4 - Nos vemos pronto

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Pasaron dos semanas desde aquel encuentro y Fina se sumergió en la vorágine de preparativos para el Orgullo. Su vida laboral era un torbellino de actividad: de lunes a viernes por las mañanas, se dedicaba cerrar los detalles de los eventos de ese mes reuniéndose con Carmen, Marcos y otros compañeros. Por las tardes, se quedaba planificando los eventos de los siguientes dos meses y, por las noches, de jueves a sábado, se pasaba por el local para asegurarse de que todo marchara bien.

A pesar de su ajetreo, Fina no podía evitar pensar en la rubia cada vez que visitaba el local. En un par de ocasiones había visto a Begoña y Luz, pero ni rastro de Marta. Esa ausencia le hizo pensar si estaría molesta por aquel acercamiento. Aunque desechó esa idea rápidamente, pues no lo sintió así aquel sábado, era algo de lo que estaba segura.

La emoción que sintió al contarle a Carmen lo interesante que le parecía Marta se había desvanecido un poco con el paso de los días. Intentó convencerse de que era simplemente el desafío de conquistarla lo que le atraía de ella. Un capricho, sin más.
Sin embargo, al final de esa segunda semana, un sentimiento inexplicable persistía, algo que no había disminuido. ¿Era curiosidad? ¿Una atracción más fuerte de lo habitual? No sabía qué era, pero intentó a la fuerza quitársela de la mente.
La noche anterior se pasó por el local con la esperanza de que Marta se dejara ver. No fue así. Y así quiso que su capricho mental llegara a su fin; no se permitiría ni un día más pensar en ella.

Tras chequear con Carmen que todo iba bien, se quedó con unos amigos en la pista. Después de un rato, una chica esbelta, alta, de pelo castaño y ojos color miel, se le acercó. Fina volvió a sentirse como la persona que había sido hasta hacía unos días; alguien que sabía aprovechar las oportunidades que se le presentaban. Sabía que esa chica había venido para salvarla, para quitarle a Marta de la cabeza. Se alegró como si llevara días conteniendo la respiración y ahora pudiera volver a respirar. Suspiró y se dejó llevar por la conversación. Bailaron. Rieron.
La castaña se le acercó, llevaban un buen rato juntas, parecía evidente lo que tenía que pasar. La de ojos miel se le quedó a unos pocos centímentros, hasta que la besó. Le dio un beso intenso, parecía que llevaba desde el minuto uno esperando besar a Fina.

Pero... después del beso, Fina se apartó. Mientras la besaba, había pensado, sin quererlo, cómo sería besar a Marta. Se jodió pero bien. Se excusó de la chica diciendo que le había surgido algo urgente, que le sabía mal, y que ya si eso se verían por ahí otro día.

La chica no tuvo tiempo de responder. Fina salió huyendo, molesta consigo misma. ¿Qué coño le estaba pasando? Le dio una rabia inmensa. Una noche así la necesitaba, le encantaba pasarlo bien con alguien sin pretensión de más. Pero no pudo dejarse llevar. Enfadada consigo misma, se fue a casa.

A la mañana siguiente seguía dándole vueltas al tema. ¿Por qué? Si no conocía de nada a Marta. Pero y si... ¿y si había experimentado con Marta lo que llaman 'una conexión especial? Un sentimiento algo más intenso, algo que no sabía como calificar, porque obviamente no era amor, pero tampoco lo veía como un capricho ya... Era... era... en el fondo de su ser quería saber más de aquella mujer de forma genuina. Algo que le salía de dentro, algo que parecía crecer cada vez que pensaba en ella.

Para salir de dudas de lo que sentía se sumergió en las redes en busca de cualquier indicio de Marta de la Reina. En realidad no sabía que andaba buscando. Pero quería ver que sentía al volverla a ver, ni que fuera en una foto. No sabía que era lo que le atrapaba de Marta, ¿era su perfil profesional? ¿O la combinación de que era muy inalcanzable para los demás y frágil ante ella? Se dijo eso, que esa combinación sería lo que le tentaba a Fina. Sí. Y ninguna conexión especial, más allá de eso. De nuevo, un capricho. O no. No sabía ya...

La buscó pero no la encontraba. Había muchas Martas, y esta parecía no haber usado su apellido en sus perfiles.

Entonces tuvo una idea. Fue al Instagram de Voces de Orgullo. Y allí estaba etiquetada en varios posts. Rápidamente Fina fue a su perfil personal pero, como era de esperar, estaba cerrado. "Mierda", murmuró. Volvió al perfil de Voces del Orgullo y vió que este estaba repleto de ella. Y se quedó ahí no se sabe cuanto tiempo. Buscó, miró, escuchó. Reprodujo los reels, leió y así en bucle volvió a repasar todos los posts de los últimos años donde ella aparecía.

El Orgullo #MafinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora