11; ¿Atrapadas?

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Estaban sentadas en la cama de Lynaessa mientras tomaban un té para ayudar a la mayor a calmarse, Lyna agradece mucho la compañía de Baela, ella no la presionaba a hablar y eso le agradaba

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Estaban sentadas en la cama de Lynaessa mientras tomaban un té para ayudar a la mayor a calmarse, Lyna agradece mucho la compañía de Baela, ella no la presionaba a hablar y eso le agradaba.

—¿Estás mejor, Lyn? —pregunta Baela acariciando con suavidad las manos frías de la chica.

—Si, gracias por esto. —dice subiendo la mirada para ver a la morena—Me da pena que me hayas visto de esa manera, pero necesitaba desahogarme.

—No debes sentirte mal de que te vean llorar, estás pasando por un mal momento y yo lo entiendo. —aseguro dándole ánimos.

—Tú tampoco estás en un buen momento y estás aquí apoyándome, eres muy buena persona Bae. —dice sintiendo que sus ojos se cristalizan nuevamente.

—Para eso están las amigas, ¿No? —le sonríe secando las lágrimas a Lynaessa.

—Las amigas no se besan, Baela. —sonríe con diversión ganándose un golpe en el brazo.

—Arruinas el momento, idiota. —rueda los ojos antes de sonreír hacia la chica.

La sonrisa divertida de Lynaessa se borra de a poco convirtiéndose en una más genuina y sincera.

—Si las cosas fueran diferentes y estuviéramos en otros tiempos me casaría contigo sin dudarlo. —confiesa Lynaessa haciendo que el corazón de la contraria latiera con fuerza.

—Yo igual Lyn, te elegiría siempre. —responde acariciando la mejilla de la mayor.

Ambas se acercaron lentamente hasta unir sus labios, sus labios se movieron lentamente en una perfecta sincronía, Baela no sabía mucho que hacer pero Lynaessa llevaba el control haciéndola sentir bien, ella le daba seguridad, algo raro porque cuando la volvió a ver solamente pensaba en quitarle esa sonrisa burlona de la cara a puñetazos y ahora se besaban por segunda vez.

Las manos de Lynaessa se posaron en la nuca de la contraría acercándose más y profundizando el beso, se sentía bien junto a Baela, ella una rara sensación en el estómago que la confundía.

Baela con algo de temor puso sus manos inexpertas sobre las piernas de ella sobre sus pantalones de montar dándole un leve apretón a sus muslos. Lynaessa se separa de ella para recuperar el aliento y la miró de una forma que hizo temblar levemente a la joven y sintió de pronto una humedad entre sus piernas que nunca había sentido.

—La princesa Rhaenyra Targaryen está aquí. —anunció Ser Jered antes de abrir la puerta para darles tiempo a las chicas de separarse y actuar como si no hubiera sucedido nada.

Rhaenyra entró con una sonrisa que vaciló al ver a ambas chicas en la cama, su instinto le decía que algo iba mal, la mirada de su hermana gritaba que no había llegado en buen momento.

—¿Qué hacían? —pregunto con el ceño fruncido viendo a ambas jóvenes.

—Baela intentaba animarme porque me encontró en un mal momento. —respondió con simpleza hacia su hermana.

—Oh, ¿Estás bien Lyna? —preguntó cambiando su postura por una de preocupación.

—Si, solamente que ver a... ya sabes, me ha puesto un poco sensible. —suspiro con tristeza dándole un poco de drama al asunto.

—Lo entiendo perfectamente, pero nos tienes a todos contigo y haremos lo que esté en nuestras manos para verte bien. —le dijo sentándome en la cama agarrando la mano de su hermana.

—Gracias Nyra. —le sonríe a medias forzando una sonrisa, mientras sus dedos tocan los de Baela para darle un poco de seguridad.

Parte de Lynaessa sabía que estaba mal besarse y empezar a sentirse tan bien junto a Baela estaba mal, ella estaba comprometida, alejaba a su prometido con la "excusa" de la edad pero Baela tenía la misma edad que Jacaerys y a ella no la alejaba o trataba mal como a él.

—La cena debe de estar siendo servida en unos minutos, ¿Cenarán? —pregunta Rhaenyra con una sonrisa viendo a ambas chicas que comparten una mirada entre ellas.

—Si, no nos perderíamos la cena. —responde Baela con una sonrisa.

—Las dejaré para que sigan con su charla y enviaré a alguien para avisarles cuando ya esté la cena. —dice la mayor antes de levantarse de la cama e irse.

Al salir Rhaenyra de la habitación el guardia de ayer cierra la puerta dejando a ambas chicas respirar tranquilas.

—¿Dónde nos quedamos? —pregunta de forma divertida Baela sacando una sonrisa de Lyna.

La mayor no pierde el tiempo y se abalanza hacia Baela atrapando sus labios con los suyos en un intenso beso, que hizo sonreír a ambas en medio del beso que compartían, Baela empezaba a agarrarle el ritmo a Lynaessa y eso le gustaba a la chica.

[...]

Cuando ambas chicas llegaron a la cena algo que no pasó desapercibido por Rhaenyra y Daemon fue la leve marca en el cuello de Lynaessa y el vestido mal acomodado de Baela, la marca apenas era visible.

Daemon se levantó y dejó su copa con enojó sobre la mesa asustando a todos los presentes su mirada estaba fija en la de sangre Hightower, ella no se sentía intimidada pero si nerviosa.

—Baela y Lynaessa, a la sala de mapas ahora. —hablo entre dientes matando con la mirada a su sobrina. —¡Dije ahora! —grita haciendo que ambas se levantarán de su sitio rápido.

Ser Jered estaba con el ceño fruncido al ver como le hablo a su protegida, cuando Daemon, Rhaenyra y ambas chicas salieron él también los siguió por seguridad de la princesa.

—¡¿Qué carajos se supone que hacen?! —gritó con enojo una vez estuvieron dentro de la sala.

—No me grites que no eres mi padre y no se de que mierda hablas. —hablo entre dientes Lynaessa.

—¿Te follas a mi hija y me pides que no grite? —suelta una risa sarcástica y la mira con desprecio.

—No se de que mierda hablas, yo no me follo a nadie. —respondió con seriedad en un tono tan frío.

—Padre, nosotras no...

—¡¿Creen que soy estúpido?! ¡¿Nos ven cara de imbéciles?! —interrumpe a su hija con furia corriendo por sus venas.

—La verdad es que cara de imbécil tienes. —responde atacando directamente al hombre.

—Maldita zorra Hightower, eres igual que tu madre. —escupe con asco hacía la menor.

Lo que menos se esperaba Daemon era el puñetazo de la Targaryen que le corrió la cara hacia mi lado, madrastra e hijastra contuvieron la respiración al ver eso.

—Dime lo que quieras a mí pero escucho algo sobre mi familia y me importará muy poco que seas esposo de mi hermana, te cortaré la puta lengua. —le dejó en claro—No me follo a tu hija, maldito idiota infeliz. —escupió con despreció.

Daemon iba a devolverme el golpe si no fuera que Rhaenyra se puso en medio de ambos.

—Ya te ha dicho que no hicieron nada Daemon. —le dijo saltando a defender a su hermana.

—¿Le crees?, tiene un maldito chupetón en el cuello. —hablo con ironía.

—Idiota. —susurro riendo Lyn—No es un chupetón imbécil, todavía tengo algunas marcas de cuando Jacaerys me ahorcó.

Le aclaró viéndolo con una sonrisa, ella no sería tan estúpida de dejarse marcar y que todos la vieran. 

𝑾𝒂𝒓 𝒐𝒇 𝒉𝒆𝒂𝒓𝒕𝒔; 𝑱𝒂𝒄𝒂𝒆𝒓𝒚𝒔 𝑽𝒆𝒍𝒂𝒓𝒚𝒐𝒏¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora