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En la escuela tenían clases en común así que esperaba verlo y que las cosas no fueran como antes. Que no se burlara de él, que dejara de molestarlo o querer golpearlo.

Tal vez fingiría que no había nada entre ellos y lo trataría mal como siempre.

-Ten bonito día - le dice su madre antes de pedirle un beso en la mejilla.

-Tú también

Se baja del coche y recuerda que hay veces que Davos llega al mismo tiempo, que sus madres se cruzan y se ven mal. Pero nada, no llega, aunque lo espera unos minutos estirando el tiempo que tiene para poder llegar a su primera clase hasta que no puede seguir ahí y se apresura para llegar al salón.

Saca su celular y de repente se arrepiente del mensaje que iba a enviar porque sonaba a reclamo a exigirle saber de él o que esperaba verlo antes de clases y ese tipo de cosas que tal vez esperaría de una relación normal.

Era su omega, disfrutaron del sexo y... ¿Ya?

Tal vez su abuela tenía toda la razón, era solo para pasar el rato y en realidad lo pasaba bien con él. De eso no se iba a quejar.

¿Pero era su novio? Con todo lo que esto conlleva, con los pequeños detalles como el mensaje que le envió en la noche preguntando por si llegó bien o cuando le dio las buenas noches.

Tal vez si había detalles. Aunque en realidad le dio las buenas noches con una foto donde se veía que se estaba tocando el pito para relajarse.

Pero ahora nada.

Silencio.

Aeron se tragó el orgullo y mandó un mensaje.

"Nos vemos en el receso???"

Sin respuesta por 4 horas hasta que llegó el receso y tampoco estaba ahí. Comenzaba a asumir que no había ido a la escuela y pues no quedaba más, simplemente terminar el día y esperar si en la tarde pudieran... Tal vez...

Tal vez ir al parque otra vez.

-Estás distraído - le dice uno de sus dos amigos incondicionales. Uno es un Baelish y otro un Baratheon, se conocen desde niños y aun siendo los dos alfas, jamás los pensó como parejas.

-No, solo es que...

-El otro día cuando peleaste con Blackwood, ¿te hizo algo?

-Por supuesto que no.

Sus amigos dudan, notan que algo cambió, pero no cree que sean tan perceptivos como para darse cuenta de lo que ha pasado.

-¿Quieres un postre?

Le pregunta Baelish, pero Aeron se ofrece para ir por ellos, helado, lo que siempre se le antoja. En sí está distraído, su mente vuelve una y otra vez a Davos, quiere saber dónde está y por qué ha faltado. Toma los helados y regresa a la mesa, está a dos pasos cuando unas manos lo toman de la cintura y lo llevan al regazo de un alfa que ha visto antes pero que jamás le había dirigido la palabra.

-Hey... ¿Qué diablos?

-Omega, hueles bien.

-Pedazo de troglodita, ¡¡suéltame!!

Aeron reconoce al tipo, es un Frey, pero de verdad que nunca se habían hablado y ahora lo tenía sentado en sus piernas y así como lo sostenía estaba justo encima de una verga desconocida qué le provocaba repulsión.

-Omega... - repite de forma asquerosa y entonces hace algo que Aeron no esperaba, entierra su nariz en su cuello donde está la herida aún no cicatrizada de Davos. Sintió una punzada horrible, cosa que no sucede cuando Davos la toca, cuando su alfa pasa la lengua sobre de ella lo lleva al placer y ahora el toque le provoca dolor, asco, repulsión y una ira tan fuerte que suelta los helados para darle un puñetazo en la cabeza forzando a que se quite de ese lugar que hasta le parece más privado a que le tocara el culo.

El sabor de tu sangre en mi bocaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora