4

968 72 0
                                        

El día era soleado cuando Jungkook y Nabi llegaron al elegante edificio de oficinas donde Jungkook había convocado una reunión de negocios. Nabi, vestida con un traje de chaqueta y falda que equilibraba profesionalismo y sofisticación, caminaba a su lado con una mezcla de ansiedad y esperanza. Sabía que Jungkook quería que ella estuviera allí para mostrar una imagen de unidad y éxito, pero también le preocupaba el ambiente de negocios y la posible interacción con otras personas.

—¿Estás lista para esto? —preguntó Jungkook mientras se acercaban a la entrada del edificio.

—Sí, creo que sí —respondió Nabi, intentando sonar más segura de lo que se sentía.

Jungkook le ofreció una sonrisa reconfortante y la tomó de la mano antes de que entraran en el vestíbulo. La recepcionista, una mujer joven y atractiva, les recibió con una cálida sonrisa.

—Bienvenidos, Sr. Jeon. La sala de conferencias ya está lista para la reunión. —Luego, su mirada se posó en Nabi, y su sonrisa se hizo aún más amplia—. Y tú debes ser la esposa del Sr. Jeon. Encantada de conocerte.

—Gracias —respondió Nabi, intentando mantener una actitud amigable.

Jungkook asintió cortésmente y dirigió a Nabi hacia el ascensor. Mientras subían, él parecía completamente inmerso en sus pensamientos, preparándose para la reunión. Nabi aprovechó el momento para observar el entorno, notando la pulcritud y el lujo del lugar.

Al llegar a la sala de conferencias, Jungkook abrió la puerta y dejó entrar a Nabi antes de él. La sala estaba decorada con una mesa de reuniones de vidrio y sillas de cuero. La vista desde las ventanas ofrecía un panorama impresionante de la ciudad.

La reunión comenzó con varios asistentes ya presentes, incluidos socios y ejecutivos importantes. Nabi se sentó al lado de Jungkook, tratando de integrarse lo mejor posible. En el momento en que todos se sentaron y comenzaron a discutir los puntos de la agenda, la secretaria de Jungkook, llamada Sumi, entró en la sala.

Sumi era una mujer de unos veinticinco años, con una figura esbelta y una apariencia pulcra que llamaba la atención. Se dirigió hacia Jungkook con un aire de familiaridad que parecía más personal que profesional. Mientras repartía documentos y actualizaciones, sus miradas se cruzaban con frecuencia y sus sonrisas eran demasiado largas.

Nabi observó todo esto con creciente incomodidad. Cada vez que Sumi se inclinaba hacia Jungkook para entregarle un documento o susurrarle algo al oído, un nudo de celos se formaba en su estómago. La situación empeoró cuando Sumi se permitió una risa ligera al comentar algo con Jungkook, tocándolo de manera casual en el brazo.

Nabi apretó los puños bajo la mesa, tratando de controlar sus emociones. La reunión continuaba, pero sus pensamientos estaban completamente centrados en el coqueteo evidente entre su esposo y la secretaria. La tensión en el aire se volvía casi palpable.

Finalmente, durante un receso en la reunión, Sumi se acercó nuevamente a Jungkook, esta vez más cerca de lo necesario. Mientras hablaban, Sumi se apoyó en el borde de la mesa de conferencias, dándole a Jungkook una mirada coqueta que Nabi no pudo ignorar más.

—Señor Jeon, me preguntaba si podríamos hablar sobre el próximo proyecto más tarde. —La voz de Sumi era suave y seductora.

Jungkook estaba a punto de responder cuando Nabi se levantó abruptamente, su rostro pálido y sus ojos brillantes de emoción reprimida.

—Jungkook, ¿podemos hablar un momento? —su voz era fría y firme.

Jungkook se giró hacia ella, sorprendido por su tono. Los demás en la sala miraron con curiosidad, y la conversación en el pasillo se detuvo momentáneamente.

—Ahora no, Cariño. Estamos en medio de una reunión importante —dijo Jungkook con una expresión que mostraba tanto sorpresa como desaprobación.

—Lo siento, pero es importante —replicó Nabi, su tono ya no escondiendo el dolor y la frustración.

Sumi levantó una ceja, claramente intrigada por la situación, mientras se mantenía cerca de Jungkook. El ambiente se volvió aún más tenso, y los murmullos comenzaron a crecer.

—Por favor, ¿podemos ir al pasillo? —insistió, su voz temblando ligeramente.

Jungkook suspiró, levantándose de la mesa con una expresión de molestia. Salió de la sala seguido por Nabi, dejando a Sumi y a los demás asistentes en una atmósfera cargada de expectación.

Una vez en el pasillo, Nabi se dio vuelta, enfrentando a Jungkook con una mezcla de angustia y determinación.

—¿Qué está pasando entre tú y Sumi? —preguntó, su voz temblando de emoción—. ¿Por qué parece que tienes una relación especial con ella?

Jungkook frunció el ceño, claramente desconcertado.

—No es lo que parece. Sumi es solo una colega. Ella está aquí para ayudar en el trabajo.

—Eso no es lo que me parece. La forma en que ella te mira, cómo se comporta contigo... —Nabi sintió lágrimas en los ojos, luchando por mantener la calma—. Me hace sentir que no tengo lugar aquí.

Jungkook miró a su esposa, su expresión suavizándose al ver el dolor en sus ojos.

—Cariño, lo siento si te hice sentir incómoda. Sumi es solo una profesional, y nada más. No quiero que te sientas así.

—¿Entonces por qué no la pusiste en su lugar? —demandó Nabi, su voz rota por la emoción—. ¿Por qué permites que ella cruce esos límites?

Jungkook se quedó en silencio por un momento, reconociendo que su comportamiento había sido inapropiado. Sabía que su respuesta debía ser más firme, pero también comprendía que debía manejar la situación con cuidado para no empeorar las cosas.

—Lo siento, Nabi. Te prometo que hablaré con Sumi y estableceré límites claros. No quería que esto te afectara de esta manera.

Nabi asintió lentamente, sus lágrimas cayendo libremente ahora. Sintió una mezcla de alivio y tristeza, reconociendo que, aunque Jungkook estaba dispuesto a abordar el problema, el daño ya estaba hecho.

—Gracias, Jungkook. Solo espero que no vuelva a suceder.

Jungkook la abrazó con suavidad, sus manos acariciando su espalda en un intento de consolarla.

—Lo siento de verdad. Haré todo lo posible para que esto no vuelva a ocurrir.

Regresaron a la sala de conferencias, donde los asistentes miraron con curiosidad mientras Jungkook tomaba su lugar nuevamente. La reunión continuó, pero el ambiente había cambiado. La tensión que antes se había acumulado ahora estaba acompañada de una nueva comprensión.

La situación con Sumi se resolvió cuando Jungkook la llamó para una conversación privada, dejando claro que cualquier comportamiento fuera de lugar no sería tolerado. Mientras tanto, Nabi se sentó en la reunión con una mezcla de sentimientos, sabiendo que, aunque el problema había sido abordado, las heridas emocionales no se curarían de inmediato.

Jungkook, con un aire de arrepentimiento y resolución, miró a Nabi de vez en cuando durante el resto de la reunión, comprometido a trabajar en la confianza y la seguridad en su relación.

Control | JJK ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora