Parte 11

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11.

*Aún seguía pensando en ese beso... fue tan corto... pero aún sentía su calidez... si él supiera las ganas que tenía de continuar besándolo y de abrazarlo... pero no podía. Bulma e incluso ella misma, pudo comprobar q a Goku le gustaba salir con diferentes chicas y ella no sería una más del montón. No se lo permitiría.*

Trató de acelerar el paso cuando sintió su voz, no tenía el valor de mirarle la cara *porque? Por qué moriría de tan solo verlo... si sentía su cuerpo derretirse ante su mirada, mucho más ahora que escapa a sus propios sentimientos, para no ser lastimada por él*. Caminó lo más rápido que pudo, pero aun así, le ganó en aquella carrera.

Goku: Milk... -alcanzándola- Milk, espera -tomándole la mano-.

Milk: que ocurre Goku? -aun seria.

Goku: Milk déjame hablar contigo -impidiendo que entrara al salón-.

Milk: llegaremos tarde goku... luego hablamos –decía esquivando aquella petición de su parte, aunque supiera muy bien que solo era una excusa. Mientras, entraba al salón y Goku tras ella resignado-.

Estaba entrando al salón cuando escuchó chiflidos y risas de sus compañeros de clase. Y ahí parada en frente a la clase estaba caulifla... Milk caminaba lentamente no entendía lo que ocurría...

Goku por su parte iba entrando detrás de Milk, él tampoco entendía q ocurría hasta q se puso a escuchar a caulifla...

Caulifla: oh, miren quien llego? –la miró de forma despectiva- nuestra pobre compañera... y cuando digo pobre me refiero a que es la pobre hija de una sirvienta... que al parecer brindo servicios extras al señor Ox mientras trabajaba en su casa hace unos años –dijo burlonamente mientras el rostro de la pelinegra parecía empalidecer- se cree con mucha clase, pero no es más que una hija ilegítima con aires de princesa. Ni siquiera merece asistir a la misma universidad con nosotros, no es de nuestra clase... como pueden mezclarnos con gente tan vulgar?

Goku: suficiente, caulifla –casi fue una amenaza del pelinegro hacia ella. Había escuchado lo suficiente, y no permitiría que siguiera hablando tantas estupideces. Acaso se creía sangre azul?-.

Caulifla: y tú, que te entrometes? –lo alejó de un empujón, con quizás todo el resentimiento que sentía por él, al haberla ignorado y despreciado todo ese tiempo, todo por esa chiquilla mosca muerta, y que ahora él sabría de que descendencia provenía. Se preguntaba si aún seguiría sintiéndose atraído por aquella después de que ella misma se encargara de ventilar su pasado... humilde? *sonrió para sus adentros*-.

-oye amigo, déjala continuar tengo interés de saber que más tiene para decir –hablo un muchacho pelirrojo. Recibiendo por parte del pelinegro una mirada asesina. Sin tener ni un poco de pudor de ponerse en contra de todos sus compañeros de clases con tal de defenderla. Quizás para ellos esto podría ser divertido, pero para él no lo era.

Caulifla: no solo eso... -continuó, pasándose delante de aquel pelinegro, ignorando totalmente su intento de amenaza, ella no le tenía miedo, él la conocía muy bien y sabía que absolutamente nadie haría que ella callara o dejara de hacer algo que tenía en sus planes. Como el de ahora, destruir a la mosca muerta... y es que era tanto el rencor que venía acumulando hacia ella- incluso brinda servicios como cocinera en un hogar de caridad –con tristeza fingida- creo que lo de sirvienta lo lleva en la sangre –soltó una risa malvada, eso último fue un insulto sin agresión. Disfrutó tanto de ver el rostro pálido de aquella chica. No se arrepentía de haberse tomado el tiempo de investigar con algunas de sus tías y su misma madre, la aparición repentina de una hija del señor Ox, nunca antes la había visto y quiso saber el por que recién este año apareció. Claramente no era de su incumbencia, pero esa tipa había robado la atención del hombre que ella amaba y no se lo perdonaría. Tenía que vengarse de cualquier forma-.

No todo es lo que pareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora