La noche había caído y la ciudad brillaba con luces vibrantes cuando Jungkook y Nabi llegaron al restaurante exclusivo al que su colega, Mark, los había invitado para una cena de negocios. El lugar estaba adornado con elegancia, y el ambiente sofisticado reflejaba la importancia del evento.
Nabi, vestida con un elegante vestido negro que acentuaba sus curvas, se sentía un poco nerviosa pero emocionada. El vestido, con su escote sutil y su corte ceñido, le daba un aire de sofisticación que no pasaba desapercibido. Jungkook, a su lado, vestía un traje oscuro a juego, y aunque su apariencia era impecable, su mente estaba enfocada en las interacciones que podrían ocurrir esa noche.
Al llegar al restaurante, fueron recibidos por Mark, un hombre de unos cuarenta años con una actitud segura y encantadora. Después de los saludos y las presentaciones, Mark los guió a una mesa reservada en un rincón privado del restaurante.
—¡Qué hermosa noche! —dijo Mark, su mirada deteniéndose brevemente en Nabi antes de dirigirse de nuevo a Jungkook—. Estoy encantado de que hayan podido venir. Este es un excelente lugar para discutir algunos de los próximos proyectos.
La conversación comenzó en un tono amistoso, pero Nabi pronto notó las miradas furtivas que Mark le lanzaba. Aunque intentó ignorarlas y concentrarse en la conversación, no pudo evitar sentir la incomodidad de ser el centro de atención de alguien que no era su esposo.
Mientras la cena avanzaba, Mark se inclinó hacia Nabi, elogiando su vestido y comentando sobre cómo se veía fantástica. Cada comentario, cada mirada y cada sonrisa que Mark le dirigía, hacía que Nabi se sintiera cada vez más incómoda. Jungkook, que estaba consciente de la situación, comenzó a sentir un creciente malestar.
Finalmente, Mark hizo una broma y le pidió a Nabi que se inclinara un poco para ver mejor el collar que llevaba puesto. Su mano se posó brevemente sobre su brazo, lo cual fue el punto de quiebre para Jungkook.
—Mark, creo que es mejor que volvamos al tema de la reunión —dijo Jungkook con una firmeza que no dejaba lugar a dudas.
Mark levantó una ceja, sorprendido por el cambio en el tono de Jungkook.
—Oh, claro, Jungkook. Solo estaba haciendo un cumplido —dijo Mark, tratando de restarle importancia a la situación.
Jungkook no estaba dispuesto a dejarlo pasar. Se inclinó hacia Mark, su voz baja y controlada, pero llena de una tensión palpable.
—Mark, apreciamos tu amabilidad, pero me gustaría que mantuvieras la conversación en el ámbito profesional. No me parece adecuado que coquetees con mi esposa en esta cena de negocios.
Mark se quedó en silencio, claramente sorprendido por la confrontación. Nabi, al observar la situación, sintió una mezcla de gratitud y frustración. Sabía que Jungkook estaba defendiendo su honor, pero también comprendía que necesitaban abordar el problema de una manera más profunda.
—Jungkook —dijo Nabi, su voz suave pero firme—. Quiero que veas lo que se siente estar en mi lugar. Te molestaste tanto por cómo Mark se comportó conmigo, pero no has reconocido lo que pasó antes con Sumi.
Jungkook la miró, confundido y preocupado.
—¿Qué quieres decir?
—Me refiero a que me sentí exactamente igual que tú ahora, cuando Sumi te coqueteaba en la reunión de negocios. La diferencia es que tú permitiste ese comportamiento, y yo me sentí herida —dijo Nabi, sus ojos brillando con una mezcla de emoción y tristeza—. Vez lo que se siente ser objeto de atención no deseada.
El silencio se instaló en la mesa mientras las palabras de Nabi resonaban en el aire. Jungkook, enfrentando la realidad de lo que había causado, sintió una oleada de remordimiento. Se dio cuenta de que había sido insensible al dolor que su esposa había experimentado anteriormente.
—Cariño, lo siento mucho. No me di cuenta de cómo te afectó todo eso —dijo Jungkook, su voz temblando ligeramente—. Reconozco que he cometido un error, y me duele saber que te hice sentir así.
Nabi le dio una sonrisa triste y asintió.
—Lo sé, Jungkook. Solo quería que entendieras cómo se siente estar en una situación así. No se trata solo de protegernos, sino de ser conscientes de cómo nuestras acciones afectan a los demás.
Mark, que había estado escuchando, se aclaró la garganta y se disculpó.
—Lo siento, Nabi. No era mi intención hacerte sentir incómoda. Aprecio que Jungkook haya abordado el tema, y prometo que seré más respetuoso en el futuro.
La cena continuó en un tono más serio y profesional. La conversación se centró en los proyectos y en el futuro de la colaboración entre las partes involucradas. Aunque la atmósfera se volvió más tensa, hubo un entendimiento claro de que se necesitaba respeto mutuo en todas las interacciones.
Al final de la noche, mientras Jungkook y Nabi se dirigían hacia su automóvil, Jungkook tomó la mano de su esposa y la miró con una mezcla de arrepentimiento y cariño.
—Gracias por darme esta lección, Cielo. Lo aprecio mucho. Estoy comprometido a aprender de esto y a ser más consciente de cómo te afecta todo.
Nabi le sonrió, sintiendo una mezcla de alivio y esperanza.
—Yo también quiero aprender y crecer juntos, Jungkook. Lo importante es que podamos superar estos desafíos y fortalecer nuestra relación.
Jungkook asintió, sabiendo que había mucho trabajo por hacer, pero sintiéndose aliviado de tener a Nabi a su lado.