Capítulo 19

4 2 0
                                    

Después de dos horas, ahí estaban Paula, José, Adaego y Sibila, llegando a la casa. Mientras lo hacían, Nanami y su hijo pararon de entrenar, al fijarse que habían dos personas más en el coche.

-Y será verdad... - empezó a decir Nanami

-¿Mamá ha traído al tito con una mujer? ¿Quería presumir ante uno de sus ligues? - preguntó Rubén con cierto vacile

-Me temo que esta es una novia oficial, la cual no le cae muy bien a tu madre, así que no eches leña al fuego... - le susurró Nanami a su hijo. Al fin, Rubén descubría quién era la persona que tan mal le caía a su madre. Sin embargo, eso no fue lo que más le extrañó.

-¿El tito tiene una novia oficial? ¿No una para presumir y luego ponerle los cuernos?

-Al parecer sí. A mí también me sorprendió mucho cuando lo supe... - confesó Nanami, mientras observaba como iban aparcando, poco a poco

Segundos más tarde, salieron todos. Rubén se fijó con detalle en la nueva novia de su tío. Era atractiva, con una mirada profunda y una amplia sonrisa. En ese momento, se dio cuenta de algo horrible. Veía una mujer sumamente hermosa entrar a su casa y le daba igual, no sentía nada, tan sólo tenía ojos para Sibila. Abrió los ojos de par en par, siendo su única conclusión ante ello: "Mierda". Esa palabra retumbó por toda su cabeza. Durante esos días, se había entendido más con las piedras que con Sibila. Tan sólo había habido un poco de entendimiento cuando querían buscar la manera de ayudar a Nerea. Tan sólo entonces. Eso iba a ser un desastre, sí. Un completo desastre.

-¿Rubén? - escuchó la voz de Paula, su madre, haciendo que saliera de su cabeza

Rubén alzó la vista, viendo que todos estaban delante suya, saludándolo. Todos, incluida Sibila. Se tambaleó torpemente hasta que consiguió obtener una postura propia de un chulo. Sibila recibió esto como que estaba interesado en Adaego, lo cual le pareció algo patético al ser la pareja de su tío. ¿Algún día se entenderían?

-Sí, perdón, estaba distraído con tanto entrenamiento... - comentó mientras se sacudía el pelo y miraba finalmente a Sibila, buscando que se ruborizase. Lo único que consiguió es que Sibila pusiera los ojos en blanco y concluyera que la había cagado de algún modo que desconocía. Así eran ellos dos.

-¡Ah! ¡Vale! ¡No sales con Nerea sino con su hermano! ¡Por eso estás con toda la familia! ¡Ahora todo tiene sentido! - exclamó Adaego emocionada, como si hubiese descubierto algo sumamente importante. Sonrió de oreja a oreja a todos.

Rubén y Sibila se quedaron de piedra, Nanami abrió los ojos de par en par, José se quedó confundido al ver que Rubén pudiese tener alguna novia y Paula, sonrió mientras le agarraba el brazo a Adaego, al darse cuenta que, efectivamente, era así de torpe siempre y, esa vez, le iba a venir hasta bien. Esto hizo que Adaego sonriera aún más.

-No... no... No somos pareja - tartamudeó Sibila, algo nerviosa - y eso no va a pasar

-¿No va a pasar? - preguntó Rubén como acto reflejo, con el corazón dolorido. Esto hizo que Sibila se pusiera sumamente roja. ¿Qué significaba eso?

-No, ¿no? - contestó dubitativa, sin tener claro que había pasado

-O no, ¿no? - dijo Rubén, intentando buscar esperanza para aquel corazón hecho trizas. Eso hizo que Sibila se quedara sin palabras y su corazón fuera a cien. No sabía que estaba pasando, no sabía si tenía que estar pasando.

-Entiendo... Están en la parte de enamoramiento que no se entienden aún... - concluyó Adaego en voz alta, observándolos con detalle.

Paula sonrió de oreja a oreja cuando la escuchó y José empezó a reírse a carcajada limpia al darse cuenta de lo que estaba pasando. Nanami se puso la mano en la cabeza, se veía mucha charla de Paula hablando de cómo iban a acabar juntos. Por eso, optó por salir de aquella situación y hablar con ellos.

La elegida de PoseidónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora