15; Te perdono

939 106 4
                                    

Lynaessa aún no tomaba una decisión porque por mas que no le gustará decirlo en voz alta ella se había encariñado con todos allí, se levantó mucho más temprano que lo que acostumbraba, se vistió y partió a Kings Landing en Stormfyre

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Lynaessa aún no tomaba una decisión porque por mas que no le gustará decirlo en voz alta ella se había encariñado con todos allí, se levantó mucho más temprano que lo que acostumbraba, se vistió y partió a Kings Landing en Stormfyre.

—¿Princesa Lynaessa? —escuchó detrás suyo cuando bajó de su dragón.

Al darse vuelta Criston Cole la miraba con una pequeña sonrisa, ella lo miró y le sonrió antes de darle un abrazó.

—Meses sin vernos y tienes más canas, creo que no era yo quien las sacaba. —bromeó al separarse del guardia de su madre.

—Sus sobrinos hacen su trabajo y la superan, princesa. —responde sacando una carcajada de la chica.

Ambos caminan hacia la fortaleza roja, Lynaessa agradece que no pregunté qué hacía allí, porque ella sabía que su madre le había contado de que podría volver si ella así lo deseaba.

—Todos deben estar en el desayuno. —informó el guardia cuando frenaron frente a la puerta del comedor.

—Gracias por su compañía, Ser Cole. —agradece cuando el guardia se da la vuelta para volver a sus actividades.

Al entrar el silencio y las miradas la golpean, la primera en reaccionar es su madre soltando un sollozo al verla luego de meses, se levanta y va rápido hacia la rubia.

—Estás aquí, mi pequeña. —susurra entre lágrimas que hacen sentir incómoda a la chica.

—Estoy aquí, Alicent. —acaricia su espalda viendo a sus hermanos para que la ayuden.

—Okey... creo que todos queremos abrazar a Lyla, madre. —dice interviniendo en la situación Aegon.

—Oh sí, lo siento. —se disculpa antes de separarse de la chica.

Aegon la abraza con fuerza a pesar de haberse visto hace una semana aproximadamente, Helaena y Otto también la abrazan y por último quedaba su mellizo, aquél que no le escribió ninguna carta en meses, aquel que no fue a ningún encuentro que sus hermanos y ella organizaron.

—Es bueno verte de regreso, Lynaessa. —habló con tal frialdad que ella no conocía, o si lo hacía, pero jamás fue usada en ella.

—Aemond... —susurro acercándose lentamente a él.

—Esperemos que tu lealtad no haya cambiado. —volvió a hablar fríamente antes de abandonar el lugar.

El corazón de la chica se rompió al verlo irse, una lágrima silenciosa se deslizó por su mejilla, la limpió rápido dándole una sonrisa a su familia que aún estaba allí.

—No le des importancia a Aemond, sólo es Aemond siendo Aemond. —intento quitar la tensión del ambiente, Aegon.

—Aemond nunca fue Aemond conmigo, él siempre fue Mond. —murmuró viendo con una mueca a su hermano mayor.

La mirada que le dieron no le gustó para nada, se fue con la excusa de ir a ver a sus sobrinos. Luego de pasar la mañana con los niños se fue a la habitación de su padre.

Viserys se veía tan mal, peor que desde la última vez que lo vio antes de darle su castigo de pasar tiempo con su media hermana y su familia, aunque ahora ella agradeció la decisión del rey.

—Lyny... mi dulce Lynaessa, estás aquí. —tosió luego de hablar haciendo que ella se acerque rápido a él.

—Estoy aquí, Viserys. —habló ella antes de darle la leche de amapolas que los maestres le daban a su padre.

—¿Has... leído mi carta? —preguntó con dificultad.

—Lo he hecho y vengó a darte una respuesta en persona, quiero que escuches lo que tengo para decir. —responde sentándose en la cama y tomando la mano de su padre.

—Te escucho. —dice abriendo el ojo para verla.

