Capítulo 6

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En las películas siempre utilizan los días nublados como un estereotipo; la pareja se separa, alguien muere, siempre ocurría algo deprimente. Empezaba a creer que tal vez no era solo parte de las películas. 

Luke doblo las rodillas hacia su pecho para después abrazarlas. El frio del invierno comenzaba a llegar por lo que el viento acariciaba su rostro dejándole una sensación de incomodidad, los ojos le piqueteaban y tuvo que entrecerrarlos. A unos metros de donde se encontraba podía apreciar como los árboles se movían de un lado a otro, como si lo estuviesen haciendo al ritmo de una balada. Mientras se encontraba perdido admirando la naturaleza, una risa ruidosa lo saco de sus pensamientos; frente a él se encontraba Elizabeth y Jason jugueteando. No pudo evitar preguntarse qué tipo de relación tenían ya que ni siquiera la había escuchado reír de esa manera con su mejor amiga, cruzó miradas con su amigo por lo que se hizo el distraído buscando la cajetilla de cigarros en su chaqueta.

-¿Alguna vez has tratado de dejarlo?

No necesitaba girarse para saber de dónde provenía esa dulce voz, se coloco el cigarro en la boca y fallo en prenderlo dos veces seguidas, una pequeña mano cubrió el filtro para que el aire no lo apagara. No pudo evitar reise por lo bajo mientras volvía a guardar la caja.

-¿Cuál es la gracia?

-Bueno el hecho de que bebas cada tres días y que me hayas ayudado a encenderlo no dice mucho de ti, Mich.- la rubia se limitó a rodar los ojos mientras lo empujaba de broma con su hombro. No pudo evitar sentir un pinchazo en el estomago ante su tacto. Tenia que agarrarse de los cojones y terminar con ese capricho, aquella mujer era la novia de su amigo y no podía hacerle eso a alguien que lo había sacado de la mierda en la que se encontraba, era algo muy bajo.

-Solo vengo a distraerte.

Alzó las cejas curioso mientras soltaba el humo.

-¿Qué? Te conozco, en realidad, los conozco muy bien a todos, se cuándo están pasando por un mal día, no todo se trata de fiestas.- Un sentimiento de paz le recorrió el cuerpo mientras veía como su mejor amiga jugueteaba con su vecino de toda la vida. Sabia que era un grano en el culo para ella, en realidad, para todos, era por eso que los apreciaba demasiado, siempre terminaban arreglando sus mierdas en las fiestas. – Elizabeth no es una mala chica, es un demonio...-acepto, mientras se reía y se giraba hacia el castaño.- pero ha pasado por muchas cosas que la hacen tener esas actitudes, tiene un corazón enorme, me gustaría que llegaran a llevarse bien.

Recordó todas aquellas veces que la pelinegra sacó las garras para defender a su mejor amiga, tal vez tenia razón, tenia la experiencia como para saber que las sombras te podían volver una persona antipática, pero tal vez solo era el hecho de que el simplemente no le agradaba. Tom tomó asiento junto a su novia y procedió a llenarla de besos y abrazarla, se movió incomodo en su lugar y apartó la vista, pero no se levantó, pensó que sería muy obvio.

La escena le resultó un poco divertida, en realidad, todo ese triangulo amoroso le resultaba divertido. Se levantó y tomó asiento junto a Luke mientras miraba su reacción, cuando este se dio cuenta de su presencia carraspeo adoptando una postura erguida, como restándole importancia a la situación.

-Pero si son tan lindos juntos ¿a que sí?- a pesar de que solo quería arruinarle el momento al castaño, lo que había dicho era muy en serio. Se tomó la libertad de meter la mano en su chaqueta para tomar su "cercana muerte" entre las manos. Encendió el cigarrillo sintiendo rápidamente un pinchazo en el estómago. Hizo una mueca de dolor, pero no la detuvo a levantarse rápidamente cuando Luke intentó quitarle la caja, comenzó a caminar dejándolo atrás pero este la alcanzó rápidamente, le rodeo el antebrazo suavemente con la mano y la giró para que le plantase la cara.

-En serio, tienes que dejar de hacer esa mierda.

-¿Qué? ¿Me los vas a quitar?

No expresaba nada con su rostro, empezaba a darse cuenta de que era una especialista en poner cara de póker en las situaciones que le convenía. Le sostuvo la mirada y a propósito rebuscó en cada centímetro de su rostro; no llevaba maquillaje por lo que se lograban ver unos círculos lilas alrededor de sus ojos, estaban un poco hundidos, ya que lo pensaba, estaba muy delgada, nunca la había visto comer, solo aquella vez que le pegó un solo mordisco a su manzana. Tenia la nariz respingada y unas cuantas pecas la decoraban, notó como en su labio inferior había un lunar y no pudo evitar alzar las cejas sorprendido, nunca había visto uno igual.

-Simplemente puedes pedirlo.

Apretó los puños escuchando ese tono de voz, esa dulzura falsa que se notaba a tres kilómetros, no supo que decir. Se giró y se marchó, en su cabeza no dejaba de reproducirse aquel momento, esos pequeños segundos en el que le escrutó el rostro.

Luke. (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora