El Fin

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En medio del bosque, Flex continuaba su camino con determinación. Aunque los recuerdos del pasado lo atormentaban, también llevaba consigo la fuerza y el propósito que Mike había encendido en su corazón. 

Flex observó con el corazón acelerado, al exe de cabello rubio que brillaba bajo la luz parpadeante de los hechizos, y a Acenix, con una imponente presencia que se abalanzaba sobre Mike con un hechizo mortal en sus manos.

Decidió que iba a dejar de huir de todo, que enfrentaría sus miedos y su destino. Sin pensarlo dos veces, se lanzó hacia adelante, sus piernas moviéndose con una velocidad y agilidad que nunca había experimentado antes. El tiempo parecía ralentizarse mientras se interponía entre su amigo y el peligro inminente, abrazándolo con una determinación férrea.

Mike se giró, sus ojos llenos de sorpresa y preocupación.

—¡¿QUÉ DEMONIOS HACES?!— exclamó Mike, su voz temblando con una mezcla de incredulidad y alarma.

—Tú aún no tienes que irte...— respondió Flex con firmeza, su voz temblorosa pero decidida. Sentía el peso de sus palabras, el sacrificio que estaba dispuesto a hacer por la única persona que había dado sentido a su vida.

—¡NOOO! ¡Espera!— 

Mike gritó intentando detener lo inevitable mientras sentía a Flex sosteniéndolo con fuerza. 

Acenix lanzó un hechizo mortal, una ráfaga oscura que atravesó el aire con velocidad letal. El mundo pareció detenerse mientras la energía oscura viajaba hacia ellos. Flex, abrazado a Mike, se mantuvo firme, dispuesto a protegerlo hasta el último momento.

Flex sintió una ola de dolor recorrer su cuerpo, pero no cedió. El tiempo pareció ralentizarse, y el de azul sintió cómo el frío se apoderaba de su cuerpo. Su visión se nubló, pero se aferró a la sensación del abrazo, a la calidez de Mike contra su pecho.

—¡ERES UN MAPACHE IDIOTA!— gritó Mike desesperado, las lágrimas brotando de sus ojos.

—Lo siento, Mike... Yo realmente lo lamento...— respondió con pesar, su voz apenas un susurro.

Mike sentía cómo la vida de su amigo se desvanecía entre sus brazos, el dolor de la pérdida desgarrando su alma. Pero Flex, con una última sonrisa dulce, intentó consolarlo.

—Pero al menos salió algo bueno de ello, ¿verdad?— Y con una sonrisa en su rostro se desvaneció ante los ojos de Mike, su cuerpo disipándose como un suspiro en el viento. 

Mike abrió los ojos, sintiendo un profundo dolor en el pecho al darse cuenta de que Flex ya no estaba. Las lágrimas rodaron por sus mejillas mientras se quedaba paralizado intentando entender que acababa de pasar... 

Un destello de luz captó su atención, sacandolo del trance y levantó la vista, encontrando una pequeña esfera luminosa flotando donde Flex había desaparecido. Mike, con el corazón palpitante, extendió la mano mientras se deshacía en su mano.



Itzel levantó la espada de su oponente con intenciones mortales hacia el indefenso azabache tumbado en el suelo. Sin embargo, antes de que pudiera ejecutar su golpe final, un rápido movimiento la lanzó lejos. 

—¡Atrás!— gritó Mike, plantándose entre Itzel y Mikellino, su espada brillante en mano y su postura desafiante. 

El rubio había intervenido justo a tiempo despertando al de capa verde con su grito. Mikellino abrió los ojos despacio y volvió la mirada hacia Mike. Al encontrarse con la figura del exe, sus ojos brillaron como nunca, con profunda admiración a la valentía y fuerza de Mike que le ofrecia una mano para ponerse de pie.

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⏰ Última actualización: Oct 23, 2024 ⏰

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Eres mio~ (Mikeno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora