Sombras de un amor no correspondido

"Son puros recuerdos"

Era una tarde tranquila en la ciudad, y el sol comenzaba a ocultarse detrás de los edificios, tiñendo el cielo de tonos naranjas y violetas. Arthur y Pato habían construido una vida juntos, llena de amor y sueños compartidos. Sin embargo, la vida les tenía preparada una prueba devastadora.

Una noche, mientras estaban en casa, ocurrió lo inimaginable. Un cortocircuito encendió las llamas en su apartamento. Las llamas comenzaron a devorar todo a su paso, y el humo llenó rápidamente el aire. Arthur y Patricio estaban atrapados en un infierno que nunca imaginaron vivir.

Patricio, en pánico, intentó escapar por la puerta principal, pero el fuego lo bloqueaba. Arthur, con la valentía que solo el amor verdadero puede inspirar, lo tomó de la mano y le gritó que no se rindiera.

—¡Vamos! ¡Debemos salir de aquí! — le dijo con una voz llena de determinación.—

Con cada segundo que pasaba, el fuego se hacía más feroz. Arthur sabía que las posibilidades eran escasas, pero su amor por Patricio era más fuerte que su miedo. En medio del caos, logró arrastrar a Patricio hacia la ventana del salón.

— Pato, salta primero, yo iré detrás de ti —le ordenó con firmeza.—

—Patricio miró a Arthur con ojos llenos de terror.— No puedo dejarte solo —respondió entre sollozos.

—Pero Arthur lo miró intensamente y le dijo— Tienes que vivir por nosotros dos—

Con lágrimas corriendo por su rostro, Patricio finalmente accedió. Se lanzó al vacío y cayó sobre un colchón de seguridad que los bomberos habían colocado en la calle. Pero cuando Arthur estaba a punto de saltar también, una explosión repentina hizo temblar el edificio y lo arrojó hacia atrás.

Arthur quedó atrapado entre las llamas, pero no podía rendirse. Con cada grito desgarrador de Patricio resonando en su mente, se levantó y buscó otra manera de escapar. Corrió hacia la habitación donde sabía que había una segunda salida, pero el fuego era implacable.

Mientras avanzaba con determinación, sintió cómo el calor lo envolvía y la oscuridad comenzaba a cerrarse a su alrededor. Con cada paso que daba hacia la salida, sabía que estaba arriesgando todo por salvar a su amado.

Finalmente, cuando logró abrir una puerta trasera y vio la luz del exterior iluminando su camino hacia la libertad, sintió un dolor punzante en su pecho. Se dio cuenta de que estaba perdiendo fuerzas; el humo lo estaba asfixiando. Aun así, no podía rendirse.

Con un último esfuerzo sobrehumano, se lanzó hacia adelante con la esperanza de alcanzar a Patricio en la calle. Pero antes de poder salir por completo del edificio en llamas, un trozo de escombro cayó sobre él y lo hizo caer al suelo.

Patricio observaba desde afuera con horror cómo las llamas devoraban a su amor mientras los bomberos luchaban por entrar al edificio. Gritó con desesperación

— ¡Amor! ¡No! —Sus gritos resonaban en el aire como un eco desgarrador.—

Los bomberos finalmente lograron entrar y encontraron a Arthur gravemente herido entre las llamas. Con gran esfuerzo lo sacaron del fuego y lo llevaron rápidamente al hospital. Patricio no podía apartar la vista mientras sus manos temblaban de angustia.

—Horas después, mientras las luces parpadeaban en el hospital y los médicos luchaban por salvarlo, Patricio se aferró a sus manos con fuerza— Por favor, no me dejes, suplicó entre lágrimas.—

—Pero Arthur sabía que había tomado su decisión hace mucho tiempo; había puesto la vida de Patricio por encima de la suya ese fue su último más grande acto de amor hacía él. En sus últimos momentos conscientes, miró profundamente a los ojos de Patricio y sonrió débilmente— Siempre estaré contigo, Mon amour —

La luz se desvaneció mientras Patricio lloraba desconsoladamente; había perdido no solo a su amado sino también a su razón de vivir. La tristeza inundó su corazón mientras comprendía que había sido salvado gracias al sacrificio heroico de Arthur.

Desde ese día en adelante, Patricio vivió con un vacío inmenso en su pecho; cada rincón le recordaba al hombre valiente que había dado todo por él. Y aunque Arthur ya no estaba físicamente presente, su amor perduraría eternamente en sus recuerdos más profundos y dolorosos.