El Orgullo #Mafin

6 - Una tregua

El martes pasó tranquilo para Marta, pero su mente no dejó en todo el día de revolotear alrededor de Fina. Aún se reía por la conversación subida de tono que habían tenido el día anterior. Había sido ella quien provocó a Fina, y aunque el juego le encantaba, ansiaba que fuera la morena quien tomara la iniciativa la próxima vez.

Ese día Fina había sido discreta en sus redes, solo había subido una canción de Marlena, "Amor de verano". Marta, al ver el story, sintió un pequeño cosquilleo. Conocía muy bien el grupo, a parte de que justo ese viernes tocaban en el local de Grupo X. ¿Otra indirecta directa?

No pudo evitar ponerse ese tema varias veces. Le parecía absurdo cómo una simple canción podía hacerle sentir tantas cosas solo porque Fina la había subido. Marta se dejó llevar por la fantasía de que las palabras de Marlena se hicieran realidad. Ojalá.

Al final del día, después de haberla escuchado mil veces, decidió darle un like al story de Fina. No pudo evitar que una sonrisa se dibujara en su rostro. Mientras cerraba la aplicación Marta pensó "Si esto sigue así, voy a necesitar un manual de cómo mantener la compostura ante Fina".

Marta llevaba desde hace dos días entre Barcelona y las nubes.

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El miércoles se deslizaba lentamente, pero la mente de Fina estaba en ebullición, fluctuando entre sus obligaciones profesionales y un deseo creciente por Marta. Ansiaba volver a verla, sentir su presencia, oír su risa y perderse en sus ojos. El recuerdo de su paseo de apenas unos días atrás la asaltaba a cada momento libre. Para Fina, parecían haber pasado años desde aquel encuentro. Se dejó llevar por las imágenes que su memoria le ofrecía: las risas compartidas, las miradas tímidas que gradualmente se volvían más confiadas, y, sobre todo, aquella despedida cargada de electricidad. El perfume de Marta aún flotaba en su mente, y los labios de la rubia, tan suaves y sutiles, habían dejado una marca indeleble en su piel.

Mientras se dirigía a la cafetería de las oficinas, Carmen se le acercó y no pudo evitar notar la distracción en el rostro de Fina.

—¿Todo bien, Fina? Pareces estar en otro mundo.

—Sí, estoy bien. Solo tengo muchas cosas en la cabeza —respondió Fina, tratando de sonar despreocupada.

Carmen la miró de reojo, con una sonrisa pícara.

—Ajá, muchas cosas en la cabeza... ¿O una en particular?

Fina sintió cómo se le subían los colores.

—¡Qué va! Bueno, quizás... —admitió con una sonrisa nerviosa.

—Cuéntame, ¿qué tal con... Marta? —dijo Carmen, dándole un ligero codazo.

Fina se mordió el labio, intentando no parecer demasiado emocionada.

—Pues... la verdad es que no puedo dejar de pensar en ella. Es como si tuviera una película romántica en mi cabeza todo el tiempo... qué mal estoy... ¿verdad?

Carmen soltó una carcajada.

—¡Ay, por favor! ¿Dónde quedó la dura y malota de Fina?

— ¡No te rías, Carmen! — dijo frunciendo el ceño— Es que... no sé, tía... ella... me hace sentir cosas. Me refiero a que... no sé... es... diferente.

—¡Aww! ¿Tienes mariposas en el estómago? —dijo Carmen, simulando un tono meloso a la vez que burlón.

—¡Para ya! —ahora Fina se también se reía—. Es en serio, me hace sentir feliz solo con pensar en ella... Y eso es algo super raro para mí. No sé qué me está pasando, Carmen...