—Has hecho muchas cosas que me han alejado de ti, eso no quita que hubo momentos donde si fuiste un padre, fueron pocos pero lo aprecio. —empezó—Pero tú decisión de enviarme a Dragonstone fue una buena elección para darme cuenta que yo igual hice y dije cosas que lastimaron a personas que no lo merecían.

»Entiendo porque Rhaenyra siempre tendrá lo que mis hermanos y yo deseamos, ella es una excelente persona, es buena, compasiva, ella no está envenenada como nosotros y ella nació de alguien a quien amaste, eso es muy importante. —hizo una pausa—Tú matrimonio con mi madre fue por pura política al igual que con Aemma, pero en el primero si hubo amor y en el segundo no, nosotros pagamos los errores, pero no por eso debemos ser como somos, quizás la sangre Hightower hace más contraste que la Targaryen o eso dice Daemon.

Rió quitando unas lágrimas que se escaparon, su padre la miró con dolor.

—Me quedaré en Dragonstone y mi compromiso con Jacaerys seguirá hasta luego de su día del nombre, al cumplir sus dieciséis días del nombre haremos la ceremonia, no quiero algo con más allá de mi familia y algunos líderes de casas, pero no algo grande. —le informó su decisión levantándose de la cama.

—Lyna...

—Te perdonó, yo te perdono, Viserys. —dijo antes de irse de la habitación de su padre.

Al salir dió un respiro y miró a su madre quien la miraba con el ceño fruncido, Lynaessa intuyó que había escuchado su decisión.

—¿Te casarás con ese niño poco agraciado? —preguntó con un tono que no le gustó a la princesa.

—Jacaerys es una muy excelente persona, es amable, es apuesto, tiene carisma, humor, es gentil y es una buena opción para ser mi esposo, mi padre me dió libertad para elegir a mi esposo y yo elijo a Jacaerys Velaryon. —dijo con firmeza antes de irse en busca de Aemond.

Lynaessa sonrió al ver a su mellizo frente a la puerta de sus antiguos aposentos, parecía indeciso sobre si llamar a la puerta o no.

—¿Llamarás? —pregunto dándole un susto a su hermano.

—Lynaessa. —hablo con seriedad.

—Si tú intención es hacerme daño, lo haces muy bien con tu tono e indiferencia, Aemond. —le dice poniéndose a su lado para abrir la puerta.

—Me abandonaste, ¿Cómo debería hablarte o tratarte? —pregunta adentrándose a la habitación.

—Como la única persona a la que verdaderamente te ha querido y tratado bien, no sé, como a la única que te entiende verdaderamente, yo no te abandoné Aemond. —le dice abriendo su viejo armario para sacar algunas cosas.

—Lo hiciste, me dejaste con ellos. —dijo entre dientes.

—No fue una decisión que yo haya tomado, el rey dió una orden y al igual que todos debo seguir lo que dice el rey. —responde guardando sus vestidos en un bolso.

—Y ahora que eres libre igualmente te vas, nunca soy prioridad en tu vida y tú siempre fuiste en la mía. —su voz se quebró haciendo que ella deje de hacer lo que hacía y lo miré.

—Aemond, no te abandonó, jamás lo haría, eres mi hermano, nacimos juntos y el día que tú mueras yo moriré contigo, si tú sufres yo sufro, si a ti te duele a mi me duele, nada cambió para mí. —se acerca hacia él—El lugar donde esté no cambia lo que eres para mí, nada cambia lo que eres para mí.

Las lágrimas de Aemond la tomaron por sorpresa, sin pensarlo lo abrazó con fuerza, lo había extrañado, ella lo amaba, él era su familia y para Lynaessa Targaryen no había nada más importante que su familia.

𝑾𝒂𝒓 𝒐𝒇 𝒉𝒆𝒂𝒓𝒕𝒔; 𝑱𝒂𝒄𝒂𝒆𝒓𝒚𝒔 𝑽𝒆𝒍𝒂𝒓𝒚𝒐𝒏¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora