IX

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Cami: Todo se salió de control, no quiero poner en riesgo nuestra amistad. Gracias por todo lo demás, pasa un buen finde.

Solo me escribió lo que suponía. Todo lo que pudo ser se cago, frustrado llamo a un amigo y salimos de joda, no quiero quedarme en mi casa; no tuve control y volví a mi casa el lunes al mediodía.

–Pensé que ya habíamos superado esta etapa de llegar días después de haber salido.–saluda Pascual.

–Uno siempre vuelve a donde fue feliz.–digo y me preparo un café.

–¿De qué escapas esta vez, hijo?–pregunta y me congelo.

–No sé de que hablas, viejo.–digo, intentado que está conversación termine.

–Está bien. ¿Cuándo viene Camila? Me cae muy bien... ¿Salieron justos? ¿Estabas con ella?–pregunta y repregunta mi papá, veo como su humor cambió, mejoró mucho.

–No creo que venga en un tiempo, no salí con ella y ya se terminó el tema.–respondo listo para irme.

–Ahora lo entiendo todo. Espero que no te lleve mucho tiempo superar el rechazo.–dice y se va.

No puedo sacarlo del error, pero tampoco sé como hacerlo. Este fin de semana si fue causa de todo lo que pasó con Cami, todo lo que hice fue para borrar por completo las horas que pasamos juntos. Funcionaba de a ratos, en diferentes momentos me encontraba recordando lo que pasó, planteando diferentes escenarios donde todo era diferente a lo que en verdad pasó y en otros momentos estaba a nada de salir corriendo hacia su casa para hablar. Claramente no lo hice, pero hoy la vuelvo a ver, no sé como me va a tratar. Tendría que pedirle disculpas, pero no se me da muy bien.
Al llegar con Nico jugamos un rato y en eso llegó Cami, mis manos comenzaron a sudar mucho.

–Buenas... como trabajan los pibes.–saluda normal, nos hace reír.

Parece que todo va a ser normal, no sé si es bueno o malo esta situación. Durante el programa no hubo mucha interacción entre nosotros, eso si me molestó pero no se puede forzar algo cuando el fin de semana fue tenso.
La peor parte, o por lo menos la más tensa fue cuando tuvimos que contar nuestros findes.

–Yo salí, los dos días.–suelta Cami.

–¿Con quién?–pregunto.

–Con mis amigas, el viernes fuimos a un bar a hablar con muchos mozos. Y el sábado ya fuimos a una fiesta.–cuenta feliz.

–Quiero saber...

–¿Se comió bien?– pregunté interrupiendo a Marti, con miedo e inconscientemente, solo fue la necesidad de saber.

Cami me mira, me sonríe y se toma su tiempo para responder.

–Cero, no había nada.–dice y se reí, no sé si creerle.

–Contales a todos lo que hiciste el finde.–me ordena Nico burlonamente.

Conté y todo se salió de control, especularon y arruinaron la poca buena imagen que me quedaba.
Al terminar el programa, nos quedamos a cenar en equipo.

–¿Pasa algo entre ustedes? No joden como siempre.–dice Marti de repente.

–¿Algo como qué?–pregunto haciendo el boludo.

–Nada, hay días que no estamos conectados, nos falla el WiFi.–bromea Cami.

Todos ríen, la noche pasa tranquila entre risas y bromas.

–¿Cuándo te mudas Torito?–pregunta Mariano.

–Si todo va bien, el fin de semana ya me instalo en el departamento.–cuento feliz, es algo que vengo preparando hace tiempo.

–Tenes que hacer una fiesta, para inagurarlo.–dice Guada.

–¿Tenes todo o te falta algo?–pregunta Cami, por primera vez en el día me dirige la palabra.

–Me faltan muchas cosas, la cocina esta pelada. La cama todavía no llegó. Pero esta semana llega.–le cuento feliz.

–Te podemos regalar...

–A mi no me cuentes, ando corta de plata.–interrumpe Cami a Marti.–Pero busco un canje.–bromea.

–¿No me vas a regalar nada?–le pregunto.

–Y no, negro. Ustedes lo tienen todo, no sé que podría darte.–responde.

–Yo se algo que podrías darle y le encantaría.–dice Marti y Guada es la primera en reírse.

Después de una hora todos salimos del edificio de Luzu.

–¿Te llevo Cami?–propone Nico, me sorprende y agrada la idea de mi amigo.

La miro ilusionado de que acepte, en la veganeta podemos hablar, sé que Nico no va a decir nada.

–Gracias, Nicolich. Pero me lleva Marti, nos vemos el miércoles.–se despide desde lejos y se va.

Está bien que se vaya con la tía, pero quería tener una oportunidad de hablar. Guada también se va con ellas, se queda a dormir con Marti.

–Contame.–dice mi amigo.

–Le debo una disculpa, el viernes no me porte muy bien que digamos.–cuento.

–Conta todo, amigo.–pide el chusma de mi amigo.

–Se iba a quedar a dormir en mi casa, pero que si pasaba algo solo sería algo de una vez y nunca lo tendríamos que contar, básicamente.–digo y busco cambiar la canción que sonaba.

–No entiendo el problema, es lo que vos siempre buscaste.–dice Nico.

–Pero no quiero eso con ella, no quiero ser algo que tiene que esconder.–susurro.

–¿Cómo arruinaste todo?–pregunta Nico.

–Al principio solo me fui y la deje sola en mi cuarto. Ella decidió irse y ahí la traté mal, hasta mi hermana me lo dijo.–termino de contar.

–Por eso estaban raros hoy. Bueno, parece que no está enojada.–dice mi amigo.

–Creo que la voy a llamar... o un mensaje... o me podes llevar a su casa...

–No hagas nada, no pensas bien. Deja todo así y listo.–me frena.

No digo nada más, pero estoy decidido a llamarla cuando llegue a mi casa.

–Te conozco y se que vas a hacer lo que quieras. Pero espera un poco, miremos como se comporta el miércoles, si vuelve a la normalidad, listo. Si sigue todo tenso yo te llevo a su casa. ¿Dale?–propone el vegano.

–Está bien, no quiero arruinar más esto.–acepto.

–Su amistad, eso que llamas "esto" es una amistad.–dice de manera incisiva mi amigo.

–No entiendo porque lo decís. ¿Cómo va todo con Cata?–cambio de tema.

Riendo mi amigo cuenta su vida amorosa y lo bien que la pasan en su vida cotidiana.

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Buenas, buenas...
Desaparecí, pero fue por problemas técnicos. Por eso prometo actualizar muy rápido, antes de desaparecer otra vez.

El programa de hoy me dio una linda idea, nos leemos pronto amoressss.

Se me fue de las manosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora