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-Nadie te conoce tan bien como yo, Davos y percibo en el aire que harás una estupidez.

Se detiene al escuchar la voz de su madre zla bruja, esa que estaba sentada afuera de la casa, esperando por él.

-Aeron es un omega, no es pequeñito, ni indefenso, pero sus hermanos son más grandes y siempre lo intimidaron entre todos ellos como los cobardes que son.

-Y tú eres uno, solo uno.

-Conmigo es suficiente.

Su madre se levanta, lo toma del brazo y hace el último intento de hacerlo entrar en razón. Lo mira suplicante aunque sepa que tiene la batalla perdida. Poco importa que el apellido de Aeron sea Bracken, lo ve como su omega, como aquel que debe de mantener seguro y feliz aun si tiene que pelearse contra el mundo.

-Aeron despertará y ¿qué le diré? Ah si, se fue a madrearse con tus hermanos.

-Dile simplemente que cumpliré lo que dije y que protegeré lo que amo.

Lo suelta, no va a lograr nada aunque le ruegue. Ese es su único hijo y su único hijo está enamorado y muy fregado.

Encuentra la casa de Aeron demasiado animada para su gustó, música y ruido de gente cantando.

En una réplica de la figura de su madre sentada fuera de su casa, la abuela de Aeron estaba ahí, tronandose los dedos nerviosa. Cuando lo ve le hace señas para que se acerque rápido.

-¿Aeron esta a salvo?

-Si está en mi casa.

-Rodeado de Blackwoods.

-Es uno conmigo, jamás osarían lastimarlo, sería como hacerlo contra de mi.

La mujer mayor asiente, le gusta lo que escucha, sabía que Aeron escogería bien mas alla del apellido.

-¿Que haces aquí? - le pregunta al joven alfa.

-Nadie tiene derecho a lastimar a Aeron, asustarlo a tal grado que tema por su vida. Yo esto aquí para protegerlo hasta de su familia.

-Ellos son tres, no tienen límite, no se van a detener porque seas más joven o solo seas uno.

-Bien, me parece perfecto.

Davos, después de pedirle perdón a la abuela de Aeron por la ventana que iba a romper. Lanza una piedra y el sonido del vidrio quebrandose interrumpe la pequeña fiesta que tenían los alfas.

Salen corriendo, tropezando unos con otros, sorprendidos por su presencia. Lo miran, no lo conocen, el mayor parece tener ya unos 30 años, por eso jamas se han visto.

-¿Blackwood?

-Si, Davos Blackwood, sobrino de Samwell y de Willhem, alfa de Aeron Bracken, su cuñado.

-Niño, te voy a callar esa boca mentirosa - le dice uno de los 3 hermanos. - Aeron nunca se uniría a un sucio Blackwood.

-Sucios los sonidos que me provoca Aeron, mi omega.

-Puto bastardo.

Se le avienta para golpearlo, quiere agarrarlo de la ropa y tirarlo, pero Davos tiene la mente clara y la rapidez de la juventud, esquiva aquel primer intento de someterlo y le pega un patada a uno de los hermanos quien cae de sentón de forma nada elegante.

El sabor de tu sangre en mi bocaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora