Elizabeth Cevallos, una historiadora del siglo XXI, es elegida por los dioses valyrios para renacer como Aelyndra Targaryen, la hija predestinada del rey Viserys y la reina Aemma Arryn. Con una marca de dragón roja y ojos morados, Aelyndra trae cons...
En el siglo XXI, Elizabeth Cevallos, una reconocida historiadora especializada en las civilizaciones antiguas, se encontraba en una cama de hospital, su vida apagándose lentamente a causa de una enfermedad terminal. Cada día que pasaba, se sumía más en sus pensamientos, reflexionando sobre los misterios de Valyria, la antigua civilización que había capturado su fascinación durante años. Mientras el monitor a su lado marcaba el incesante tic-tac de su corazón, Elizabeth cerró los ojos, deseando que su conocimiento y pasión por Valyria no se extinguieran con su muerte.
De repente, se encontró en un vasto paisaje onírico, diferente a cualquier sueño que hubiera tenido antes. Estaba rodeada por columnas de mármol y estatuas imponentes de dragones, el aire impregnado de una energía arcana. Ante ella, figuras majestuosas emergieron de la neblina, sus formas resplandecientes y etéreas. Eran los dioses valyrios, manifestaciones de poder y sabiduría que la observaban con intensidad.
"Elizabeth Cevallos," habló uno de los dioses con una voz que resonaba como un trueno distante, "tu conocimiento y amor por la historia de Valyria han atraído nuestra atención. Te hemos observado durante mucho tiempo, y ahora te hemos elegido para una misión grandiosa."
Elizabeth, a pesar de sentirse abrumada, escuchó atentamente. Los dioses continuaron, explicando que su vida no terminaría en esa cama de hospital. En cambio, le ofrecían una nueva existencia en el mundo de Westeros, un mundo que solo había conocido a través de los libros y estudios. Sería reencarnada como Aelyndra Targaryen, una figura destinada a cambiar el curso de la historia. Los dioses le prometieron que traería consigo el resurgimiento de la magia y la gloria de Valyria, marcando un nuevo comienzo para su linaje.
Otro dios, con ojos que brillaban como estrellas, intervino. "Nacerás con una marca de dragón roja, no solo como símbolo de tu conexión con nosotros y tu destino, sino como la marca de alma gemela, un signo que no se ha visto desde la maldición de Valyria. Esta marca será la clave para restaurar las antiguas glorias y unir los corazones destinados."
Elizabeth sintió una mezcla de paz y emoción inundar su ser. La oportunidad de vivir en el mundo que tanto había estudiado, de tener una segunda vida con un propósito tan grandioso, era un regalo más allá de cualquier cosa que hubiera imaginado. Sus pensamientos se arremolinaban, recordando todas las leyendas y hechos históricos de Valyria que había investigado. Sería la portadora de una antigua tradición, una con la capacidad de cambiar el curso de la historia y restaurar la grandeza de su pueblo.
"¿Por qué yo?" preguntó Elizabeth, su voz temblando con una mezcla de humildad y curiosidad. "¿Qué me hace digna de este destino?"
"Tu dedicación y amor por nuestra historia," respondió el dios principal, "han demostrado que tienes el corazón y la mente necesarios para llevar a cabo esta misión. Eres la elegida para guiar a nuestro pueblo hacia un nuevo amanecer."
"¿Qué debo hacer en esta nueva vida?" preguntó Elizabeth, su voz llena de curiosidad y determinación.
"Debes proteger a tu familia, restaurar la paz en Westeros y traer de vuelta las viejas costumbres de Valyria," respondió el dios principal. "Tu destino es grande, y los desafíos serán muchos, pero con tu sabiduría y nuestro poder, triunfarás."
Con estas palabras, Elizabeth sintió una energía cálida y reconfortante rodearla. Se despidió de su existencia pasada con un último suspiro, mientras los dioses valyrios la guiaban hacia su nuevo destino. La luz a su alrededor se intensificó, y Elizabeth se sintió transportada a través del tiempo y el espacio, sus sentidos inundados por una energía cálida y reconfortante.
Su conciencia se desvaneció mientras entraba en el cuerpo de una recién nacida, sus primeros pensamientos ya llenos de una determinación y un poder recién descubiertos. Así comenzó la historia de Aelyndra Targaryen, la reencarnación de Elizabeth Cevallos, destinada a traer el renacimiento de Valyria y a forjar un nuevo legado en los anales de Westeros.
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Elizabeth Cevallos reuniéndose con los dioses valyrios
