7

183 33 0
                                    

Esa noche, Hwanhee, el perro, Leafde, y Yeonghoon, salieron a dar un paseo por el rancho y aprovecharon el momento para hablar sobre lo que había pasado con el doctor Woojin ese mismo día pero más temprano. Yeonghoon lo pensó por un momento:

"Quizá sintió que era peligroso."

"¿Qué es peligroso?"

"Tu leche."

"¡Deja de bromear!"

"No bromeo." Yeonghoon tenía una expresión bastante seria al respecto. "Para Go Woo-jin, eres alguien a quien hay que manejar con pinzas. Así que, si prueba tu leche más de lo que ya lo hizo ahora, de seguro llegará un momento en que querrá probarlo más y más y quizá, tendrá ganas de monopolizarte después. ¡Y si lo hace será despedido!"

"..."

No había gente ni autos alrededor del rancho así que soltó a Leafde para que pudiera correr a sus anchas mientras él se quedaba observándolo justo detrás de su espalda. De hecho, el perro miraba a los dos lados antes de cruzar la calle e incluso se quedaba esperando por un momento cuando notaba que venían otras personas o algún animalito. Era inteligente y siempre parecía feliz.

"Quizá piensa que sería complicado que un Omega de rango S, y un investigador de su categoría, puedan lograr volverse compañeros. Deberías ponerte un poco en sus zapatos, Hwan-hee. Además, él es mucho mayor que tú y debe tener miedo de lastimarte o de meterte en problemas".

"¿Qué debería hacer entonces?"

Su voz rápidamente se convirtió en lágrimas. Cuando Hwanhee pensaba en Woojin, todo lo que podía hacer era sentir que su corazón y su mente corrían por caminos bastante diferentes, y pensó, en más de una ocasión, que podía desmayarse de solo tenerlo cerca. Porque le gustaba la franqueza de Woojin, su amabilidad, su coraje, su meticulosa consideración por Hwanhee y la ligera sonrisa que le mostraba en ocasiones. Sin embargo ¿No era cruel que se enamorara por primera vez en su vida de alguien que no podía corresponderle?

"Me gustaría salir con él pero..."

"A veces, es así."

"..."

"El amor, en ocasiones, no funciona como se supone que debe hacerlo".

Hwanhee miró a Yeung-hoon antes de que volviera a abrir la boca.

"En otros ranchos, no es raro que el gerente, los trabajadores y el omega mismo entren en contacto bastante directo mientras se les ordeña. Pero las personas que vienen aquí son diferentes. Tienen poder, empresas, trabajadores, son rostros públicos y por consiguiente, tienen tanto dinero que ya no buscan algo íntimo de nosotros sino, ganancias".

"..."

"Y a fin de cuentas, en algún momento vamos a dejar de ser útiles."

Pero...

"Pero eso no hace que deje de gustarme."

Hwanhee hablo con toda su fuerza pero, de todas maneras estaba llorando otra vez.

Yeonghoon le dio unas palmaditas en el hombro: "Supera el amargo dolor de tu primer amor y conviértete en adulto, muchacho".

"No hables como mi abuelo ¿Quieres?"

Pero esa noche, Hwanhee tuvo un sueño bastante complicado. Uno en el que Woojin lo abrazaba y lo llevaba a su habitación para comenzar a penetrarle el agujero con un pene increíblemente grueso y caliente. Allí, se retorcía y gritaba por el placer que le daba, derramaba leche materna de sus pezones, semen de sus genitales y flujo de su culo y entonces, cuando finalmente abrió los ojos con un gemido ahogado, ya había amanecido y su camiseta de pijama estaba empapada de leche materna caliente que definitivamente no parecía una ilusión. Y para mala suerte, ahora había descubierto que incluso sin la medicación de inducción, cuando se excitaba, también producía líquido.

Y además, las ganas de verlo se hacían más fuertes.

¡Bienvenidos al Rancho Omega! (Traducción Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora