The beginning of the decline

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Tres días antes.

Desde niños las películas y canciones suelen pintarnos el amor como la cosa perfecta, el premio que todos merecemos tocar con los dedos y el corazón dándonos razones de vida y que siempre hay un hilo rojo que nos amarra a nuestro destino, historias de amor en donde todo es color de rosa en el mundo del amor, que toda amistad llega al punto de no retorno emocional con la idea de ser complementados porque por alguna razón nacemos incompleto y necesitamos a esa otra mitad que nos llene, nos complemente como en un baile, un baile donde la sincronía es perfecta.

Yunho había creído en todas esas historias de amor, su idea del amor era perfecta y la tenía tan romanizada que cayó fácilmente al experimentar eso por primera vez cuando estaba en segundo año de universidad por aquel chico de cabellos negros el cual era el capitán del equipo de baloncesto, un hombre lleno de éxitos, todo un caballero con las damas y con un encantador espíritu que hacía suspirar a más de uno, entre ellos estaba él.

Aún recordaba como sus amigos le decían que tuviera cuidado con él, habían muchos rumores sobre su doble personalidad, aquella que solía asustar a más de uno, pero que nunca eran creídas porque el pelinegro mostraba una faceta muy diferente como para ser el enemigo de alguien, ¿quién podría creer que Song Mingi era una mala persona?, nadie, nadie podría verlo con aquellos ojos oscuros que muchos decían ocultaba con una fachada de niño bueno.

Ojalá Yunho hubiera obedecido aquellas advertencias.

Ahora, cinco años después estaba mirando al techo mientras gruesas lágrimas caían por sus mejillas mientras pensaba que hacer con su vida, como había llegado a ese punto su matrimonio con aquel demonio el cual juraba en el altar que cuidaría de él con toda su alma, cuando de quien debió cuidarse fue de él en primer lugar.

No debió aceptar esa cita.

No debió aceptar ese anillo.

No debió aceptar ese estúpido trato oral que le daba permiso de hacer lo que le diera la gana a pesar de estar casados.

Simplemente, Yunho no debió aceptar nada desde un principio.

Dos años de matrimonio, dos años en donde su vida perdió totalmente el rumbo, dos años que el tiro a la basura junto a sus emociones y su corazón intentando arreglar ese matrimonio con el pelinegro que solo sabia rechazarlo o en el peor de los casos utilizarlo para satisfacerse si sus amantes no lo dejaban saciado.

Song Mingi era la peor decisión que tomo; sin embargo, Yunho quería pensar en positivo, un positivismo tóxico en donde él se mentalizaba que todas esas acciones era su forma de demostrarle amor, que alguna vez esa chispita reviviría, que podría tener ese mundo de cuentos de hadas que alguna vez soñó de niño y que tristemente Mingi fue su primer y único amor de la vida.

Hongjoong lo había querido ayudar junto con Seonghwa, ese par eran los únicos amigos que se mantenían con él, ya que los demás se rindieron de hacerlo entrar en razón y decidieron cortar comunicación con él, o eso es lo que Yunho creía. Ellos dos le intentaron ayudar con terapias, intentando que entre en razón, pero la única respuesta que obtenían del castaño era que él mantenía la esperanza de que Mingi iba a poder cambiar.

Pero hasta el sol de hoy, jamás cambió.

El castaño observaba el techo con esas gotas saliendo de sus ojos estando recostado bajo las suaves sabanas de algodón mientras su esposo estaba tomando una ducha intentando quitar el sudor y el olor a alcohol que brotaba de su cuerpo, esa era una de las tantas noches donde volvía a su casa a terminar de complacerse porque la chica con la que salió esa noche no fue suficiente para él, un día más en donde Yunho se entregaba con cuerpo y alma, pero que solamente era visto como un muñeco, ese que usaban y tiraban después de perder su encanto.

Para Mingi, eso era Yunho desde la perspectiva del de ojitos de cachorro.

¿Cuánto más podría soportar esas situaciones?

¿Cuántos abusos más podría aguantar?

Suspiro limpiando sus lágrimas mientras recordaba esa charla con Hongjoong y Seonghwa hace unos días antes de que discutieran nuevamente por culpa de Mingi.

"No es amor, esperar una miga de cariño es mendigar, Yunho eres más que una simple marioneta y mereces vivir el amor como debería ser, yo no uso a Seonghwa, yo no lo maltrato como muestra de amor, eso es abuso y Mingi ya toco un límite muy delicado que tú a ojos ciegos decides ignorar y normalizar cuando no está bien, debes salir de ese ambiente tan tóxico."

Recuerda perfectamente que ese día decidió irse molesto del hogar de ambos y no volvió a contactarse con ellos, y ni siquiera era que le moleste realmente el tema; el problema era principalmente que era doloroso para el aceptar la realidad en la que estaba metido y que por mantener una insignificante esperanza de que todo podría cambiar decidía ignorar.

Pero ya había un límite, una línea muy delgada que lo había encaminado a una decisión importante, por lo cual sin ver a su esposo que salía del baño en un tono muy suave, pero que como un eco lograba escucharse en la silenciosa habitación, mencionó aquello que hace unas semanas jamás pensó que diría.

-Quiero el divorcio.

Primer fanfic que escribo con una temática más delicada, está pensada desde la canción "empty box" por lo cual si no conocen la traducción la dejé más arribita para que se hagan una idea

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Primer fanfic que escribo con una temática más delicada, está pensada desde la canción "empty box" por lo cual si no conocen la traducción la dejé más arribita para que se hagan una idea.

Espero que disfruten la historia <3

-; Lau

Second chance  «Yungi»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora