Marta estaba completamente inmersa en la preparación del calendario de los próximos meses. Los dedos volaban sobre el teclado mientras su mirada se mantenía fija en la pantalla del ordenador. Voces de Orgullo, la organización en la que trabajaba, se dedicaba a mediar, invertir y coordinar todas las actividades culturales del colectivo LGTBIQ+ de la ciudad. La visibilización del movimiento era crucial, y llegar a junio con una agenda impecable era imperativo para superar las expectativas del año anterior.
El despacho de Marta, adornado con pósters vibrantes de eventos pasados y una vasta colección de libros de sus escritoras favoritas, era un reflejo de su pasión y dedicación. A pesar de que el reloj marcaba las seis de la tarde, el tiempo parecía desvanecerse para ella. Sumida en su trabajo, Marta se movía con una concentración inquebrantable.
—Marta, ¿te vienes a tomar un café? —dijo Luz, asomando sutilmente por la puerta del despacho. La voz de Luz tenía un tono suave y amistoso, una invitación a un pequeño respiro.—Anda, vente, llevas demasiadas horas ahí encerrada.
Marta levantó la mirada, sus ojos azules mostraban una mezcla de sorpresa y cansancio. Se recogió su cabello rubio en una coleta desenfadada, un gesto que hacía casi sin pensar, y sonrió.
—Venga, voy —respondió, dejándose contagiar por la calidez de Luz.
Luz y Marta se conocieron años atrás. Ambas habían escalado dentro de la entidad y ahora gestionaban todo el trabajo necesario para lograr una mayor repercusión para el Orgullo de Barcelona.
—¿Cómo vas? —preguntó Luz una vez tuvieron el café en sus manos. El aroma del café recién hecho llenaba el pequeño espacio, ofreciendo un breve consuelo.
—Bien, creo que hoy acabaré a mi hora. Por mucho que quiera adelantar, no podré continuar hasta que no hagamos la reunión con el Grupo X y cerremos el plan —Marta tomó un sorbo de café, dejando que el calor de la bebida la relajara.
—Sí, bueno, es mañana, así que si todo va bien podremos desbloquearlo y cerrar los detalles pronto —Luz asintió, compartiendo la calma que empezaba a sentir Marta—. Por cierto, Grupo X reabrió su local la semana pasada. Bego y yo pensamos en pasarnos más tarde a tomar una copa y así conocer a la nueva subdirectora antes de la reunión de mañana.
—Uf, qué pereza me da eso del cambio... No me gusta tratar con nuevas personas a estas alturas, puede que nos ralentice las cosas... —dijo Marta, frunciendo el ceño con visible desdén.
—Marta, sabes perfectamente que, para avanzar en el entretenimiento del colectivo, era imprescindible renovar la directiva de Grupo X. El cambio de Jaime era inevitable. Aunque hubiera aceptado nuestras propuestas, no era suficiente; ellos debían liderar, no seguir nuestras directrices —dijo Luz, con una clara nota de irritación en su voz—. Estaban completamente estancados, desfasados. Este cambio era necesario. Además, estuve indagando en el LinkedIn de la nueva encargada y, sinceramente, no se queda corta. Es mucho más joven, con una experiencia impresionante. No creo que ponga objeciones a nuestras ideas, y realmente espero que empiecen a tomar las riendas desde su posición.
—Sí, Luz, tienes razón... Supongo que era mejor que hicieran el cambio antes de tomar las decisiones para esta edición —Marta se dejó caer en una silla, sintiendo una ligera punzada de esperanza. Necesitaban ese cambio para revitalizar la relación con la entidad.
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—¡Fina, Fina! —alertó Marcos, mirando hacia la entrada del local con una mezcla de sorpresa y anticipación—. ¿Ves a esas tres mujeres de ahí?
—Sí, ¿qué les pasa? —respondió Fina, dejando momentáneamente su trabajo.
—Son de Voces de Orgullo, con quienes tenemos la reunión mañana.
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El Orgullo #Mafin
FanficBarcelona, 2024. En el vibrante telón de fondo del Orgullo, Fina y Marta se cruzan en un momento de efervescencia y cambio. Mientras la ciudad se llena de colores y celebraciones, sus vidas se entrelazan de manera inesperada. Marta, con su eleganci...