Estrella polar

0 0 0
                                    

Me disponía a levantarme, a tener un buen día de trabajo, a ser una persona de bien, a saber que solo me necesito yo. ¿Y sabes? Con eso me bastaba. Sabía que lo tenia todo sin tenerlo todo.
Pensaba sentir amor cuando no sabia que era el amor. Pensaba que las cosas eran las cosas de las cosas, de una forma que jamás serán las cosas -una de tus frases-.
Ese día; para mi suerte, volví a abrir esa aplicación. Como muchas otras. Ya te digo, sin esperar mucho más de ellas. Te volví a encontrar entre mis chats abiertos, me sorprendió verte ahí, me sorprendió que yo volviese a abrir el chat para contestar a un "Que tal" y me sorprendió aún más que yo respondiese contándote mi vida, sin venir a cuento.
Eran mis días de vacaciones, es decir, todavía no había empezado a trabajar.
Y la verdad, estaba a gusto .
Creía tener la vida súper arreglada, sin saber que el arreglo no viene del amor de necesidad o costumbre. Me dijiste que aprovechara estos días, y créeme, siento que no los aproveché suficiente sin ti. Hablamos de que te ibas de Campello a Valencia. A mi se me cayó el mundo. Y siempre te he sido sincera en esto, me iba a ir corriendo. De hecho, cerré la aplicación, me reí, y pensé; vaya chorrada. No voy a seguir hablando con alguien que está aquí y piensa irse. Odiaba ese tipo de gente, la que se instala app para conocer gente mientras que sabe que su vida no va a seguir siendo aquí. Odiaba y odio la distancia, no pensé a largo plazo.
Sinceramente no veía ningún tipo de motivo por el que seguir hablando contigo. Después, por unas horas seguí mi vida. Ya sabes, mi vida arreglada. La que te contaba antes. Cada minuto
que pasaba sentía que era menos vida. Y no sé por que. Minutos después creo recordar, me
pediste mi instagram. O yo te lo pedí a ti, no lo recuerdo. Lo que si recuerdo es ver tus fotos y pensar, "joder vaya tía hecha totalmente para mi" esta bien, no pensé que fueras mi prototipo.
Ni siquiera pensé que íbamos a tener algo. Ni que tú rubio me gustase mucho. Ni que tú corto pelo me llamase mucho la atención.
Ni que te llevaras bien con tu ex fuera un plus, porque solo era un contra.
Cuando vi la foto con ella, y me dijiste que te habías puesto rubia, pensé; joder y por qué se lo quita. Estaba guapa ahí. Me gusta ahí.
¿Y sabes?
El primer día que te vi flipe con tu rubio. Bueno, lo del primer día lo dejamos para el siguiente capituló, que de ese, tengo bastante de que hablar.
Estuvimos hablando largo y tendido, como si el tiempo, de repente, se hiciera pequeño. El tiempo contigo era relativo, sin más estaba deseando que llegará la noche para seguir hablando contigo.
Para seguir besando cada pequeño rincón de tu cuerpo. Pero de eso pasaremos más adelante.
Cada noche al salir de trabajar, al ir andando por las calles oscuras de san juan, al ver las luces de la calle, al ver a gente saliendo de trabajar, paseando, haciendo su vida, venía a mi un recuerdo fuerte; cada conversación de todos estos días. Cuando hablamos de la vida, y mi vida se iba llenando cada día de un poquito más de alegría.
¿Sabes? Sentía que necesitaba esa conversación, sentía que necesitaba sentirte, de alguna manera, de la forma que fuese, pero sentirte. Al fin de cuentas, no te conocía. Pero quería conocerte cada día de mi vida desde que te conocí. Así que recuerdo abrir Instagram, por esos tiempos yo subía mil historias, -esperando quizás a que me respondieras a alguna- , y lo hacías. Me respondías cualquier chorrada y yo, yo ya era más que feliz. Me grababa contando cualquier tontería, y me disponía a hablar contigo. Sí, no mentiré. Te dejaba a veces ahí, para que me
echarás un poquito de menos. Y lo hacías. Me decías; hoy me ha faltado algo, echo de menos hablar contigo. Flipaba.
Eras el tipo de persona que había estado buscando toda mi vida, o eso me parecía. Y meses después lo sé, no podías haber sido otra.

El amor de mi vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora