Los días pasaban y tenía que tomar una decisión, la más importante de mi vida.
Por un lado estaba mi padre, Jack Conway el superintendente de la ciudad que quería que estuviera a su lado en la policía y fuera un hombre de bien, pero que años atrás me engaño de la manera más cruel, haciéndome creer que el joven que era como mi hermano, que amaba con toda mi alma, me había abandonado dejando la isla sin dar explicaciones ni despedidas.
Y no conforme con eso, me obligó a alejarme de la pareja que en mis momentos de más necesidad me acogieron en sus vidas y me dieron todo el amor de padres que necesitaba.
¿Esos eran motivos suficientes para darle la espalda y ponerme en su contra? Hacer eso solo me hacía igual o peor que él. Realmente no estaba seguro de nada en este momento.
Volví de mi viaje con una motivación y una meta fija y aquí todo se desvió de su camino.
Por el otro lado estaba Horacio, mi hermano y mejor amigo, el que me cuido cuando mi padre entró en depresión por la muerte de mi madre y me abandonó a mi suerte.
Lo conocí cuando tenía 8 años, mi padre se la pasaba trabajando para mitigar el dolor que la reciente muerte que mi madre le había dejado, dolor que yo también sentía, pero él no se quedó para cuidar de mi o de mi hermana que en ese momento tenía solo 15 años, nos dejó solos.
Mi hermana hizo su mejor esfuerzo, pero era solo una adolescente que debía estudiar y lidiar con su propio dolor. En ese momento apareció H y me cuido, me enseñó gran parte de las cosas que sé y sobre todo me dio esa familia que necesitaba.
Él era solo 3 años mayor que yo y aún así se ocupaba de las cosas que a mi hermana se le pasaban por alto. Pocos años después formó la banda HG que con el tiempo se convirtió en una gran mafia, la más temida de la ciudad en ese momento. Y ellos, delincuentes, fueron más familia de lo que mi padre nunca fue.
Esas eran mis opciones, mi familia de sangre o mi familia del alma.
Porque al darle la espalda a mi padre se lo estaría dando a mi hermana, a Noah y su mujer.Ese día, después de hablar con Ramen, me quede sentado dentro del patrulla a pocas cuadras del taller mecánico. Tenia que ir a Paleto para buscar a Emilio, el hombre que fue como un padre para H y para mi dentro de nuestra organización.
Tenía mis ojos cerrados, intentaba poner mis pensamientos en calma. No podía tomar a la ligera toda la información que estaba obteniendo poco a poco, sobre todo lo último que el chino me dijo antes de salir. "Aléjate de Trucazo". ¿Qué significaba eso? Creí que solo era un comisario que se acostaba con mi padre, pero resultó que hay más detrás de esa persona que había logrado conquistarme solo con hablarle.
Desde nuestro patrullaje juntos tuve que luchar contra cada parte de mi cuerpo que querían estar a su lado, debía alejarme. Había logrado obtener mucha información de mi en pocas horas. Me sentía tan libre a su lado que no logré ver que era peligroso revelar ciertas cosas frente a él.
Si mi padre no le había confiado esta información, sería por algo. Al fin y al cabo, Conway lo conocía mucho más que yo.
La puerta del copiloto se abrió de repente. Abrí mis ojos, miré hacia ahí poniendo mi mano en mi arma y sacándola rápido para apuntar a quien sea que trataba de meterse en el vehículo.
-Tranquilo Gustabiño.- Freddy, al verme apuntarlo levantó las manos sonriendo.
-¿Que haces aquí Freddy?
-Paseaba por el vecindario y te vi, pensé que dormías.- hizo una risa, al escucharla sonreí sin notarlo. -¿Tú que hacías por aquí?- preguntó mirándome fijamente.
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Peligroso Deseo
FanfictionGustabo, un joven de 22 años, vuelve a casa de su padre luego de estudiar por varios años en el extranjero. El regreso de su mejor amigo, revelaciones del pasado y su atracción por el pecado hecho hombre, lo llevaran a sacar su lado oscuro, sumergi...