La Cancelación del Compromiso
El palacio de los Targaryen estaba en un torbellino de actividades tras la inesperada revelación de la conexión entre Daemon y Aelyndra. La noticia de la cancelación del compromiso con Rhea Royce había causado una conmoción en la corte y, especialmente, en el Valle de Arryn, donde la familia Royce se encontraba profundamente decepcionada.
El Príncipe Viserys, aunque aliviado por la resolución de la complicada situación, sentía una carga sobre sus hombros. Su abuelo, el Rey Jaehaerys, estaba gestionando la compensación que debía ofrecer al Valle para suavizar las tensiones. La situación no era fácil y las negociaciones estaban llenas de delicadeza.
En la Corte del Rey Jaehaerys
—Esto no será fácil —dijo el Rey Jaehaerys a su nieto Viserys, mientras revisaban los documentos relacionados con la compensación—. El Valle de Arryn no tomará bien la cancelación. Debemos ofrecerles algo significativo para mantener la paz.
Viserys asintió, preocupado. —Lo entiendo, abuelo. Haré todo lo posible para asegurarme de que la transición sea lo menos dolorosa posible.
Jaehaerys miró a su nieto con comprensión. —Toma esto como una oportunidad para demostrar tu habilidad en la diplomacia. El futuro de la Casa Targaryen depende de nuestras acciones ahora.
Momentos mas tarde, en el ala del palacio destinada a la familia real, la reina Alyssane y el Rey Jaehaerys estaban disfrutando de momentos preciosos con la pequeña Aelyndra. Aunque los asuntos políticos eran serios, el ambiente en el palacio estaba lleno de risas y amor gracias a la presencia de la bebé.
Alyssane, con una sonrisa radiante, estaba en medio de un juego con Aelyndra. Había colocado una serie de juguetes coloridos frente a la bebé, que estaban diseñados para captar su atención. Jaehaerys, sentado a su lado, hacía muecas y sonidos divertidos para entretener a la pequeña.
—¿Mira qué juguetes tan encantadores tenemos aquí? —decía Alyssane, moviendo los juguetes frente a Aelyndra—. ¿Te gustan, querida?
Aelyndra, con sus grandes ojos morados, seguía los movimientos de los juguetes con fascinación. De vez en cuando, soltaba risitas y gestos adorables que hacían reír a sus abuelos.
Aunque estos momentos eran muy difíciles de tener gracias a una peste como solía decirlo viserys
Daemon, que aún se recuperaba del impacto emocional de la revelación de su vínculo con Aelyndra, encontraba consuelo en su presencia. Se había convertido en una figura constante en el día a día de la bebé, participando en cada momento de su vida y disfrutando de su compañía.
—No puedo separarme de ella —decía Daemon con una sonrisa mientras sostenía a Aelyndra en brazos—. Ella es mi vínculo con un futuro que no esperaba, y no quiero perderme ni un momento de su vida.
Alyssane y Jaehaerys, encantados con la dedicación de Daemon, solían organizar pequeñas sesiones de juego y entretenimiento para todos, y a menudo se encontraban con Daemon negándose a dejar a la bebé a solas, incluso por un breve momento.
Un día, mientras Daemon intentaba asistir a una reunión de la corte, se encontró con una situación cómica. La bebé Aelyndra estaba dormida en sus brazos, y Daemon se negaba a ponerla en el moisés cerca de la mesa de reuniones.
—Daemon, debes permitirnos ayudarte con los asuntos de la corte —dijo Viserys, tratando de ser diplomático—. Es importante que estemos presentes en estas discusiones.
—No puedo dejarla —respondió Daemon con una expresión decidida—. Ella se siente más tranquila cuando estoy cerca, y no quiero separarme de ella.
Mientras tanto, los consejeros y miembros de la corte observaban la escena con sonrisas y murmullos. La situación se volvió un espectáculo divertido, con Daemon tratando de equilibrar el trabajo y el cuidado de Aelyndra.
Durante un receso en la reunión, Jaehaerys se acercó a Daemon con una sonrisa y dijo:
—Daemon, parece que te has convertido en un experto en manejar tanto la corte como a nuestra pequeña Aelyndra. ¿Qué nombre le darías a este nuevo papel de "Guardián de la Bebé"?
Daemon se rió, mirando a Aelyndra con cariño. —Tal vez "Protector Supremo" o "Defensor de los Sueños Infantiles" —dijo con un tono juguetón.
Alyssane, uniéndose a la conversación, añadió: —O simplemente "El Hombre de los Dragones" —miró a Daemon con complicidad—. Después de todo, eres el único que puede manejar a Aelyndra y mantenernos a todos entretenidos al mismo tiempo.
A pesar de las escenas cómicas y las alegrías compartidas, el pensamiento de Daemon seguía centrado en la complicada situación con Rhea Royce y las futuras implicaciones políticas. Sin embargo, encontrar momentos de alegría con Aelyndra le daba un respiro y una fuente de esperanza.
—Quizás, al final, todo esto tiene un propósito mayor —reflexionó Daemon mientras miraba a la bebé—. Si bien el futuro es incierto, cada momento con ella me recuerda que la vida puede ser tan inesperada como maravillosa.
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Aelyndra Targaryen y el amanecer de Valyria
Hayran KurguElizabeth Cevallos, una historiadora del siglo XXI, es elegida por los dioses valyrios para renacer como Aelyndra Targaryen, la hija predestinada del rey Viserys y la reina Aemma Arryn. Con una marca de dragón roja y ojos morados, Aelyndra trae cons...