Sueños Muertos| TETELESTAI • Libro III de la Trilogía: Los Sueños De Dios

2| Quiero vomitar

Tiffany

—gracias hermano Adam, adiós Sahúl —me bajo del auto, acabamos de terminar un día muy divertido y lindo en la casa de los papás de Jiji. Ha sido un día muy bueno y alegre, por un momento se me olvidó que tenía que regresar a casa.

Aunque mi casa queda cerca de la de Jiji, ellos por cortesía me han traído hasta aquí.

—Nos vemos mañana en la universidad — dice Sahúl y se van.

Regresar a esta casa es la peor parte de mi día, aunque me pude haber quedado en casa de Jireh, no lo hago. A mi mamá se le ha ocurrido la terrible idea de darles autorización a sus amistades de tocar todo lo que hay en casa. Un día se habían llevado todo lo que había en el refrigerador y lo peor es que eso no lo había comprado ella, lo había comprado yo con el dinero que mi papá me manda.

Otra vez, se atrevieron a abrir la puerta de mi cuarto, ese día las tuve que  empujones, pues estaban borrachas.

Ahora cierro la puerta de mi cuarto con llave.

Veo que la puerta de la casa cerrada, es extraño mamá siempre la deja abierta.

Abro la puerta, enciendo la luz y encuentro a mamá y su novio infundidos en un apasionado beso.

Me da pena por ellos y asco, camino rápido a mi habitación y cierro con llave la puerta de mi habitación, escucho una música súper bulgar, ese chico que sale con mi mamá escucha música podrida y es otro que se cree dueño de la casa, toma todo lo que hay sin permiso.

Busco mis audífonos para orar antes de dormirme y escuchar música que no sea esa porquería.

Me pongo mi pijama, hago mi oración y me quedo escuchando música y así me quedo dormida.

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01:56 AM

Me despierto, no sé en que momento los audífonos se me cayeron, escucho a mi mamá quejarse de dolor.

Me levanto y voy a la sala que es un chiquero, ya no parece hogar. Veo a mi mamá en el suelo.

Ay no, otra vez se ha vomitado.

La levanto, bien que  el tipo ese viene y la besa y hasta baila con ella, toma lo que quiere como si tuviera derecho, pero cuando mi mamá está así la que siempre está limpiando todo soy yo.

La que se desvela cuidando a mi mamá soy yo.

🤍🤍🤍

No he dormido nada, me dirijo a la universidad voy en el auto de el hno Diego, mi casa queda cerca de la casa de Jireh.

Jireh se acomoda la peluca, hoy lleva una peluca corta, se ve bonita de cualquier forma.

—Ya te pareces a José con esas ojeras —la escucho decir.

—No me compares con ese fresón.

—No entiendo porqué no se pueden llevar bien, ambos son iguales de testarudos —dice el hno Diego.

—No somos iguales, el me molesta mucho, dijo que se iba a desquitar porque la vez que fuimos a Worship Night lo golpeé con la maleta.

El hno Diego se carcajea.

—Pues yo quiero ver qué hace —dice y yo lo fulminó con la mirada.

—Usted más que nadie, debería  apoyarme.

Llegamos a la universidad, Jireh se despide y va a su salón de clases, yo me dirijo al mío, veo que José viene en mi dirección algo apresurado.

—No me digas, yo adivino, la razón por la que vienes se llama Tahís.