Capitulo 81

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Mike se encontraba recostado en la cama, habia escuchado la conversación de Timba y Rius, pues no estaba tan ebrio como creian. La noche había sido larga y los tragos habían sido muchos. Cuando sus amigos se fueron a dormir, sus pensamientos lo empujaron a escapar de allí.

Camino a casa sintiéndose horrible, tanto física como emocionalmente. Su estómago se revolvía por el alcohol y su corazón estaba pesado por la culpa y la tristeza.

Al acercarse a la puerta, vio a Raptor, que había pasado la noche en vela, esperando ansiosamente su regreso. Los ojos de Raptor reflejaban la preocupación y mucha molestia al ver a su hermano finalmente llegar a casa.

—¿Dónde has estado? ¿Sabes lo preocupado que estaba?— reclamó, con la voz cargada de ansiedad.

—Por favor... no estoy en un buen momento...— murmuró el menor antes de correr al baño para vomitar, el alcohol que había ingerido lo había puesto mal.

Raptor lo siguió hasta la puerta del baño, esperando a que el rubio terminara. Cuando finalmente salió, pálido y tembloroso, Raptor lo ayudó a mantenerse de pie.

Con cuidado, ayudó a su hermano a llegar a la bañera, dándole espacio para que se limpiara y reflexionara. Mientras tanto, el mayor se dirigió a la cocina para preparar algo que Mike pudiera comer, sabiendo que una buena comida podría ayudarlo a sentirse un poco mejor.

Era de madrugada, y el sol aún no salía. El aire fresco de la noche entraba por las ventanas abiertas, llenando la casa con un ligero escalofrío. Ambos hermanos se sentaron en el comedor, el cachorro mantenía las orejas agachadas, sintiendo la intensa mirada de Raptor sobre él.

—Sé que estás pasando por un momento muy difícil. La responsabilidad de la corona es enorme y entiendo que te sientes atrapado— Mike alzó la mirada, sus ojos oscuros llenos de tormento. —Sé que es difícil, pero huir de todo no es la solución. Creeme... lo sé—

El rubio se mantuvo en silencio, sentía culpa y arrepentimiento. El de pelo castaño suspiró pesado, sintiendo la frustración mezclada con un profundo cariño por su hermano menor. No podía estar realmente molesto con él, solo preocupado.

—¿Se lo dijiste? preguntó Raptor. ¿Le dijiste que serás el futuro rey y que por eso no puedes irte?— 

—No— contestó Mike sin ánimo.

—Pero él se irá sin saberlo—

—No lo obligaré a quedarse aquí— Mike sacudió la cabeza, la tristeza y la frustración mezclándose en su interior —No podría pedirle eso—

Raptor lo miró con ternura y firmeza a la vez. —Mike, dale la oportunidad de elegir. Mikellino merece saber la verdad—.

—Pero, ¿y si no me entiende? ¿Y si se va de todos modos?— preguntó, el miedo palpable en su voz.

Raptor le dio una palmadita en el hombro, sonriendo con confianza.

—Entonces sabrás que hiciste todo lo posible. Si de verdad te ama, encontrará una manera de estar a tu lado— apoyó una mano en el hombro de su hermano, ofreciéndole consuelo. —Y si él no te acepta, pues aquí estaré yo, siempre—

Las palabras de Raptor resonaron en la mente de Mike. Sabía que su hermano tenía razón. No podía tomar una decisión tan importante por otra persona sin darle la oportunidad de conocer la verdad. Aunque el miedo de perderlo era enorme, también lo era la posibilidad de que, con la verdad, pudiera encontrar una forma de estar juntos.

Con una nueva determinación, se levantó y se dirigió a la casa de Mayo. No aceptaba que Mikellino se alejara. Sus sentimientos le daban miedo, pero el amor en su corazón le daba valor ante todo. Mientras corría, sentía que el peso en su corazón se aligeraba. 

Eres mio~ (Mikeno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora