ya estaba ebrio. Les encargó cuidar al futuro rey, pues al dia siguiente todo iba a cambiar.

—¡No voy a ser el rey!— dijo molesto el ebrio Mike, tambaleándose mientras caminaban.

—Pero Mike... la coronación es mañana— dijo Rius asustado, sin saber cómo manejar la situación.

Eres mio~ (Mikeno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora