Sombras de un amor no correspondido

"No volveré"

Logan y Óscar se conocieron de la manera más inesperada. Una tarde soleada, Logan se atravesó en la calle haciendo que Óscar, perdiera el control de su bicicleta y chocará contra su auto.

- ¡Eres un bruto! -gritó Óscar, aún aturdido por el impacto. Logan, sorprendido pero divertido, no pudo evitar reírse ante la situación. En un intento de compensar el daño, le ofreció pagar la reparación de la bicicleta y lo invitó a cenar como una forma de disculpa.-

Esa noche, mientras compartían risas y anécdotas, la conexión entre ellos creció rápidamente. Logan ocultaba su oscuro secreto: era parte de una mafia que había intentado dejar atrás para construir una vida normal. La atracción que sentía por Óscar lo hacía querer ser alguien mejor.

Sin embargo, el destino tenía otros planes. Unos años después, Logan fue inculpado injustamente por la muerte del hijo de un temido líder mafioso. La noticia llegó como un rayo

-Han mandado a matar lo que más te duele -le advirtieron sus enemigos.-

-Mientras recogía a su pequeño hijo, a quien cariñosamente llamaban "Cangurito", su teléfono sonó con una noticia devastadora En ese instante, el mundo se le vino abajo. Corrió a casa con el corazón latiendo desbocado.-

Al llegar, encontró a Óscar en el suelo, desangrándose tras un ataque brutal. Con lágrimas en los ojos y el alma desgarrada, Logan lo levantó en sus brazos y lo abrazó con fuerza.

- No te vayas, por favor -suplicó mientras Óscar trataba de hablar entre sus últimos alientos.

- los amo...cuida bien a nuestro hijo -fueron las palabras que salieron del corazón de Óscar antes de que su vida se apagara. En ese momento tan doloroso, compartieron recuerdos fugaces y promesas rotas.

La pérdida fue devastadora. Durante el funeral, Cangurito preguntó con inocencia- ¿Dónde está mi papito? -logan, con el corazón hecho trizas, lo cargó en sus brazos y le explicó lo que había sucedido en términos simples pero sinceros. Las lágrimas brotaron del pequeño al entender que su padre ya no volvería.

Impulsado por la rabia y el dolor, Logan juró venganza contra quienes habían causado esta tragedia. No podía permitir que la muerte de Óscar quedara impune; debía hacer justicia por él y proteger a su hijo.

Con astucia y determinación, Logan fue desmantelando poco a poco la organización detrás del asesinato de su amado. Cada golpe era una forma de honrar la memoria de Óscar y asegurar un futuro para Cangurito.

Finalmente, después de lograr vengarse de los responsables, Logan visitó la tumba de Óscar con su pequeño en brazos. Se arrodilló ante la lápida con lágrimas en los ojos y dijo.

- Perdóname, Óscar. He hecho todo lo posible para protegerte y cuidar a nuestro hijo.- Con Cangurito abrazado a él, prometió seguir adelante con el legado de amor que siempre había compartido con Óscar.-

En ese instante, sabía que aunque la oscuridad había invadido sus vidas, el amor que sentían perduraría eternamente en su corazón y en el corazón de su pequeño