Ser soñador significa muchas cosas, pero te diré solo dos: sacar tus sueños del Cuarto de los Sueños, donde los sueños solo son eso, sueños; temer, pero también escuchar la voz de Dios diciendo "No hay de que Temer".
Toda va bien hasta que tus sueño...
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Narra Tiffany
Me tiro en el sofá, estoy cansada de limpiar, esta casa no puede permanecer limpia.
Mamá ya se ha ido a trabajar, por fin estoy sola. Enciendo la televisión, pero mis ojos se dirigen a la bolsa de regalo en el mueble. “para la niña más linda”
¿Como es que no la vi? La tomo y la arranco en pedazos, lo que contiene adentro lo tiro a la basura, eran unos chocolates.
Ayer el novio de mi mamá había entrado, mamá aún no había llegado, estaba lista para ir a la bodega cuando llegó, traía unos jeans negros ajustados con una camiseta blanca, en ese momento me arrepentí de llevar un vestido del mismo color que su camisa, algo que no podía pasar por alto era el brazo derecho lleno de tatuajes.
—Llegó papá —Había dicho con una sonrisa que empezaba a molestarme.
Rodé los ojos y bufé, me levanté para ir a mi habitación, pero sentí su su mano tomar mi brazo.
Sentí mi brazo tan pequeño, al ver su mano áspera.
Me solté.
—¿Que creés que hacés? —le dije molesta.
—Tranquila, solo te traje un regalito. Para la niña más linda.
Lo vi asqueada.
—No gracias, no acepto regalos.
—¿Le vas a despreciar este presente a tu papá?
Había pasado el límite, así que le empujé.
—¡¡Vos no sos mi papá!! Así que no te molestes en traer regalitos.
Empezó a reírse, como si lo que yo le decía le causaba gracia.
Me di la vuelta para marcharme.
—Te quiero hijita.
Me regresé y sin pensar le di una bofetada. En ese momento mi mamá entró.
—¿Que hacés? —dijo alarmada, André tenía su mano en la mejilla.
—El me insultó, estaba diciendo que era mi papá.
—Es mentira —se defendió el canalla.
—Vete, vete. No tienes nada mejor que hacer, tienes que respetarlo aunque no te guste —Me dijo tan enojada que no parecía mi madre.
Mi corazón se había roto, otra vez.
—¿Lo vas a defender a el y no a mí? —dije tratando de no llorar —Por si no lo recuerdas, yo soy tu hija y el no pertenece aquí. A quien cargaste en tu vientre fue a mí, no a él.
—No me hables así Tiffany!!!
—Oh pero que bien, me dices que no te hable así, cuando lo que busco es hacerte entrar en razón. Todo es culpa de este idiota, se debería de largar de aquí.
—André, me llamó André —dijo con cara de víctima.
—No me interesa como te llames, solo se que eres un irrespetuoso...
—YA!!! —gritó mi mamá —Si vas a seguir así mejor sal de aquí.
No lo podía creer, prefería echarme a mí y no a su novio.
Salí enojada, me ardía el pecho.
Empecé a correr, fui a un lugar a llorar, pero no donde mis amigos.
Mientras corría la lluvia empezó a caer, las lágrimas se habían mezclado con la lluvia.
Me detuve a esperar que terminara la lluvia, pero ya estaba super mojada. No podía parar de llorar. En ese momento entró una llamada, saqué en teléfono de la bolsa de la chaqueta que llevaba puesta, milagrosamente no se había mojado. Sahúl me estaba llamando, no contesté; aún no podía controlar la respiración.
Pasaron varios minutos para que volviera a llamar, cuando le contesté me avisó que estaba en alta voz. Me sorbí la nariz y dije que estaba enferma, mi conciencia me culpó por mentir, pero no les iba a decir que estaba en la calle, mojada porque mi mamá había preferido a su novio y no a mí, estaba tan enojada que quería descargar mi irá con quien fuera y mis amigos y mi hermano no merecían eso.
Ellos habían orado por mí, por mi sanidad, pero mi oración era: Perdóname.
Regresé a mi casa, o más bien al lugar donde dormía y si antes no estaba enferma, ahora sí. La fiebre me atacó, no dormí bien, tenía pesadillas y en todas estaba André.
Hoy ya me siento más mejor, pero no dejo de sentir culpa por haber mentido.
Miro a mi alrededor y me siento como una extraña en mi propia casa, aunque vaya a casa de Hellen o Jireh, me siento extraña, ellas tienen una familia, un hogar. Yo solo tengo un hogar destruído.
El timbre suena, abro la puerta clamando a Dios que no sea André.
La cara de Sahúl aparece frente a mí. Pone una mano en mi frente y me empieza a preguntar cómo sigo.
—Ya estoy mejor
—¿Tomaste algo? ¿Que tomaste? Te he dicho que no te automediques.
Bufo y el ya ha sacado su estetoscopio y todo lo que trae en su botiquín.
El hermano Adam pasa muy despacio.
—Hermano Adam, Dios le bendiga. Pase, mi mamá no está.
—El estaba asegurándose de eso.
—¿Estás mejor Tiffany? —pregunta con tanta tranquilidad, algo que yo desearía tener en este momento.
—Si, estoy mejor. Sahúl es un exagerado.
—De verdad nos preocupamos —dice y con su vista recorre toda la casa.
—Ya vengo, te traje algo y se me quedó en el auto —Sahul sale.
—Muy bien, no soy doctor, pero se que ayer no estabas enferma —le escucho decir y me quedo estática —No tienes gripe ni tos, te ves cansada, pero ayer sentí que no era enfermedad lo que tenías... ¿Estuviste llorando?
Me observa esperando una respuesta.
Suspiro
—Ok, tiene razón... No estaba enferma.
—¿Que te pasó?
—Discutí con mi mamá por culpa de André y ella lo defendió a él y no a mí, estaba tan furiosa que no quería ver a nadie. Ya.
—André es el novio de tu mamá.
—Si, es un canalla, insoportable...
—Ya, ya no sigas, no le des lugar al diablo. Respirá profundo.
Obedezco.
—Aquel diga que le llamé idiota fue por culpa de él, pensé que era el que venía tras de mí con su auto... Es insoportable.
—Tienes que calmarte, si te enojas entonces el lo va a notar y con más razón te va a molestar. Tienes que dejar de ser muy impulsiva, no te dejes enojar fácil.
—No puedo, no me gusta que me hagan sentir inferior.
—Eso es exactamente lo que logran cuando te enojas y respondes mal.
De pronto pensé que el había estado ayer en la discusión ¿Como sabía que me había dejado llevar por el impulso de pegarle?
—Ok, trataré de no ser impulsiva de ahora en adelante.
Pensé que el hermano Adam mencionaría algo a Sahúl, más no lo hizo, pero sabía que estaba esperando que yo se lo dijera.
