꧁DOCE꧂

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—Entonces, ¿ellos se van? Me parece un poco egoísta por nuestra parte.—él negó.

—Hoy nos quedamos tú y yo y mañana al mediodía se vienen ellos y se quedan un dia, es como para que las parejitas pasen un día diferente.

—Ah, vale. ¿Cuándo se van?

—En nada, ya le dije a Pedro.

—Bro, llevanos a la orilla que nos vamos.—reímos por alguna razón que no sabemos y fuimos.

—Mañana nos vemos, chama.—abracé a Alejandra.

Se fueron y pude sentir como ahora podría ser yo misma, con Alejandra también puedo, pero con Miguel es otro rollo.

—Te tengo una sorpresa.—me dijo.

—¿Qué dices, Migue?—sonreí.

—Vamos a una playa privada, yo la pago.—me quedé sorprendida.

—Mi amor, yo puedo pagar también, no soy pobre.—reímos—No tengo tanto como tú, pero gano bien.

—Es un detalle, no te preocupes.—me dió un beso.

Llegamos a la playa, era de arena, me encanta.

—Me encanta, me da vibe a "Un Verano Sin Ti".

—Las dan.

Me dio la mano para salir del barco e ir a la arena.

—¿Tragiste vodka?—pregunté.

—Sí, pero también un Johnnie Blue. Hay que bebérselo a la roca. Por cierto, ¿apagamos los IPhone?—asentí.

—Bebemos eso en esas rocas de allí, porque se pueden apoyar cosas y sentarnos.—asintió.

Entre varias bromas, acabamos Miguel y yo borrachos en aquella playa privada.

Empecé a desnudarme.

—¿Qué haces?—preguntó Miguel.

—Quitarme la ropa, hazlo tú.

Lo hizo. Fuimos al agua y empezamos a hacer el tonto, aparte de que siempre éramos así, llevábamos un pedo importante.

—Los peces mirando y tú y yo sin ropa.—reímos tras ese comentario que soltó.

—Pues que miren.—me acerqué a él, pasé mis piernas alrededor de su cintura y nos besamos.

—¿Si te digo que tengo un penthouse para nosotros solos?—dijo y me paralicé.

—No me lo creería.

—Pues lo tengo.

—Ya Miguel, estamos borrachos, no es verdad.

—Te lo juro que si, para pasar un par de fines de semana.—dijo y se separó de mi.

—Que guay, pero como que me llamo Alexia Sposti Guerra, yo contribuyo con dinero está vez.

—Acepto.

Salió del agua y se puso el bañador de nuevo.
Un rato después lo imité y noté como ya estábamos más sobrios.

—¿Me hechas sun block?—pregunté dándome la vuelta, para ponerme boca abajo.

—¿Y ese inglés?

—Es que leí la etiqueta, y esta en inglés.—reí.

—Si, claro que te pongo.

Estuve un rato en el sol hasta qje decidí ponerme el pantalón e ir al barco, me estaba quemando ya. Bebí algo de agua fría y volví a la playa con Miguel.

—Se te nota el tanga.—dijo para darme una nalgada.

—¿Y que? Solo estamos tú y yo.

Entre tanto tonteo sucedió, si, lo hicimos en la playa. La arena, el sol, Miguel y yo, follando enfrente del mar.

—Dios, contigo no se puede, lo haces muy bien.—dije tirada en la arena.

El solo rió.

—Voy al barco que me estoy empezando a sentir mal.

—A ver si te dio un golpe de calor.

Fuimos al barco y Miguel me llevó a la ducha para bañarme con agua fría, el me ayudó.

—Gracias.—dije ya acostada en la cama del camarote.

—De nada.—me dio un besito—¿Estás mejor?

—Si, pero prefiero quedarme aquí un rato.

Me sonrió y se me quedó mirando.

—¿Qué?—reí.

—Que te quemaste la cara un poco.—me acarició una mejilla—Pero estás guapísima igual.

Me dio y lindo beso.

Pasó el día, yo ya me sentía mejor pero prefería estar a la sombra, Miguel a mi lado como siempre, le amo.
Siempre le decía que podía ir a darse un chapuzón pero lo negaba.
Ya era de noche así que pusimos una peli en Netflix.

—Voy a buscar algo.—dijo y se levantó de mi lado.

—No puede ser, Migue. Te amo con mi alma.—dije cuando apareció con unos Ben&Jerry's—Te como la cara.

Reímos.

Puso una peli de miedo.
Yo no era asustadiza así que la vimos tranqui, en los sustos nos reíamos, Miguel y yo somos prácticamente iguales pero tenemos genitales diferentes.

—¿Me pones el pijama?—le dije.

—Si mi amor.—dijo para levantarse e ir a por la ropa.

Me caso con este señor, lo juro. Soy su princesa.

BOREALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora