𝐍𝐄𝐕𝐄𝐑𝐌𝐈𝐍𝐃 | 𝐒𝐚𝐭𝐨𝐫𝐮 𝐆𝐨𝐣𝐨, 𝐒𝐮𝐠𝐮𝐫𝐮 𝐆𝐞𝐭𝐨

𝘊𝘩𝘢𝘱𝘵𝘦𝘳 𝘍𝘰𝘶𝘳. 𝘚𝘢𝘵𝘰𝘳𝘶, 𝘵𝘩𝘦 𝘴𝘵𝘳𝘰𝘯𝘨𝘦𝘴𝘵

𝗧𝗛𝗘 𝗦𝗧𝗥𝗢𝗡𝗚𝗘𝗦𝗧

𝗦𝗔𝗧𝗢𝗥𝗨 𝗘𝗦𝗧𝗔𝗕𝗔 𝗥𝗘𝗖𝗜𝗘𝗡 𝗗𝗘𝗦𝗣𝗘𝗥𝗧𝗔𝗡𝗗𝗢, una fuerte resaca lo estaba invadiendo completamente. Se miró en el espejo e hizo una mueca de asco por su aspecto, intentando arreglarlo al pasar su mano sobre su despeinado cabello. Como la rutina lo marcaba, salió de su habitación y fue en busca de su amigo a la habitación de a lado, pero Suguru no estaba ahí.

No le tomó mucha importancia al principio, pero abrió los ojos a más no poder cuando lo vió salir de la habitación de Ryoko.

— ¿Qué carajos?

— Ah, Satoru, buenos días — dijo como si nada y abrió la puerta de su habitación —. Ryoko y yo jugamos videojuegos toda la noche, apenas dormiremos — explicó cuando miró la expresión de Satoru, pero realmente quería descansar, así que estuvo por cerrar la puerta.

— ¡Espera...! — Satoru se metió al dormitorio de su amigo.

— ¿Qué? — dijo molesto.

— ¿Pasaste la noche con Ryoko?

— ¿Ahora si la llamas por su nombre? — preguntó Suguru pero Satoru solo volteó los ojos —. Te acabo de decir que nos pasamos toda la noche jugando videojuegos, ahora sal de mi cuarto.

— Sí, claro — como Satoru parecía tener la intención de quedarse, a Suguru no le quedó opción y comenzó a empujarlo, solo quería dormir — ¿Y desde cuando son tan amigos?

— De verdad necesito dormir, Satoru. Además, ¿por qué te importa ahora?

— ¡Me preocupo por ti, amigo! No permitiría que tú cayeras en las garras de la rata.

— Deja de llamarla así, ahora ya déjame en paz — Suguru lo tomó por el cuello de la playera y lo sacó de su habitación.

Satoru suspiró al ver como la puerta del dormitorio de su amigo era cerrada por él en su cara. Dió un par de pasos y se detuvo frente a la puerta de Ryoko.

— ¿Qué pretendes? — susurró refiriéndose a Ryoko. Su cuerpo se movió solo, ni siquiera se dió cuenta hasta que ya casi tocaba la puerta de la chica — ¿Qué estoy haciendo? Tsk...

Ryoko apareció casi a las tres de la tarde, con unas profundas ojeras debajo de sus ojos mientras se dormía sobre el hombro de Haibara en el patio.

Satoru y Shoko estaban al otro lado, pero él era el único que miraba a los de primero.

— Fue una buena fiesta, ¿no? — preguntó Shoko, pero no recibió respuesta inmediata de Satoru — ¿Estás aquí, Satoru?

— Ah, ¿qué dijiste? Lo siento.

— ¿A quién estás viendo? No me digas que a la pequeña Ryoko — dijo Shoko apagando su celular.

— Suguru salió de su habitación en la mañana — Satoru sonrió y se subió sus lentes, su actitud había cambiado en poco —. Seguramente se la tiró ya.

— No creo que debas decir eso, Suguru no es así — la voz de Shoko desprendió un tono de desaprobación.

— Como digas, pero yo soy el amigo de Suguru y lo conozco — él sonrió irónicamente.

— ¿Y entonces te da celos? Eso no es propio de ti, obviamente un montón de chicas están detrás tuyo — mencionó Shoko sonriendole, pero él seguía con la vista en Ryoko — ¿O sientes celos de Ryoko? ¿Sientes que te está quitando a tu novio Suguru?

— Cállate ya — Satoru se levantó rápido —. Solo no tengo buena espina, talvez no de Ryoko, si no de lo que esconde.

Satoru por fin se decidió, fue directamente a donde estaban Haibara por supuesto Ryoko, quien cuando se dió cuenta que estaba frente a ellos, incluso dejó su sueño de lado.

— Déjame con ella — le dijo Satoru a Haibara.

— ¡Ah, no puedo hacer eso, Gojo! — Haibara abrazó a Ryoko de los hombros, como si quisiera protegerla de Satoru.

— Sí, sí puedes — Satoru se bajó los lentes y miró a Haibara de una manera un tanto amenazante.

— Está bien, Yuu — Ryoko habló por primera vez, su mirada estaba en el piso y su voz era calmada —. Tendrá que ser muy importante para que me quiera hablar.

— Ryoko, ¿segura? — él de verdad estaba preocupado de que Satoru volviera a acosarla.

— Tranquilo, te buscaré más tarde para comer algo — lo separó amablemente de ella.

Haibara finamente accedió a dejarlos solos, así que fue en busca de Nanami. Satoru tomó el lugar de Haibara y miró atentamente a Ryoko, como si quisiera que ella hablara primero.

— ¿Qué es tan importante que no quieres esperar, Satoru?

— Tus espantosas ojeras — fue lo primero que dijo.

— ¿Solo querías decirme eso? — por alguna razón, la actitud calmada de Ryoko molestaba demasiado a Satoru.

— Tranquila, rata, obviamente no iba a decir lo que sé respecto a tí y a Suguru  — sonrió.

— ¿De qué hablas? — Ryoko lo miró, ya estaba comenzando a hartarse.

— No te hagas la santa, pasaron la noche juntos — confesó y Ryoko se relajó.

— Ah, era eso — la manera en lo que lo dijo sorprendió a Satoru —. Supuse que te lo diría por ser cercanos, pero no hicimos lo que piensas.

— Claro, ni siquiera lo quiero pensar.

Ryoko ya no respondió y cuando pareció que Satoru ya no iba a decirle algo más, pero apenas se levantó fue tomada del brazo por él.

— ¿Uh?

— No te vayas, quiero preguntarte algo más — Ryoko lo volvió a mirar — ¿Por qué tienes activo tu ritual si aquí en la escuela no hay peligro?

Satoru solo lo comentaba ya que podía ver toda la energía que emanaba del cuerpo de Ryoko y creía que no era muy seguro ni bueno para ella, ni para los que la rodean.

— ¿Lo tengo activo? Vaya, yo realmente no me doy cuenta — ella suspiró cerrando los ojos y se pudo relajar —. Lo siento, nunca me enseñaron a controlarme.

— ¿Te vas a disculpar siempre? Odio que las personas hagan eso, parece que solo te entrenaron para pedir disculpas — él suspiró pasando su mano por el cabello.

— No es mi intención, si te molesta de verdad...

— ¿Qué dices? A mi me da completamente igual, pero si causas problemas al menos intenta resolverlos de verdad y no pidiendo disculpas — Satoru siguió su ejemplo y se levantó también.

Sus palabras expresabas frustración, por eso Ryoko quiso recapacitar y formular una oración coherente.

— Sí, entiendo. Te prometo que me convertiré en la más fuerte — él abrió los ojos completamente, los seis — así ya no causaré problemas y podré estar a tu nivel para ganarme tu respeto.

— Mmh, suerte con eso.