Episodio 5

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El castaño salío y caminó hasta la parada de taxis, sacó una direccion de su pantalón y se la entregó al taxista. No sabía ni como llegar a la casa de su disque "esposo" . ¿Pero en qué estaba pensando al casarse con él? ¿Qué acaso no se había acordado de lo que le había hecho ese pervertido peliplateado? Aquella vez, aquella tarde de verano, lo dejó traumado, ese era el único recuerdo que tenía de el gran Usami Akihiko.

Había revisado todos los papeles, en todas escrito ese nombre: Misaki Usami, ¡diablos! ¿cómo le pudo pasar eso? Llegó a la residencia Usami y entró a la casa, había una nota en la mesa:

"Misaki los bebés se han quedado dormidos, he tenido que salir urgentemente" Atte: La tía Kaouruko-san.

— ¿Bebés? —musitó el ojiverde.

Caminó hasta su cuarto y vío dos pequeños bultos en la cama, caminó aún mas hasta acercarse a ellos, ¿acaso ellos eran los gemelos que le había mencionado Usami-sensei? ¿esos hijos eran suyos? el castaño se dejó llevar por su lado tierno y acaricío con ternura la mejilla del mayor quien al sentir el contacto de su madre se ruborizó de un hermoso color rosado.

Al ver esto el castaño se estremecío, ¿por qué aunque no recordara nada, sus manos le pedían cargar a esas pequeñas criaturas? no pudo creer lo que le estaba pasando y los sentimientos que estaban surgiendo, por eso salío hasta la cocina y se quedó meditado por un momento. Un golpe en la puerta le hizo reaccionar, un hombre alto y con la respiración agitada había entrado y se dirigía hasta él. Antes de que pudiera relacionar todo lo que estaba pasando, el ojivioleta abrazó su cuerpo y se estremecío al contacto de éste. Por un momento creyó que se estaba dejando llevar por sus caricias, pero No, ya había tomando una desición.

—Usami-sensei, yo quiero el divorcio —el cuerpo del albino lo apretó mas—. Usami-sensei, ¡suélteme por favor!

—No lo hare —las palabras del peliplatedo le provocaron un escalofríos, ¿cómo era que su cuerpo quería sentir mas de aquellas caricias? sintío como su hombro se mojaba de tristes gotas de agua.

— ¿Usami-sensei? —preguntó timido el castaño—. ¿Se encuentra bien?

—Sólo dame tres meses, tres meses —dijo el peliplateado.

—S-si te doy los que quieras jeje —la situacion en la que estaba le estaba poniendo nervioso—. Pero por favor, no llores.

El albino se apartó de él y se dirigío hasta la ducha, sus grises cabellos plateados se ocultaron tras la puerta que se cerró.

¿Por qué? ¿por qué su corazón latía de esa manera? corrío hasta una de las habitaciones y se tiró en la cama ocultando su rostro entre las almohadas. Se sentía acalorado asi que espero hasta que el albino saliera, había pasado ya media hora cuando escuchó ruido en la habitacion continua, Usami-sensei ya había salido, no quería encontrarse con el cuerpo desnudo de su sensei. Buscó una toalla en la habitacion hasta que la encontró y se metío al baño.

— Ahhh~ —suspiró el castaño al oler el agradable aroma a shampoo y cerró la puerta con seguro.

Estaba la tina y la regadera, ambos espacios eran separados por una gruesa cortina pero hoy le apetecía sentir las frías gotas bajar por su cuerpo. Quitó cada parte de su ropa y la dejó en el suelo, su blanca piel había quedado totalmente descubierta y desnuda. Había un completo silencion que lo llenaba de tranquilidad, se dirigío al baño imitando el paso de una pricesa, alzó los brazos y se paró de puntillas mientras cerraba los ojos, le encantaba la ducha, había traspasado la cortina pero, cuando abrío los ojos.

— ¡U-u- Usami-sensei! —el cuerpo de su Usami-sensei estaba enfrente de él, totalmente desnudo.

—Misaki...

Misaki Usami no baai ₰BLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora