Me sentía un idiota. Había caído ante la belleza del pequeño rubio y casi termino jodiendo mi vida.
Cómo se me había ocurrido no decir desde el principio que tenia pareja en vez de jugar al coqueteo con ese niño.
Y si no hubiera sido el hijo de Jack, habría tenido esa cita realmente? Totalmente inconcebible mi acción.Jamás se me había cruzado por la cabeza traicionar a mi pareja, no con alguien de la isla.
Solía rechazar a cualquiera que se me insinúe al instante, entonces por qué dude con él?Llevaba varias noches sin poder dormir bien, no sabía si era la culpa o el miedo de que el niño contara lo ocurrido. Realmente no quería soportar los reclamos de Jack.
Quería hablar con él, explicarle lo ocurrido, que no soy así normalmente.
Aunque que podía decirle realmente? Solo me pasó contigo porque eres jodidamente hermoso, porque me encantó tu personalidad y te veías tierno con la cara llena de helado de chocolate? Creo que eso sería terriblemente peor.<< Que jodido mentiroso! >>
Ese día entraría más tarde a trabajar, había un reunión por la noche a la que estaba obligado a ir.
Me levante y camine hasta la cocina, necesitaba un café, me sentía agotado.Al llegar vi al pequeño rubio sin camisa y con unos pantalones blancos traslúcidos, llevaba puestos audífonos por lo que parecía no haber notado mi presencia.
Tarareaba una canción mientras hacía pequeños bailecitos. Cortaba frutas y las metía en un recipiente mientras bebía café.Lentamente comenzó a darse vuelta sin dejar de bailar. Sonrió al verme parado mirándolo.
No sabía porque seguía ahí inmóvil en vez de irme de nuevo a mi habitación.
Camino despacio hacia mi sin dejar de bailar y sonreír.
Estaba totalmente hipnotizado observando cada movimiento que hacía mientras se acercaba más y más.Tomo mi mano y me llevo hasta donde él estaba parado con anterioridad, sirvió una taza de café y me la dio. Luego tomo el tazón de frutas y con una cuchara llevo el contenido a mi boca, abrio su boca en muestra de lo quería que haga, lo que me pareció muy gracioso.
Eran frutas con miel, demasiado dulce para mi paladar pero había notado el excesivo gusto del más joven por las cosas empalagosas.Luego se sacó los audífonos dejándolos apoyados en la mesada.
- Buen día! - dijo sonriente.
- Buen día.- respondí intentando mantenerme serio, lo que fue imposible. No entendía por qué solo sonreía al verlo.
- No sabía que estabas, sino te preparaba un desayuno. Que quieres? Tu pide, yo se hacer de todo. - dijo levantando las cejas, apretando los labios y mirándome esperando una respuesta.
- Solo el café esta bien. Gracias. - respondí simple.
- Bueno.- dijo levantando los hombros mientras comía del tazón de frutas.Me senté no muy lejos de él, mi mente me decía, corre pero mi cuerpo solo se quedaba ahí gozando de su jovial compañía.
Tomó una silla y la pego junto a mi.
- Todavía me debes ese helado y no te veo con intenciones de comprarlo. - dijo mirando su tazón vacío.
- Quieres hoy tu helado? - respondí.Por que mierda había respondido eso? Las palabras solo salían de mi boca sin control. Mi cuerpo no obedecía a mi cerebro que pedía a gritos que nos vayamos ya de ahí.
- Si - dijo acercándose y mirándome fijo a los ojos.
Me sentía nervioso a su lado, sentía como una gota de transpiración caía por mi frente. Esperaba que no lo notara aunque era difícil.Se puso de pie, llevo el tazón vacío, lo lavo rápidamente y lo guardo en su lugar. Luego se dio vuelta y comenzó a hablar.
- No diré nada de lo que paso cuando nos conocimos. Quédate tranquilo. - dijo tomando sus audífonos y caminando a la salida de la cocina.
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Peligroso Deseo
FanfictionGustabo, un joven de 22 años, vuelve a casa de su padre luego de estudiar por varios años en el extranjero. El regreso de su mejor amigo, revelaciones del pasado y su atracción por el pecado hecho hombre, lo llevaran a sacar su lado oscuro, sumergi...