Capítulo 4

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KAGOME.

Estaba distraída viendo a través de la ventana el paisaje de la ciudad nocturna. Los accionistas habían firmado el acuerdo y ahora tenía que viajar de vuelta a casa. Suspiré derrotada, mi relación con Kurama estaba progresando bastante en pocos días, éramos más cercanos que antes.
Mire los autos ir de aquí allá en la transcurrida calle, la expansión duraría unos meses, por lo que era probable que no vería a mis compañeros de trabajo durante algún tiempo, lo pensé mucho y la más recomendada para ser mi remplazo en lo que estoy fuera, era Asuna. Extrañaré a mi atolondrada y energética asistente. Me di la vuelta chocando con el fuerte pecho de Kurama.

.-¡Santo dios! ¿En qué momento llegaste?.- Pregunte llevando mi mano a mi pecho, me dio un gran susto. Tenía una sonrisa burlona, pero me tomó la mano llevándola a su rostro donde le dio un suave beso.

.-Estabas tan distraída en tus pensamientos que fue fácil escabullirme por tu oficina. - Sus ojos brillaban con travesura. Lo mire arqueando una ceja.

.-¿Que estás pensando?.- Sonrió con malicia y mis pies dejaron de tocar el suelo.- ¡Kyaaa! ¡Bájame!.- Me cargo como costal de papas.

.-Tengo preparado algo muy especial.- Le di golpes en la espalda, pero el no se inmutó. Mire el suelo derrotada, pero mi vista se desvío a su trasero regordete.

.-Si no me bajas, te pellizcare el trasero.- Amenacé.

.- Adelanté, eres mi esposa.- El calor se me subió a los oídos. Había escuchado bien, él no tenía ningún problema en que lo hiciera. Decidida le di un pellizco.

.-¿No te arrepentirás verdad?.- La advertencia me hizo dudar un momento, pero luego negué. Entonces la palma de su mano choco con mi trasero en un ruido fuerte. Abrí los ojos con sorpresa, ¿De verdad se había atrevido?.

.-¡Pervertido!.- El rostro lo sentía arder y podía jurar que humo salía de mis oídos. El me bajó cuando sintió mi seriedad. El me miro arrepentido. El rubor en sus mejillas delataba que estaba igual de avergonzado que yo.

.- ¡Lo siento!,- Se apresuro a decir.- Tienes razón, fue muy atrevido de mi parte.

.- No hay problema, tú me diste una advertencia.

Quizás había sido muy atrevido, pero éramos esposos y no debería de haber algún problema.

.-No lo volveré hacer.

Se había disculpado durante todo el camino a casa. Entendía que era algo nuevo para los dos, pero me sentía mal de lo avergonzado que lucía, cuando yo fui la que inicie.
Había evitado mi mirarme desde que subimos al auto.

.-Kurama, ya no lo pienses tanto, además no estoy molesta, deberías disculparme a mí por llamarte pervertido, cuando lo que más has hecho es respetarme.- El orillo el auto cerca de la acera.

.- No estoy molesto por eso, es mi comportamiento inapropiado lo que me avergüenza.- Su rostro estaba serio, pero había tenue sonrojo en sus mejillas.

.- Vamos, olvidemos el tema. - El asintió de acuerdo. Pronto llegamos a casa.

El bajó primero del auto y me ayudó a salir del lado de copiloto. Seguía haciendo frío, por lo que el paso su chaqueta entre mis hombros. Agradecí, pero un escalofrío recorrió mi espalda y la sensación de ser observada a la distancia me puso en alerta. Antes de entrar al elevador me detuve y miré a los alrededores. Kurama me miro serio, se detuvo acercándose hasta mí.

.-¿Que sucede?.- Pregunto. Había notado que Kurama era frío y distante con todos, pero no era conmigo, en este momento había sentido un cambio en su persona. Su rostro se había vuelto inexpresivo y los gestos suaves de él había sido borrados sin dejar rastro. Su porte era dominante y su aura desprendía peligro. Su mano tomo mi hombro y me guío dentro de su auto metiéndome de manera rápida.

Un amor a nuestra medida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora