2-Lágrimas de loba

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La situación de lo sucedido por mucho que quisieran, seguía en las mentes de los dos. Enid se sonrojaba mucho al recordar la escena y no entendía el motivo. La loba discutía mucho con Ajax a raíz de lo sucedido, la ausencia de las drogas a las que estaba acostumbrado y después de haber caído de nuevo, el humor del joven era inaguantable en muchas ocasiones. La madre de la loba le decía que debía dejar las cosas claras porque estaba afectando al ambiente de la manada. De hecho, sus hermanos muchas veces escuchaban los gruñidos del chico o le pillaban en el bosque tratando de encontrar más setas para consumir o vender tiempo después.

Esto se debía al olfato de los hombres lobo pues aunque no se veía, captaron el olor de setas en él así que daban por hecho que había cogido algunas setas. Enid le aguardaba en la puerta y le pedía ferozmente que le entregase las drogas.

—Enid, soy mayor, puedo hacer lo que me de la gana—dijo enojado.

—Es malo para tu cuerpo...y te hace mucho daño—replicó ella algo atemorizada—por favor, quiero protegerte.

—Puedo hacerlo yo solo—contestó—quiero poder fumar y drogarme cuando me de la gana sin que tú me controles.

—¿De verdad no vas a dejar las drogas?—preguntó entre lágrimas y al ver que asentía—de acuerdo...entonces...será mejor que te vayas.

—¡Bien, ya estaba cansado de tus chismes, de tus colores y qué no quieras avanzar en nuestra relación!.

El chico empezó a recoger sus cosas que no eran demasiadas y pasó por el lado de Enid quien lloraba esperando que al menos se despidiera de ella. Pero no lo hizo y se marchó. La rubia cayó de rodillas rota de dolor y sintiendo que le iba a dar un ataque de ansiedad.

—¿Enid?—escuchó detrás suya.

—¡Ajax!—al voltear, vio a Tn en la puerta—oh...hola...—al intentar ponerse de pie se cayó haciéndose daño.

El chico la tomó en brazos y la llevó hasta la cama para que se tumbase. El dolor le evitaba poder moverse. Le dio una caja de pañuelos y algo de agua, necesitaba hablar del tema. Tn estuvo con ella mientras se desahogaba y le contaba absolutamente todo. Entendió que Enid estaba muy herida por el comportamiento de Ajax.

—Tranquila, todo va a ir bien—le dio un abrazo que ella correspondió.

—Gracias—susurró ella con los ojos rojos.

—No te preocupes, nos tienes aquí para ayudarte.

Estuvieron un rato así, sin separarse mientras ella lloraba y el chico la consolaba acariciando su espalda. El olor a frutas era algo que le gustaba mucho a Enid, y cuando le comentó entre risas lo de su colonia, él le dijo que le gusta mucho a su chica.

—Enid—escuchó una voz a pocos metros, era Miércoles.

—¡Miércoles!—se separó un poco del chico y se puso de pie antes de acercarse hasta ella—has venido...

—¡Miércoles!—se separó un poco del chico y se puso de pie antes de acercarse hasta ella—has venido

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—¿Qué ha pasado?—le preguntó la pelinegra con los ojos fríos como de costumbre.

—Pues...—le relató todo.

—Ya veo...¿quieres qué lo mate?—ella negó—eres demasiado blanda y amable.

Enid se echó a reír, había olvidado lo sucedido con Ajax que iba a estar también allí Miércoles Addams. Les presentó y los tres se sentaron a hablar un poco. La pelinegra le contaba todo de la academia y aunque se asqueó un poco, al menos olvidó lo sucedido con la gorgona.

—Hola—Lysandra llegó y se presentó—¿Tn puedes venir un momento a ayudarme con unas cosas?.

—Claro, nos vemos luego chicas.

Ahora se quedaron ambas a solas.

—Deberías olvidar cuanto antes a ese idiota y encontrar a alguien que te merezca...dios...no puedo creer que haya dicho eso—maldijo ella haciendo que riera de nuevo.

—Gracias roomie, ¿quieres hacer algo?

—La verdad es que tengo interés en esas setas, podría usarlas para crear veneno o venderlas, ganaría mucho dinero para pagar mis inventos. No quiero depender de mis padres—respondió—pero entiendo que no quieras ir.

—De hecho...—fue hasta un cajón y sacó unas bolsas—aquí están, todas las que le he quitado a Ajax—se las dio—haz lo que quieras con ellas...no quiero verlas.

En la noche, Enid caminaba y entró a la habitación de Lysandra y Tn, quería darles un susto así que se escondió el armario. Era un juego que siempre hacian ellas dos de pequeñas.

—Menudo susto les daré—pensó divertida y con ganas de asustarlos.

Ellos dos entraron al cabo de poco, al estar con la ropa, Lysandra no podría oler a Enid. 

—Pobre Enid...ese idiota...—comentó ella molesta—Enid se merece a un chico que le ame.

—Si...es muy buena chica, ojalá pronto lo superé...no me gusta verla mal.

Lysandra lo abrazó y le dio un beso, Enid que se disponía a salir vio a la chica bajarle los pantalones a su chico.

—Uy, alguien está...despierto—comentó ella sonriente y agachándose.

—Oye, no...pueden...entrar...y...y...—el chico apenas podía hablar.

Enid miraba  todo con los ojos abiertos y más cuando lo sentó en la cama. La joven se arrodilló y siguió usando su boca. Ella sabía que pronto tendrían su celo o que harían cosas de ese estilo pues ya estaban en una edad...pero el ver a su amiga de la infancia hacer eso era excesivo.

—Gracias por la comida—dijo tras quitarse y limpiarse un poco—voy al lavabo.

Tn enseguida se vistió mientras Lysandra estaba en el baño cercano limpiándose. El joven fue hasta el armario y lo abrió, encontrándose a Enid sonrojada. Ambos se miraron, Tn volteó al cuarto de baño.

No dijo nada, sacó a Enid de la mano y la llevó hasta la puerta y luego cerró con cuidado dejando a la chica al otro lado pues sabía que Lysandra los podría pillar.

—¿A dónde vas amor?—preguntó ella confusa al verlo en la puerta.

—Ah...iba a comer algo...estaba cansado—respondió ganándose una pequeña carcajada de su chica.

—Muy bien, recupera fuerzas amor—dijo con una sonrisa.

Al salir, Enid y Tn se quedaron viendo el uno al otro.

—Yo...yo...—dijo nerviosa.

—No hace falta que digas nada...pero por favor...olvida lo que has visto

—Será algo difícil...—dijo volteando a otro lado.

Entonces se miraron de nuevo y soltaron una leve risa por lo bajo. Por lo que fuera, ambos se sentían muy cómodos hablando el uno con el otro y los momentos que normalmente eran de incomodidad, no resultaban tan incómodos.

—Bueno...¿vamos a la cocina a comer?—le preguntó ella—estarás agotado.

—Si...un poco—se rieron de nuevo como dos idiotas enamorados.

Ambos empezaron a caminar por el pasillo hasta las escaleras para bajar al piso de abajo que era donde estaba la cocina. Todo ello mientras Miércoles desde las sombras los miraba.

—Hasta yo me doy cuenta...supongo que habrá que darles un empujón—pensó ella mientras la mano aparecía—Cosa, tendrás que echarme una mano.

Continuará...

Espero que les haya gustado.

Un saludo  :D

PD: Se aceptan sugerencias para tropiezos amorosos jeje.

Un normie entre lobos (Enid x Tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora