Narrado por Lamine:
La noche anterior había sido una batalla constante entre el sueño y mis pensamientos. Había descubierto tantos sentimientos nuevos que me resultaba imposible descansar. Sentía un torbellino de emociones y un miedo profundo a enamorarme. No quería desconcentrarme del fútbol, había trabajado demasiado duro para llegar hasta aquí y no quería tirar todo por la borda por una chica. Pero el miedo real venía de otra parte, de un rincón oscuro de mi pasado. Mi exnovia, Andrea, me había engañado tres veces, y dos de esos chicos eran mis mejores amigos. Esa traición me destrozó y casi me hace abandonar el fútbol. Aunque sabía que Emma no era como Andrea, no podía evitar sentir inseguridad.
Después de mucho dar vueltas en la cama, finalmente logré quedarme dormido. Me desperté a las 12:30 por una llamada de Emma. Me preguntó si podía acompañarla al centro comercial y luego invitarme a comer algo allí. Acepté sin dudarlo; ese día no tenía entrenamiento. Solo tenía treinta minutos para prepararme, así que me di una ducha rápida y me vestí con una camiseta oversized marrón, una gorra a juego y unos vaqueros blancos. Bajé y le conté a mi madre mis planes para el día antes de salir.
Cuando abrí la puerta de mi casa para recoger a Emma, allí estaba ella, espectacular. Llevaba un top sin mangas de color naranja y una falda blanca. La saludé con un pequeño abrazo, aún no acostumbrado al roce de nuestras pieles. Ese contacto me erizaba la piel y sentía un leve cosquilleo en el estómago. Estaba sumido en mis pensamientos cuando ella habló.
—¿Qué tal estás? —preguntó Emma con una sonrisa radiante.
—Bien, ¿y tú? —respondí, intentando no mostrar cuánto me afectaba su presencia.
—Me alegro. Oye, ¿de dónde es la gorra que llevas? —dijo, señalando mi gorra.
Me alegró que le gustara y respondí:
—Es de New Era, ¿te gusta?
—Sí, te da un toque al outfit, aunque me sorprende que un hombre sepa combinar la ropa —dijo con una sonrisa pícara.
—Es que yo no soy un hombre, soy EL hombre —respondí, fingiendo arrogancia—. Y claro que sé combinar la ropa, ¿cuándo me has visto con un mal outfit?
Ella se rió y replicó:
—Mis outfits son mejores, guapo.
Me sonrojé un poco por su expresión. Tratando de no parecer afectado, le respondí:
—Ya quisieras, guapa.
Ella se rió de nuevo y dijo:
—Vamos andando al centro comercial, ¿no?
Asentí con la cabeza y comenzamos a caminar. Durante el trayecto, sentí una mezcla de emociones. Emma me hacía sentir vivo, pero también vulnerable. No quería volver a pasar por lo mismo que con Andrea, pero algo en Emma me decía que esta vez podría ser diferente.
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𝘾𝙤𝙣𝙚𝙭𝙞ó𝙣 /𝙇𝙖𝙢𝙞𝙣𝙚 𝙔𝙖𝙢𝙖𝙡
RomanceEmma, una joven de 16 años, lleva una vida aparentemente perfecta como hija de un influyente empresario. Su padre, además de ser un magnate exitoso, es el mejor amigo del entrenador del Barcelona. Esta estrecha relación les permite acceder a eventos...