Narra Emma:
Ya llegamos a la ciudad deportiva y nos dirigimos a la puerta. Estoy nerviosa ya que sé lo que siento por Lamine, aunque siento que es demasiado rápido. Paula me había dicho que no importa el tiempo, sino la conexión, así que supongo que será eso.
Cuando llegamos a la puerta, unos guardias nos vieron y, por alguna razón, nos dejaron entrar sin problema. Al pasar, me quedé paralizada. Empecé a pensar: ¿Y si él no siente lo mismo que yo? ¿Y si me vuelve a dejar con el corazón en las manos?
Paula me mira confundida y pregunta:
-¿Qué pasa, Emma?-
Yo la miro y respondo:
-Nada.-
Sigo andando mientras ella se queda mirándome todavía confundida, pero continúa como si nada. Cuando llegamos, nos sentamos en unas de las sillas del estadio. Ya sentada, me dedico a buscarlo con la mirada. De repente, lo veo. Lamine ya me estaba viendo y tenía una expresión de alegría, aunque también parecía un poco confundido.
Narra Lamine:
Después de la conversación con mis amigos y con Emma la noche anterior, tenía claro lo que sentía. Emma me gustaba, pero sentía que era demasiado rápido. Sin embargo, me había demostrado tanto y me había hecho tan feliz en tan poco tiempo que me daba igual que fuera demasiado rápido. Tenía claro lo que sentía hacia ella, aunque sabía que no lo iba a demostrar rápido.
Cuando empezó el entreno, estuve hablando con Pedri, Gavi, Balde, Curbasi y Héctor. Empezó Gavi:
-¿Qué tal, tío? ¿Has pensado sobre lo que te dijimos?-
-Sí, gracias por escucharme, tío.-
Pedri añadió:
-Sabes que siempre vamos a estar para escucharte, hermano-
Y me dio una palmada en el pecho. Yo le devolví otra de broma y empezamos a pelearnos amistosamente y a reírnos. De repente, los demás jugadores del equipo empezaron a reírse y a hacer sonidos de ambulancia. No sabía qué estaba pasando, así que me giré para ver y era Emma, que estaba viéndome entrenar. Espera, ¡ESTABA VIÉNDOME ENTRENAR! Me giré a ver a Pedri:
-Tápame, que llevo el pelo mal.-
Todos se empezaron a descojonar, pero la verdad era que me tapé porque estaba más rojo que la nariz de Rodolfo. Cuando me giré, me di cuenta de lo espectacular que estaba. Llevaba un top sin tirantes blanco con rayas negras, que dejaba al descubierto sus hombros y una parte de su abdomen, y shorts negros de mezclilla, cortos. Cuando me di cuenta del tiempo que llevaba mirándola, le di una sonrisa con dientes y ella me devolvió una sonrisa dulce. Da igual el tiempo que viera esa sonrisa, nunca iba a poder evitar ponerme nervioso.
De repente, el entrenador llegó mandándonos a correr. Obedecí al instante; de cualquier manera, tenía que hacer que Emma se sorprendiese. Terminé el entrenamiento súper orgulloso. Metí todos los tiros y me salieron regates nuevos, y cuando miraba a Emma de reojo, se notaba una expresión sorprendida, pero para bien.
Cuando me iba a ir, el entrenador me llamó:
-Lamine, no sé qué tiene esa chica, pero si va a hacer que te esfuerces tanto en los entrenos, puede venir cuando quiera.-
Me reí y me fui hacia ellas, pero no solo, ya que al ver que Emma había traído a su amiga, supuse que tendría que traer a un amigo. Héctor le pareció guapa la chica, así que se vino. Cuando llegamos, Emma me dio un abrazo y yo rápidamente se lo correspondí.
-Has entrenado genial.-
Me sonrojé al escuchar eso.
-Yo siempre entreno genial.-
-Bueno, para eso tengo que venir a verlos todos, ¿no?-
Pero todos, eh.-
Nos dimos cuenta de que no estábamos solos y su amiga dijo:
-Bueno, queríamos preguntaros si querríais ir a una cafetería o algo así.-
Héctor aceptó de inmediato y yo también.
𝙋𝙚𝙧𝙙ó𝙣 𝙥𝙤𝙧 𝙝𝙖𝙗𝙚𝙧 𝙩𝙖𝙧𝙙𝙖𝙙𝙤 𝙪𝙣 𝙥𝙤𝙦𝙪𝙞𝙩𝙤 𝙚𝙣 𝙖𝙘𝙩𝙪𝙖𝙡𝙞𝙯𝙖𝙧 𝙚𝙨𝙦 𝙝𝙚 𝙚𝙨𝙩𝙖𝙙𝙤 𝙪𝙣 𝙥𝙤𝙘𝙤 𝙤𝙘𝙪𝙥𝙖𝙙𝙖
𝙉𝙤 𝙤𝙡𝙫𝙞𝙙é𝙞𝙨 𝙫𝙤𝙩𝙖𝙧, 𝙤𝙨 𝙦𝙪𝙞𝙚𝙧𝙤 🩷
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𝘾𝙤𝙣𝙚𝙭𝙞ó𝙣 /𝙇𝙖𝙢𝙞𝙣𝙚 𝙔𝙖𝙢𝙖𝙡
RomanceEmma, una joven de 16 años, lleva una vida aparentemente perfecta como hija de un influyente empresario. Su padre, además de ser un magnate exitoso, es el mejor amigo del entrenador del Barcelona. Esta estrecha relación les permite acceder a eventos...