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Era casi medianoche cuando el sonido de las voces la despertaron. Tuvo miedo al escuchar una voz conocida, Amos Bracken estaba afuera hablando con la tía Isabella y creyó que ese era su fin, que él ordenaría su muerte por las ofensas que había cometido contra la Casa Bracken.

Su compañera se acercó a ella, la tomó de la mano y susurró una pregunta en un tono tan bajo que habría sido imposible escucharla de no haberla tenido tan cerca.

-¿Amos nos matará hoy?

-No.

Tía Isabella se levanta de su mecedora y enfrenta al alfa Bracken, al patriarca. Ella no le teme, nunca se ha visto amedrentada por él.

-¿Otro omega? - pregunta ella con cansancio.

-Otro niño idiota.

Se escucha el golpe seco en el piso de madera del pórtico.

-¿Está vivo?

-Es posible.

-Está sangrando, deberías llevarlo al hospital.

Las dos omegas que escuchan todo dentro de la casa se tapan la boca para no exclamar nada. Están alteradas, tienen miedo mas por los bebés en sus vientres que por ellas mismas.

-Se va a morir si sigue sangrando así. ¿Con qué le pegaron?

-Has enterrado más de un cadáver en esta casa, si se muere solo haz lo de siempre.

-Cadáveres que caben en una caja de zapatos...

-Es lo mismo.

Las dos mujeres saltan al ver la puerta abrirse, Amos empuja el cuerpo inerte del omega y las ignora, ni siquiera recordaba que estaban ahi encerradas desde meses atrás.

-Aquí apesta... Isabella haces muy mal tu trabajo.

La puerta se cierra una vez más, las omegas a tientas llegan al cuerpo y cuando lo tocan está tan frío.

-¿Quién es?

-No estoy segura - le responde buscando entre su ropa su linterna. Ilumina el rostro del omega y ahoga un grito al ver los golpes. - Aeron.

-No.. No le harían esto a él - responde la otra omega- Él no desobedeceria, él siempre fue un niño bueno.

-Está sangrando mucho...

-Qué bueno, perderlo será lo mejor que le pase.

-Cállate Florence, cállate. Se puede morir...

-Sería lo mejor que le pase.

-Sería lo mejor que le pase

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El sabor de tu sangre en mi bocaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora