Final

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A pesar de los días y semanas, Lysandra no se comunicó con ellos. La relación entre ambas lobas se enfrió hasta tal punto que únicamente se felicitaron por su cumpleaños. No es que se odiasen, pero después de todo lo sucedido, las heridas estaban abiertas y eran tan profundas que se podría decir que llegaban hasta el alma. Y el alma, no es algo sencillo de curar.

Mientras tanto, Enid disfrutaba de pasar tiempo con Tn y más desde que Miércoles se tuvo que marchar a resolver unos asuntos con su familia. Los padres de la loba acogieron al chico, veían feliz a su hija, tan feliz que no lo podían creer. Aunque en su interior, también se sentían mal por Lysandra quien siempre había estado en la familia. Pero así solían ser las cosas en las manadas, algunas veces alguno de ellos se iba con otra loba.

—Tn—llamó Enid—¿qué haces aquí a estás horas?—le preguntó ella con una manta sobre el cuerpo.

El chico estaba afuera, con una taza de café a esas horas de la noche, contemplando el cielo ya que desde ese lugar se veía hermoso. A Tn le gustaba pasar tiempo de vez en cuando allí, en silencio y disfrutando de la vistas.

—Nada...solamente pensaba, ¿y tú?—preguntó éste.

—No hay chismes—ambos rieron ya que a pesar del tiempo, ella seguía igual.

—Ven—ella se colocó a su lado antes de poner la cabeza en el hombro—te quiero.

—Tn, algo te pasa—ella le miró—somos una pareja, y te conozco, sé cuando algo te preocupa.

—Veo que me conoces muy bien—la rubia asintió—yo...estaba pensando en Lysandra...no hemos vuelto a saber nada de ella y aunque ya no somos pareja, me preocupa lo que le pueda pasar.

—Estará bien, es una loba dura—contestó ella—no te preocupes—le dio un beso—anda, vuelve adentro...la cama se siente vacía sin ti—susurró.

—En cinco minutos voy, me tomo el café y subo

—Vale cariño.

Una vez estando a solas de nuevo, se quedó en silencio, los pensamientos se volvían de vez en cuando contra él por así decirlo. En ocasiones le carcomía sus acciones, era cierto que algunas veces habían discutido por opiniones diferentes. Cuando se dio cuenta ya se había tomado el café así que regresó al interior de la casa.

Al abrir la puerta, vio a Enid tumbada mirando el teléfono. Ese día se notaba muy débil a nivel emocional así que se tumbó a su lado y le dio unos besos. La loba sabía que estaba mal, hasta tal punto que tenía ganas de llorar. Él la había cuidado cuando ella estuvo triste. Se colocó encima antes de inundarlo a besos que poco a poco se volvieron más pasionales. La cosa era que desde que Tn tenía parte de lobo, solía ser más fogoso, intenso y podía hacerlo más veces.

—Tn—ella mordía la almohada mientras era embestida—eres un poco bruto.

—Lo siento—a la que quiso retirarse fue tomado del brazo, y ella volteó, con el pelo sudado y una cara algo pícara.

—¿Quién ha dicho que no me guste así?—preguntó en un susurro.

Eso bastó para encender todavía más al chico quien continuó con las embestidas.

El tiempo transcurrió y pasaron algunos años. Enid estaba ya casada con Tn, la relación estaba mejor que nunca. Incluso tenían trabajo y casa, contentos de la vida que llevaban. Las heridas se habían cerrado por fin. Aunque de Lysandra no se sabía nada, parecía haber desaparecido por completo.

—Tn, tenemos que hablar—dijo la loba.

—Tú dirás amor—éste se sentó.

—Estoy embarazada—dijo con una sonrisa nerviosa por el tema, ya que sabía como era Tn.

—¿De verdad?—preguntó a lo que ella asintió—¡eso es genial!.

La tomó de la cintura alzándola y dando unas pocas vueltas. Esa noticia fue celebrada por la familia que organizó una gran fiesta. Miércoles que también estaba allí porque fue invitada a la comida, lo único que pudo decir fue lo siguiente; ''genial, una bola de pelo más en la familia''.

Pero la realidad era que se sentía muy feliz por dentro por su amiga quien había encontrado a un gran chico que la hacia sonreír cada día de su vida.

—Es una niña—comentó Enid tras una revisión—¿no es genial?.

—Claro, solo espero que no salga tan chismosa como la madre—contestó éste—menuda me esperaría y...ahh—se quejó al ser mordido.

—Tonto.

En una de esos días que estaban en su jardín tomando algo, vieron aparecer a Lysandra. La loba estaba tocándose el brazo, nerviosa. Los ojos de la pareja se abrieron pues no esperaban para nada verla aparecer después de tanto tiempo.

—Enid...Tn—dijo cabizbaja.

—Lysandra—Enid se levantó con cuidado por su estado—¿qué estás haciendo aquí?.

—Me enteré de que serías madre...y...quería darte la enhorabuena—Enid sintió que la herida se abría de nuevo y tuvo ganas de llorar, también por el cambio hormonal de su estado.

—Gracias—fue todo lo que fue capaz de decir.

—En fin, debo irme, me alegro por los dos—tenía los ojos vidriosos.

A la que se iba a ir, Enid la detuvo.

—¿Te gustaría tomar algo?, hoy hace calor—le preguntó con una sonrisa.

—Yo...no...no quiero molestar.

Tn se acercó hasta Lysandra, a pesar del tiempo, le tenía mucho cariño a la loba.

—Por favor, acompáñanos y nunca serías una molestia—dijo tomándola de la mano hasta sentarla con ellos.

Poco a poco, fue contando todo lo que había hecho. Estaba trabajando y saliendo con un chico bastante amable y que la trataba genial. Era un normie, pero que la aceptaba tal y como era, aunque todavía no eran padres.

Así, ambas fueron cerrando heridas hasta que tras mirarse, se abrazaron rompiendo a llorar y esas lágrimas cicatrizaron todo la herida que hubiera abierta. Tn miraba toda la escena con una gran sonrisa. E incluso se quedó allí a dormir y pasar unos días, a lo que ambas estuvieron largas horas hablando de chismes provocando unas risas en el chico quien al mirarlas veía sus versiones más jóvenes.

—Hay cosas que nunca cambian—pensó el chico admirando la escena.

La relación de amistad regresó a pesar de todo el tiempo. Enid y Tn tuvieron su hija a quien llamaron Lysandra en honor a su amiga. Pero poco después nació otra hija a quien llamaron Miércoles.

—Solamente hay una Miércoles, esa bola de pelos solamente puede parecerse a mi en el nombre—fue lo que comentó la pelinegra.

Aunque cuando la tuvo entre sus brazos, vieron a la joven gótica sonreír.

En pocos años, las cosas cambiaron mucho para la pareja quien disfrutaba de tomar algo en su casa, aprovechando las vacaciones en su jardín mientras veían a sus dos hijas jugando la una con la otra, corriendo de un lado a otro.

—Estoy tan feliz—susurró ella tomando de su mano.

—Y yo amor, mis lobas—dijo sonriente.

—Aún recuerdo cuando llegaste a la casa de mis padres—reía ella.

—Si, era diferente.

Enid parpadeó un par de veces extrañada.

—¿A qué te refieres?—preguntó.

—Pues era un normie entre lobos—respondió con una sonrisa.

Y en ese lugar un poco apartado, en un ambiente familiar y sonriente, la pareja seguiría disfrutando un poco más de sus vacaciones.

Fin.

Espero que les haya gustado.

Un saludo :D

PD: Gracias por todo su apoyo, la verdad es que en cierto punto me empezó a costar seguir la historia pero he podido finalizarla y darle ese final que deseaba.

Un normie entre lobos (Enid x Tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora