"he renunciado a tí"

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En una ciudad donde las luces brillaban con fuerza, Arthur y Patricio compartían un amor intenso pero complicado. Desde el primer momento en que sus miradas se cruzaron, supieron que había una conexión especial entre ellos. Sin embargo, la relación estaba marcada por la inseguridad y el miedo al compromiso de Arthur.

Patricio alias Pato, un soñador romántico, siempre creía en el amor verdadero. Cada vez que Arthur dudaba o se alejaba, Pato le suplicaba, le prometía que todo cambiaría si solo le daba una oportunidad. Pero a pesar de sus esfuerzos, Arthur parecía atrapado en un laberinto de dudas y miedos que no podía superar.

Con el tiempo, Pato comenzó a sentir que su amor no era suficiente. Las noches se llenaban de lágrimas silenciosas mientras recordaba momentos felices, pero también las promesas vacías de Arthur. Un día, después de una discusión desgarradora, decidió que ya no podía rogar más. Con el corazón hecho pedazos, tomó la dolorosa decisión de renunciar a Arthur para siempre.

- he renunciado a tí para siempre - murmuró mientras empaquetaba sus recuerdos: cartas, fotografías y pequeños objetos que solían ser símbolos de su amor. Cada cosa que guardaba le dolía como una puñalada en el alma. Con cada paso hacia la puerta, sentía cómo su corazón se rompía un poco más.

Arthur, ajeno al dolor profundo que causaba con su indecisión, se dio cuenta demasiado tarde de lo que había perdido. Cuando vio a Pato marcharse con los ojos llenos de lágrimas y un adiós silencioso en sus labios, sintió que su mundo se desmoronaba. Corrió detrás de él, pero ya era demasiado tarde; la puerta se cerró y con ella se llevó sus esperanzas.

Los días pasaron en un vacío abrumador para ambos. Pato trató de seguir adelante, pero cada rincón le recordaba a Arthur. Por su parte, Arthur se dio cuenta de que había dejado escapar a la persona que realmente lo amaba y comenzó a buscarlo desesperadamente. Llamadas sin respuesta, mensajes ignorados... cada intento era un eco de su arrepentimiento.

Finalmente, en una noche oscura llena de soledad y remordimientos, Arthur se sentó en un banco del parque donde solían ir juntos. Miró las estrellas y comprendió que había perdido a su Patito para siempre. El viento soplaba suavemente y parecía llevarse consigo sus lamentos silenciosos.

Ambos vivieron con el peso del amor no correspondido: Patricio con su renuncia dolorosa y Arthur con la angustia de lo irrecuperable. La tristeza los envolvía como un manto pesado y frío, recordándoles eternamente lo que podría haber sido si tan solo hubieran tomado decisiones diferentes.

Así quedaron atrapados en sus propios mundos: uno renunciando al amor por necesidad y el otro buscando lo imposible en medio del silencio desgarrador de lo que alguna vez fue.

Sombras de un amor no correspondidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora