Un amor a nuestra medida.

Capítulo 5

KAGOME.

Ya habían pasado varios días desde que llegamos. Kurama y yo tomamos la decisión de buscar un departamento cerca de la casa de mis padres.
Los visitaba diariamente y pasaba tiempo de calidad con ellos, pero siempre volvía a mi trabajo.
Kurama me acompañaba a todos lados, pues el lugar donde estábamos realizando la construcción era cerca de la empresa de su padre. Los días iban desde ir a verificar los avances, hasta tener conferencias por videollamada con los ancianos que estaban en Grecia.

Salí de mi trabajo y me dirigí a casa de mis padres, dónde el gato gordo de Souta me dio la bienvenida en maullidos desesperados.

.-Hola bollo.- Lo saludé con una caricia en su afelpada melena.

Deje mis zapatos y entré al comedor donde mamá servía de comer.
Papá y mamá se daban miradas de reproché a lo cual yo los miré sin entender el porqué. Mire a Souta que hizo la seña de no saber con los hombros.

.-¿Sucedió algo?.- Pregunté sin rodeos. Mamá suspiró resignada y se sentó frente a mi. Sacó de su mandil un sobre blanco que me pasó.
Lo tomé curiosa y mire el destinatario.

Exalumna Kagome Higurashi.

Alcé una ceja. Era una invitación de parte del instituto.

.- Parece ser que habrá una reunión de exalumnos y mandaron la invitación está mañana.- Explicó mientras me observaba abrirla con cuidado.

Leí el mensaje.

Querida exalumna Kagome, esperemos que te esté yendo bien en tu vida como universitaria. Además, queremos invitarte de manera especial a la fiesta de exalumnos de nuestro instituto Shikon.
Está fiesta es la oportunidad para reencontrarse con viejos amigos y puedan ponerse al tanto con sus vidas.

Esperamos que su encuentro sea mágico y divertido por lo que la temática será de máscaras, con la regla de no revelarse hasta después de un último pase de lista.
Es de vital importancia confirmar su asistencia por medio del correo oficial del instituto ya que solo se hará el pase de lista con los nombres confirmados.
De ante mano muchas gracias.

La idea de que fuera de máscaras me pareció absurda ya que se supone que era un reencuentro, pero la sola idea de ver a mis viejos amigos me parecía fantástico.
Desde que había llegado no había tenido la oportunidad de investigar sobre ellos, el trabajo me consumía mucho tiempo.

Ya era hora de acercarme a ellos, al final de todo ellos fueron muy buenos conmigo. El timbre sonó y Souta corrió abrir.

Kurama apareció en el umbral de la puerta y su mera presencia alteraba mis sistema cardíaco. Me levanté de mi lugar y corrí abrazarlo. Mis padres observaron con atención a mi relación con Kurama.

.-Fui a tu oficina, pero ya te habías marchado.- Dijo mientras daba de besos al dorso de mi mano.- Supuse que estarías aquí.

.-Hoy fue poco trabajo, no quise interrumpir el tuyo.- Mis padres aún seguían sin saber con seguridad cual era mi trabajo, pero creó que tenían la vaga idea de que trabajaba en la empresa de Kurama. Papá estaba conforme con el, aún recuerdo cuando halagó diciendo que era un chico muy capacitado cuando solo tenía 17 años. Mamá en cambio, algunas veces me miraba como si luchará con ella misma y dudaba en decirme algo.

.- Hermana, ¿Trabajas en la empresa de Kurama?.- Pregunto Souta a lo que mis padres me vieron preocupados.

.-¿Es así?.- Insistió mamá. Suspiré creo ya era tiempo de ser sincera con ellos. Miré a Kurama que me asentía de acuerdo.

.-Verán.- No sabía por dónde empezar, Kurama me acercó a la mesa y me acomodó la silla.- Fundé mi propia empresa en Grecia, ha sido un éxito por lo que estoy logrando que se expanda aquí.- Los ojos parpadeantes de mis padres me miraron sin poder creerlo.