BOREAL

꧁NUEVE꧂

Hoy decidimos salir de fiesta, mañana se supone que Pedro alquiló un barco para irnos los cuatro un día para allá.

—¿Qué te vas a poner?—me preguntó mi mejor amiga.

—Un pantalón corto negro, un top con una chaqueta negra y las Jordan bajas azules. El pelo me lo plancharé y me pondré pinzas para aguantarme el pelo.

—Que linda, yo voy igual chama, lo que los pantalones vaqueros. El pelo un clean look probablemente. ¿Crees que esta noche surgirá algo?—preguntó con picardía.

—No sé, aún tenemos que hablar tú y yo. Mañana en el barco. Pero no sé, han pasado muchas cosas con Miguel, y en fiestas somos peligrosos, ya lo descubrí la noche en la que nos conocimos.

Rió.

—Yo como con Pedro ya ha surgido, probablemente pueda volver a pasar.

Esta vez reí yo.

—Bueno, ¿salimos? Nos deben estar esperando los caballeros.—dije para coger mi móvil y salir de la habitación de Pedro.

Bajamos las escaleras y estaban Pedro y Miguel recostados en el sillón viendo instagram.

—¿Qué? ¿Nos vamos?—dijo Alejandra.

Los chicos se viraron u Pedro se quedó literalmente con una cara de "¿de verdad que yo me como a esta señora?", increíble. Me cae mal, pero me encanta como mira a mi amiga, la mira con amor, con deseo, con descaro, con seguridad, con...con una intensidad de "eres mía y de nadie mas".

Luego está Miguel, que es igual de posesivo, o incluso más, y me mata con la mirada, algo que me gusta, porque sé que soy solo suya y es solo mío.

—Claro.—respondió Miguel levantándose—Estás preciosa.—se acercó para darme un beso pero me separé.

—Tengo el gloss, no quiero corrérmelo aún.—reímos.

—Conduzco yo.—dijo Pedro.

Salimos de la casa para ir al coche de mi cuñado. Si, Alejandra es mi hermana fe otra sangre.

Nos sentamos Miguel y yo atrás y los tortolitos delante. Podía ver como Pedro le ponía la mano en el muslo a mi mejor amiga mientras conducía, ella solo ponía la suya encima de la de su terroncito y se mordía el labio.

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—¿Y esa historia?—preguntó Migue cuando le llegó la notificación.

—Tendré que presumir a mi novio, ¿no?—sé que me había dicho que no quiere novia, pero lo somos pero sin esa etiqueta.

Él solo sonrió negando y siguió mirando su móvil.
Cosa que me molestó porque me aburro, soy una persona que me considero hiperactiva, necesito siempre estar haciendo algo porque me aburro. Y tampoco voy a decirle a Alejandra y cortarles el royo que llevan estos dos ahí delante con sus manos.
Crucé mis brazos y quité los pies de encima de Miguel para apoyar mi cabeza en el cristal y esperar a llegar a la disco.

Mi chico me miró pero siguió con su móvil.
Empecé a suspirar por aburrimiento y Miguel se acabó moviendo un asiento para quedar a mi lado.

—¿Qué te pasa? ¿Ponemos música?—asentí.

Me encantaba que me tratase como una niña pequeña, este hombre lo tenía todo, todo lo que me gusta y necesito para ser feliz.

—Pedro, pon el bluetooth, que voy a poner música, queda un rato para la disco.

—Ale, ponlo que ahora no puedo.—contestó Pedro y mi amiga lo hizo.

—Gracias, chica.—dijo Migue y la rubia sonrió—¿Qué pongo?

—Bellaquería de Myke y La Joaqui.—supliqué.

—¿También eres fan de Myke?—preguntó Pedro y asentí—A mi también me encanta.

—No conozco este tema, ¿es conocido?—preguntó Miguel.

—No.—contestamos al unísono Quevedo y yo.

—Es una canción que tiene ahí con Ovy on The Drums, se supone que la va a meter en su próximo disco.—dije.

—Pues sí que sabes, pensé que te gustaba en plan por moda.

—Si fuese por moda hubiese dicho que pusiera, yo que sé, La Falda.

—Razón no te falta.

—La pongo ya.—dijo y pulsó la pantalla.

—Ven dame más, de esos besitos ricos que me das, que me acaloran y hacen que la ropa esté de más. Si ya la nota se nos nota, la noche está pa'hacer el amor con mota.—canté mientras Miguel me miraba.

—¿No será esto una indirecta para hoy no?—dijo acercándose hablándome al oído.

Me ericé y negué sonriendo.

—Déjate sorprender, te traje weed, si te gusta prender. Estás caliente lo puedo ver y eso que no quería, la noche está pa' bellaquería.—gritamos Pedro y yo.

Me seguía cayendo mal pero gusto musical tiene.
Después de tanto Myke, llegamos.

—Bájense ustedes aquí que voy a aparcar.—nos dijo Pedro a Miguel y a mi.

Nos bajamos enfrente de la discoteca, pensé que habría más gente en la entrada. Se nota que hay ya gente dentro pero fuera casi nadie.

—Ponte para una foto.—dijo Migue.

—Mi vida, ya nos sacamos una antes.

—¿Mi vida?—rió.

—Perdón, Miguel.—dije recalcando su nombre.

—Coño, no he dicho que no me guste.

Reímos.

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