Sai es parte de una invocación a otro mundo como parte de un grupo de sacerdotes que lo utilizan a él y sus amigos como esclavos, todo cambia después de que Sagras enviado por el rey demonio ataca el campamento, Sai sale al mundo y descubre el nuevo...
Los ojos de Sai se oscurecen poco a poco, su visión es mas borrosa.
*No puedo hacer nada* Piensa Sai mirando a su alrededor mientras que los escabuchidores se acercan poco a poco.
MIENTRAS MITTSU.
Mittsu camina por los pasillos del castillo cuando de repente siente como es atacado por alguien.
Una espada por poco le corta la cabeza si no hubiera sido por que Mittsu logra bloquearlo con su brazo como si nada, cuando él voltea ve a Ikee.
"¿Se puede saber quien eres?" Pregunta Ikee apuntando su espada a él.
"Soy un guardaespaldas de Celeste" Dice Mittsu dándose la vuelta y mirando directamente a Ikee.
"¿Debería creerte?" Pregunta Ikee preparándose para luchar.
"Soy un ultimo recurso, soy un espíritu, aparezco cuando mi amo esta en grave peligro" Dice Mittsu mirando de forma amenazante a Ikee.
"Vaya... No se si podría confiar en ti" Dice Ikee mirando a otra parte avergonzado por a ver atacado a alguien que no es su enemigo.
"Mejor ve por Sai.. creo que esta en un aprieto" Dice Mittsu colocando la mano en el pecho de Ikee y él es teletransportado a la puerta enorme de madera.
Mientras que Mittsu sigue su camino en busca de los demás.
Ikee siente algo en su espalda y cuando toca siente una espada y cuando la desenvaina ve una carta que dice <<Se me olvido darle esta espada a Sai, la reina le pidió a uno de los mejores herreros que forjara esa espada>> Dice la nota.
"¿Que estar pasando hay?" Susurra para si mismo Ikee botando la nota y dejando la espada de Sai donde antes estaba y saca la de él y se prepara para entrar.
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Sai esta a punto de ser devorado por la bestias pero una bola de fuego desvía la mordida del escabuchido.
"¡Idiota!" Grita Ikee mirando el cuerpo desmayado de Sai hay en el piso.
*Esta demasiado débil, el veneno de esa cosa debió haberle afectado*Piensa Ikee esquivando la cola de el otro escabuchidor y tratando de clavarle la espada pero la bestia lo esquiva subiéndose a un pared y usando su invisibilidad.
La espada de Ikee arde en llamas "¡Arte de las espadas, fuego carmesí!" Grita Ikee lanzándose sobre la bestia, haciéndole un corte en la piel al escabuchidor.
La herida arde en fuego mientras que la bestia salta a la pared y también desaparece.
Ikee carga a Sai en sus brazos, pero de repente su mente se llena de recuerdos, con sus manos llenas de sangre y sus ojos mirando un cuerpo de una mujer y un lugar en llamas y en eso Ikee suelta a Sai asustado.
