8-Pelea de Lobas

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El día llegó, las horas habían transcurrido tan deprisa que Tn tenía miedo de lo que podía suceder cuando ellas dos se peleasen. Intentó por todos los medios pararlas, pero no hubo forma alguna de hacerlo. Finalmente salieron a la zona donde se llevaría a cabo la pelea.

A diferencia del día anterior, hacia sol y ambas estaban ya en sus respectivas posiciones. Tn no podía ni mirar al principio, pero no le quedaba otra. Miércoles sentada observaba todo con una sonrisa en su cara, sin duda, era la que más disfrutaba de aquello.

—Muy bien Sinclair, hora de darte tu merecido—dijo Lysandra.

—No vas a poder conmigo—replicó ella.

A pesar de los últimos intentos, Tn recurrió a los padres de ambas pero le dijeron lo mismo, eran las reglas de las manadas. En un desafío así, solamente cuando ellas dos llegasen a un acuerdo, podrían detener todo. Algo que por supuesto, no iba a suceder.

En cierto punto, el combate dio comienzo ya que ambas corrieron unos pocos metros contra la otra. Enseguida se agarraron y golpearon a puñetazo limpio, se notaba la fuerza que les daba ser mujeres loba. Todo ante la atenta mirada de su familia, Miércoles y Tn.

La sangre no tardó en aparecer manchando la tierra. Enid le arreó un golpe en la cara justo antes de darle una patada en el pecho mandando volar a Lysandra, quien enseguida se puso en pie y contraatacó. Tras varios intercambios de golpes, se separaron un poco antes de que Lysandra mostrase sus garras. Enid no se quedó atrás.

—Ahora empieza el combate de verdad—comentó la madre de Lysandra.

—Por favor...detened el combate...—susurraba el chico viendo todo aquello.

Nada, ellas se transformaron en loba y empezaron a morderse, a arañarse y golpear con fuerza bruta la una a la otra. El rugido de cada una de ellas, los mordiscos y aullidos de dolor cuando recibían un golpe era tan doloroso a la vista de Tn que se colocó de rodillas.

—Por favor, ya basta—las lágrimas le salían y no podía detenerlas.

—Está es la vida de la manada...y apenas has podido ver algo—dijo firme la madre de Enid tratando de aguantar las lágrimas.

Tras un choque, ambas se separaron para recobrar el aliento, estaban algo cansadas ya que normalmente no usaban esa transformación. 

—Eres dura—decía Lysandra.

—No te voy a dejar ganar—replicó Enid antes de rugir y atacar de nuevo.

Los golpes iban cayendo, eran enviada la una o la otra contra un árbol cercano o contra el suelo, era duro de ver para la familia.

En eso, un aullido irrumpió la pelea. Una manada de lobos aparecieron, era una manada enemiga pues por el olor sabían diferenciar. De vez en cuando aparecían para tratar de ganar algún territorio y así tener poder.

—Vaya...una pelea de lobas—decía el líder quién tenía una cicatriz en su lado derecho de la cara.

La familia le pidió a Tn quedarse atrás y todos se transformaron en hombres lobo.

—Voy a por mi pistola, sabía que algo así podría pasar—la gótica entró corriendo a la casa.

Tn pronto vio una gran lucha, por el color del pelaje podía diferenciar quienes eran los enemigos y cuando uno de ellos intentó atacarlo, apareció el padre de Enid ya que era algo más grande que el resto. Los hermanos de Enid le dijeron que se metiera dentro de la casa.

Pero cuando iba a hacerlo, vio a Lysandra y Enid luchando codo con codo contra dos de ellos. Un tercero apareció por detrás tratando de sorprender a ambas cuando Tn corrió y empujó a cada una con una mano recibiendo un fuerte corte en el pecho que lo mandó contra el suelo. Enseguida quedó totalmente inconsciente. Un hermano de Enid hizo un placaje al responsable de ello cuando ambas se acercaron a Tn viendo la herida tan fea que tenía.

—¡Tn resiste!—exclama Enid.

—¡No puedes morir pedazo de idiota!—Lysandra trataba de hacerle despertar.

Uno de los hermanos de la loba se acercó para tomarlo.

—Lo llevaré dentro de la casa—dijo mientras lo cargaba para retirarlo de todo el combate.

Cuando vieron la sangre caer de su cuerpo, ambas lobas soltaron un gran aullido que encogería el corazón de todos los valientes. Tras esto, y con la rabia en sus ojos, liberaron su ira sobre la manada de lobos enemiga quienes se vieron superadas en un momento. Cuando intentaban escapar recibieron varios balazos de Miércoles quien decía no se iba a perder una fiesta como aquella. Y disfrutó viendo sangrar a estos.

Desechos de esa manada, enseguida acudieron ya vestidos a ver como estaba Tn. Miércoles decía que le quedaba poco tiempo de vida, y no les daba tiempo a llevarlo al hospital porque era demasiado profunda. Ni siquiera Miércoles podría hacer algo.

—Hay una forma—dijo el padre de Enid.

—¿Cuál?—preguntaron ambas chicas, pero ya sabían la respuesta.

—O eso...o Tn muere—sentenció éste.

El chico despertó al cabo de unas horas sintiéndose extraño. Al mirar abajo se vio con una pequeña cicatriz donde había recibido el ataque. Se notaba la boca con otro sabor y por alguna razón que desconocía podía oler la comida que se hacia en la cocina. Se vio las manos, notaba una gran fuerza y se miró al espejo.

—Pensé que iba a morir pero esto—apretaba los puños—noto...más poder...fuerza...

Enid abrió la puerta y al verlo despierto avisó a los demás. Recordó el combate, al preguntar le dijo que se había suspendido, que lo importante era que él estuviera bien. No había habido vencedora por lo que al ser un empate, ninguna tendría que abandonar la manada. Todos le fueron dando un pequeño abrazo exceptuando Miércoles.

Bajaron a comer ya que Tn estaba fuerte y no necesitaba más descanso. El chico vio que sus sentidos estaban más desarrollados, o al menos era su sensación.

—Esto...¿cómo he sobrevivido?—preguntó finalmente en la mesa y ya comiendo todos juntos.

El silencio reinó durante unos segundos hasta que el padre de Enid tosió para hablar.

—Pues...respecto a eso...teníamos que salvarte la vida y la única manera...

—¿Cuál?

—Ahora eres un hombre lobo a medias...—respondió Enid bajando la voz.

—Así es...—dijo Lysandra volteando a mirar abajo.

—¿Qué?—preguntó incrédulo el muchacho.

La madre de Enid dijo que de lo contrario habría muerto desangrado y agonizando.

—Mira el lado bueno—dijo la mujer—tienes más fuerza, visión, olfato y energías. Aunque no te puedes convertir en lobo ya que eres un semi hombre lobo.

—Y encima podrás oler el celo de las lobas—comentó uno de los hermanos de la loba.

Tn se agarró la cabeza, demasiada información.

—Ya hablaremos después, ahora come, estarás hambriento—la mujer le puso más comida—mi hija Enid te explicará luego todo junto a Lysandra.

Y así, de está manera, la batalla terminó mientras Miércoles quería saber más sobre Tn y su estado de semi hombre lobo. Todo mientras quedaba resolver todavía el tema de Enid y Lysandra sobre quien estará con el chico.

Continuará...

Espero que les haya gustado.

Un saludo :D

Un normie entre lobos (Enid x Tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora