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-Señor Blackwood, salga de mi salón, este no es su grupo.

La maestra se lo ha repetido todos los días y todos los días el alfa se abraza de su omega y se niega a salir. Su mejor argumento es que ya está en exámenes finales de todas las materias y que no iba a mejorar o empeorar si me tenía ahí.

-¿De verdad estás ya en todos los finales? - Aeron pregunta y Davos se abraza con mas fuerza - No te preocupes, yo te ayudaré.

-Soy un caso perdido.

-No, no lo eres.

Davos mira la sonrisa decidida de su omega y ahi tiene toda la motivación necesaria para pasar el año. No separarse de Aeron, graduarse juntos, cumplir dieciocho años, fugarse para casarse y coger tres veces al día en su departamento de una habitación.

Mejor cuatro veces al día.

Salen tomados de la mano a la siguiente clase, la gente murmura, algunos dicen que no se suponía que los Blackwood odian a los Bracken, les aclararía que Aeron es un Blackwood ahora, pero seguro no lo entenderían.

Davos lee los apuntes de Aeron, escrito ahí parece todo mas sencillo, o tal vez es que le gusta su letra, la forma en que toma la pluma o es sonido que hace al escribir.

Le gusta estar abrazado a él.

Y es que Aeron ni con Davos como calcomanía pegado a él se distrae. Lo imagina en la universidad, no cree ser capaz de seguirlo hasta allá pero lo acompañará todos los dias y estará esperando que por él a la salida.

Sus tardes son tranquilas, su madre los encuentra comiendo helado, viendo la televisión o haciendo la tarea.

La tarea de Aeron, aun asi lo hacen juntos y su madre los mira sorprendida porque su hijo no hacia tareas, salvaba los años con los exámenes y se la vivía en la calle con sus primos.

Pero con Aeron era diferente, era mejor.

Sus noches son las mejores. Se acuestan, se abrazan, se ríen de cosas que pasaron en el día. Hablan de sus familias. Hay mucha diferencia entre ellas, los Blackwood viven todos muy cerca, los Bracken tienen una comunidad auto suficiente donde el patriarca de la familia manda sobre todos, los que viven en la ciudad son unos pocos. Como los tíos ancianos de Aeron, su abuela o su madre.

-Son una secta - dice Davos. Aeron se suelta riendo porque si lo ha pensado. Cuando crecieron sus hermanos se casaron se fueron a vivir a la comunidad, sus primas suponía que también, pero de ellas no sabía nada.

-Creo que si, mi abuela dice que no le gustó vivir allá, que es un lugar malo y que por eso  yo debo ir a la universidad aunque Amos diga que eso no es para mi. Ella tiene dinero para pagarla, que no debo preocuparme.

-Claro que debes ir a la universidad, eres brillante.

-No tanto...

-Eres brillante, dije. Te enamoraste de mi, eso es una genialidad.

-Tienes razón - acepta Aeron y Davos, quién jugaba solamente, lo  mira sorprendido. - Amarte es la mejor decisión que he tomado.

Los besos vienen después de medianoche, la casa en silencio y Aeron se tapa la boca para no acabar gritando. Davos se sirve de su coño, le lame los labios, lo penetra con su lengua, toma después con su boca la linda verg4 omega de Aeron y lo chupa hasta que su boca se llena de semen. Su omega se retuerce, le jala el cabello, lo araña, le suplica que le de mas, que no es suficiente, wue necesito su verg4 alfa, gruesa y larga para realmente quedar satisfecho.

El sabor de tu sangre en mi bocaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora